'Antoñín' se estrenó como goleador en Primera ante el Alavés. LOF
El uno a uno de la temporada

Antoñín, una apuesta joven con gol y mucha personalidad

El delantero sorprendió a todos en Segunda, siendo la figura del Málaga. Ya en Granada, demostró su descaro en cada balón que tocó y se estrenó como goleador

Jueves, 20 de agosto 2020, 18:44

Puro descaro. Era obvio que los clubes de Primera se fijarían en ese joven delantero con nombre de jugón de placeta y porterías sin redes ... . Antoñín derramó veneno en Segunda, enrolado en un equipo en el que cada jugada de peligro era un tesoro. El Málaga vivió meses subido a la espalda de uno de sus mejores proyectos locales, un atacante capaz de jugar en cualquier zona. Como extremo, mediapunta o delantero centro, Antoñín se metió a la hinchada malaguista en el bolsillo. Su salida era cuestión de tiempo.

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Y llegó en febrero al Granada, cuya dirección deportiva lo seguía desde hacía meses, para ayudar en lo económico al club vecino y dar a a la joya 'boquerona' la oportunidad de llevar su veneno a la primera plana nacional. Eso sí, en una dosis mucho más pequeña. El fichaje de Antoñín respondía a la salida de Adrián Ramos y aportaba muchas más variantes en ataque de aquellas que pudiera dar el cafetero. En el de La Palmilla se intuía un ariete móvil, con olfato y 'pillería', un alumno perfecto a la sombra, ya no sólo de Diego Martínez sino de Roberto Soldado. Además, podría partir de una banda, aprovechando su velocidad e imaginación para desbordar. Una apuesta de futuro que ya tuvo la posibilidad de debutar con la elástica rojiblanca en uno de los partidos más importantes de la historia reciente de los nazaríes:la vuelta de semifinales en Copa. Encaró a Yuri con poca suerte y cometió una falta fruto del nerviosismo y la ansiedad.

Poco después llegó el parón por la pandemia, algo que le benefició, dándole la oportunidad de adaptarse mucho más al equipo en una atípica 'pretemporada' en Marbella. En la recta final se le notó ese periodo extra. De los once encuentros sin público, el malagueño disputó hasta ocho. Estuvo inquieto ante el Getafe y demasiado ansioso en Leganés, donde no pudo aparecer. En Vitoria, por fin, se quitó con suspense el peso del gol, con una definición estrambótica ante un marco desnudo. Para el recuerdo quedó su actuación frente al Real Madrid. Su segundo año ilusiona.

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