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Pol Lozano regala su camiseta en la zona del estadio Carlos Belmonte copada por seguidores del Granada, en pleno júbilo tras la victoria. R. L. P.
Granada CF | El ambiente

La segunda Toma de Albacete

Mil granadinistas vuelven a pasarlo en grande con su equipo en una esquina ya familiar que fue preámbulo del último ascenso cuatro años atrás

José Ignacio Cejudo

Albacete. Enviado especial

Domingo, 19 de marzo 2023, 00:07

Cuatro años después de la anterior, el granadinismo volvió a tomar Albacete. En torno a un millar de aficionados del Granada se lo pasaron en ... grande en una de las esquinas del Carlos Belmonte, desde donde animaron a su equipo y celebraron un triunfo trascendental para el mismo objetivo que entonces: la vuelta a Primera división. Del gol de Adrián Ramos a los de Myrto Uzuni y Ricard Sánchez pero con una agonía idéntica, con ventaja mínima hasta el último segundo por el tanto de Higinio. Entonces quien se acercó a botar delante de los hinchas fue John Jiang, que acabó manteado; esta vez fue Sophia Yang, invitada por Alfredo García Amado, eufórica y jaleada, pero ella no quiso volar por los aires.

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La presidenta Sophia Yang y Alfredo G. Amado se unieron a la fiesta. R. L. P.

Para eso estaban ellos, los que permanecen de un presidente a otro y volvieron a dejarse el alma por sus futbolistas más allá de los noventa minutos que duraba el partido. De la cama a la carretera hasta el estadio y vuelta a la cama, literalmente para quienes acudieron en los trece autobuses sufragados por el club para más de setecientos aficionados. Un retraso de cerca de una hora por una cuestión de tacógrafos de los conductores de la compañía de transporte causó malestar y acrecentó los nervios que muchos traían de serie, pero todo lo puede el entusiasmo por ver a los ídolos que visten sus mismos colores imponerse a los de otra ciudad en un templo ajeno.

Manu no podía quitarse de la cabeza aquel gol de Adrián Ramos. «Lo viví allí y fue un 'partidaco'. Tengo un recuerdo espectacular y ojalá se repite algo parecido», pedía antes incluso de salir de Granada, y bien que debió saberle parecido esta vez con la compañía de su amigo Adrián. Quienes disfrutarán este domingo de un Día del Padre inmejorable serán Angelino y su hijo Ángel, que le regaló su primer desplazamiento juntos. «Será entrañable, hasta ahora no había podido ir con él por motivos laborales», reconoció el padre. «Con la pila de gente que viajamos, ¡cómo no vamos a ganar!», aseguraba Ángel, que no concebía otra cosa que volver con los tres puntos.

En los autobuses, unos pocos como Román en el número siete querían animar desde bien temprano mientras alguno intentaba estudiar y otros rifaban un desayuno y una paletilla. Ya en Albacete les esperaba una 'fan zone' local que les acogió con los brazos abiertos, con el deejay preguntando a los anfitriones: «¿Cómo puede ser que se escuche más a la gente de Granada que a la de aquí?».

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Dentro del Belmonte, sin embargo, el ambiente fue hostil no ya hacia los rojiblancos (solo tres baños para todos los hinchas visitantes, denunciaron algunos en el autobús de vuelta) sino hacia las decisiones de los trencillas, un enfado que venía de atrás y que llevó a que la crispación aflorase desde bien pronto. Los goles de Uzuni y Ricard no hicieron sino aumentar la impotencia, aunque Higinio puso a hervir esa olla que es el estadio, con intimidantes bramidos desde las gradas.

La vuelta, por fortuna, fue feliz y premió el esfuerzo. Por cantar, hasta se cantaron los goles del Tenerife a la UD Las Palmas.

Los jugadores agradecieron el apoyo a la curva rojiblanca. R. L. P.
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