Amargo regreso de Soldado al Bernabéu
El delantero nazarí apenas entró en juego durante un encuentro en el que su equipo mostró dificultades para generar peligro
Chema Ruiz España
GRANADA
Domingo, 6 de octubre 2019, 02:22
Desde el año 2012 no visitaba Roberto Soldado el Santiago Bernabéu, el estadio en el que un día soñó triunfar rodeado de galácticos. Nunca encontró ... su sitio en el conjunto blanco, ni siquiera tras salir un año cedido a Osasuna, por lo que hizo las maletas para hacerse un nombre en Europa. Ayer regresó a la que fue su casa, aunque como un jugador distinto al que pisó hace siete años la casa blanca. Ya no es el punta que vive exclusivamente por el gol, sino que se ha convertido, de la mano de Diego Martínez, en un currante más. Allí se presentó, con mono de obra y sin el sombrero de copa al que acostumbran en la Castellana, dispuesto a elevar al Granada a lo más alto de la galaxia, aunque acabó dándose de bruces con la realidad pronosticable cuando se realizó el sorteo del calendario.
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La presencia del delantero valenciano fue una incógnita casi hasta que el balón comenzó a rodar. De hecho, su alineación generó cierta confusión, pues la relación de futbolistas ofrecida por LaLiga le situaba en el banquillo, en favor de Carlos Fernández, y el club rojiblanco le incluía como hombre más adelantado. Finalmente salió, de inicio y con el rifle cargado, por si podía cumplir la no escrita 'ley del ex'.
Pronto comenzó la refriega con dos duros oponentes como lo son Raphael Varane y Sergio Ramos. La primera pugna con este último tuvo lugar en la primera acción de ataque nazarí, cuando Puertas centró al área y el balón, que pasó por encima de la cabeza de Soldado, golpeó en el central, en una zona a medio camino entre el hombro y el brazo. Para el delantero estaba claro: era penalti, y por ello se enfrascó en una protesta que se prolongó hasta el gol que abrió la lata, justo en la jugada posterior.
El 'nueve' rojiblanco apenas pudo tocar el balón. Las dificultades de su equipo en la construcción durante buena parte del choque se tradujeron en pocas acciones alrededor del área madridista hasta el tramo final, a lo que se unió la falta de conexión entre las piezas de la vanguardia nazarí. Intentó desviar hacia la portería un potente disparo de Puertas en el primer tiempo y trató de habilitar a Machís con el pecho al poco de comenzar el segundo acto del encuentro. No lo consiguió en ninguna de las dos ocasiones.
Sacó su carácter para protestar hasta la extenuación cada acción, en especial tras el intermedio, lo que le llevó a recibir su tercera cartulina amarilla en lo que va de curso. Se marchó poco después, sustituido por un Carlos Fernández que dio minutos de esperanza al conjunto dirigido por Diego Martínez, ya sí dispuesto arriba como sugería LaLiga antes del choque. Su camino hacia el banquillo fue presto, motivado por las condiciones del encuentro, y estuvo acompañado de una banda sonora de viento. Cambió su atuendo para vestirse de motivador y empujar desde su asiento. No pudo marcharse con buen sabor de boca.
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