Adrián Marín comprueba lo alargado de la sombra de Neva

En el zurdo se situó el recién llegado, que comenzó tembloroso en cada lance, tratando de situarse en un campo donde aún le costaba diferenciar amigos de enemigos. Y no sería por la discreción de la curiosa vestimenta que estrenaba. Es lógico que a Marín se le advirtiese una falta de conceptos y movimientos que los Quini, Neva y Foulquier tienen bastante interiorizados, dando al equipo un empaque en el juego por las bandas que faltó ante el Levante.

Así, su debut no pudo salvarse, aunque tenga justificación. Con balón, Adrián Marín no pudo aportar ninguna solución, ni mucho menos desbordar a un jugador tan sólido como Miramón. No llegó a entenderse del todo con Kenedy y se quedó en tierra de nadie, sin doblar con convicción su banda en ataque ni cerrar su espalda en defensa.

Y es que ese fue el gran error que se le puede reprochar. Ya en el primer minuto, los granotas avisaron de que sabían dónde podrían hacer daño a los de Diego Martínez. Un buen balón de Rochina a la espalda de Marín fue cazado por el veloz Morales, que la centró tensa al primer palo. Era solo eso, un aviso. Toque de atención que entendió Marín, dando dos pasos hacia atrás.

Pero en la transición ofensiva de los rojiblancos se exigía mucho más recorrido del ex de Villarreal y Alavés. Este empezó a olvidar aquel susto tempranero, volvió a salir poco a poco, ayudado por Vallejo, que trataba de barrer todo lo que caía entre su posición y la espalda de Marín. Paco López, al que pillaron las cámaras hablando con Rochina y Melero, pareció dar con la clave.

Concentró en el centro a sus mejores jugadores, Vallejo acudió al área y a Marín se la volvieron a formar con tan mala suerte que Duarte rompió la línea y el centro acabó en gol. En el descanso fue sustituido. Jugó en una parte más que en la primera vuelta, acusó esa inactividad y descubrió lo alargada que es la sombra de Carlos Neva. Mejorará.