La creadora de la Escuela de Arte Flamenco y el Teatro Triana de Sevilla, con una guitarra. Niccolo Guasti

Una yanqui con duende en Íllora

El mundo del flamenco rinde homenaje este viernes a la norteamericana Cristina Heeren, mecenas del flamenco a través de su fundación en Sevilla, que será nombrada socia de honor de La Platería

Inés Gallastegui

Granada

Jueves, 29 de mayo 2025, 00:36

El mundo del flamenco de Granada rinde homenaje este viernes a la mecenas norteamericana Cristina Heeren por su apoyo incondicional a esta manifestación cultural en ... la provincia. El día 30 de mayo será nombrada socia de honor de la Peña La Platería, a la que pertenece desde hace 25 años, explica su presidente, Víctor Vázquez, pero lo hará arropada por una representación de otras muchas entidades de la provincia, la Confederación Andaluza de Peñas Flamencas y el municipio de Íllora, donde tiene un cortijo y respalda numerosas actividades culturales. El nombramiento, en el que el periodista Tito Ortiz realizará una semblanza de la homenajeada, contará además con la actuación de algunos exalumnos de la escuela de la Fundación Cristina Heeren de Sevilla, donde gracias a la benefactora norteamericana se han formado en el cante, el baile y la guitarra más de 8.000 jóvenes procedentes de todo el mundo.

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Acto de homenaje en La Platería

  • Lugar y fecha Placeta de Toqueros, 7. Viernes, 30 de mayo, 21.30 h. Entrada libre hasta completar aforo.

  • Intervienen Tito Ortiz, cronista oficial de Granada. Antonio Salazar, alcalde de Íllora. Concha Prieto, presidenta de la Confederación Andaluza de Peñas Flamencas. Cristina Heeren, socia de honor.

  • Espectáculo Irene Rueda, al baile. Pablo Fernández, a la guitarra. Marta la Niña y Marian Fernández, al cante.

«Estoy encantada. Es un gran honor para mí», asegura a esta redacción Cristina Heeren, que no conoce muy bien el programa del acto de homenaje. «Me gustan las sorpresas», confiesa la empresaria y filántropa, muy unida a Granada desde que en 1978 se instaló en el Cortijo La Roza de Íllora, una finca de olivos a 1.200 metros de altitud. Allí nació su hija y aún se escapa siempre que sus ocupaciones en Sevilla se lo permiten. «Es mi refugio», reconoce.

Descendiente del inventor de las galerías comerciales en Estados Unidos, ha dedicado su vida a difundir el flamenco

Cristina Heeren tiene una vida de película. Su tatarabuelo fue el norteamericano John Wanamaker, que hizo una inmensa fortuna con la apertura de las primeras galerías comerciales de Estados Unidos y fue millonario, filántropo y pionero del marketing.

Cristina posa con un abanico. Fundación Cristina Heeren

Cristina (Nueva York, 1943) heredó una fortuna de sus padres, el empresario Rodman Heeren, de ascendencia norteamericana, alemana y española, y la brasileña Aimée de Sotomayor. Pasó parte de su infancia en Biarritz (sur de Francia), donde aún conserva una mansión. Estudió Literatura Comparada en Columbia, Arte Dramático en la escuela de Herbert Bergdorf y Técnica de Canto en París, donde trabajó como cineasta.

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El centro y los márgenes

Descubrió el flamenco de la mano de su padre a través de figuras como Carmen Amaya, Antonio Ruiz Soler el Bailarín, Antonio Mairena o Pastora Imperio. No tardó en enamorarse de España, donde coincidió con personajes como el cineasta Orson Welles, el escritor Ernest Hemingway o el torero Antonio Ordóñez.

Su relación con el flamenco de Granada tiene décadas. «Después de tener a mi hija pasé unos años en casa, pero cuando pude moverme empecé a ir a festivales de verano y conocí a artistas como Luis el Polaco, los hermanos Cortés... Me siento muy vinculada al flamenco de aquí», recuerda.

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Cristina, con una funda de guitarra. Niccolo Guasti

De hecho, su primera idea fue abrir una escuela internacional en Granada, pero sus tanteos no tuvieron éxito. «Es el sitio más bonito del mundo, pero siempre ha estado un poco al margen –tiene sus ventajas–, así que me resigné y me fui a Sevilla. Estoy donde tengo que estar, en Triana, que tiene mucha importancia en el mundo de flamenco. Pero cuando me escapo, me escapo a Granada», explica.

En 1978 se instaló en el Cortijo La Roza de Íllora, donde cultiva olivos. Allí tuvo a su hija y aún se escapa cada vez que sus obligaciones en Sevilla se lo permiten

No cree que su condición de extranjera pesara cuando en 1993 fundó su centro de enseñanza, fomento y divulgación del flamenco bajo el paraguas de su fundación. «No sé realmente lo que piensa la gente y me importa poco, porque hago lo que creo que hay que hacer –reconoce–. Los primeros años estuve muy bien asesorada por José de la Tomasa, Calixto Sánchez, Milagros Mengíbar... Y José Luis Postigo, ya que esta escuela fue idea suya».

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Su labor de divulgación le ha valido a Cristina Heeren numerosos premios, como la encomienda de la Orden Civil de Alfonso X El Sabio del Ministerio de Cultura en 2016; la Medalla de la Ciudad de Sevilla en 2018; el premio de honor Flamenco en el Aula, de la Junta de Andalucía; o el ingreso en la Real Academia de Bellas Artes Santa Isabel de Hungría. «En Sevilla es muy famosa, pero en Granada es desconocida», resume Víctor Vázquez.

Una clase de baile en la escuela de la Fundación Cristina Heeren. Fundación Cristina Heeren

Más de 8.000 alumnos de cincuenta países en 30 años

La Fundación Cristina Heeren de Arte Flamenco se creó en Sevilla en 1993 con el principal objetivo de ofrecer a través de su escuela internacional una formación integral en cante, baile y guitarra con un programa de tres años más un prácticum opcional. Por allí han pasado más de 8.000 alumnos, el 40% de ellos extranjeros de medio centenar de países y un 10% –la mitad andaluces–gracias a las becas de la propia fundación.

La entidad colabora con la asociación American Friends of Flamenco para becar a estudiantes norteamericanos y promueve, junto a diversos patrocinadores, los concursos Talento Flamenco. También ha creado becas externas gracias al mecenazgo de empresas y recibe estudiantes internacionales a través de programas como Erasmus+ o Fulbright.

La escuela ha contado entre sus profesores con Naranjito de Triana, Manuel Soler, Milagros Menjíbar, Paco Taranto, José de la Tomasa o Niño de Pura, entre muchos otros. Entre sus exalumnos se encuentran artistas premiados en certámenes como el Festival del Cante de las Minas de La Unión, la Bienal de Flamenco de Sevilla, el Festival de Jerez o el Concurso Nacional de Córdoba. Son graduados de la escuela cantaores como Rocío Márquez, Jesús Corbacho, María José Pérez, Jeromo Segura y Laura Vital; los guitarristas Pedro Barragán, los hermanos Kentaro y Kojiro Tokunaga, Manuel de la Luz, Tino van der Sman, Jesús Rodríguez, José Luis Medina y Yago Santos; y bailaores como Luisa Palicio, El Choro, Lucía Álvarez 'La Piñona', Alberto Sellés, Florencia o'Ryan, o Juan Tomas de la Molía.

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