Vueling lleva el caos al aeropuerto con 52 vuelos cancelados en lo que llevamos de año
La aerolínea insiste en «motivos operacionales» como el cansancio de la tripulación por superar el máximo de ocho horas de vuelo al día
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El sábado pasado se vivió una jornada caótica en el Aeropuerto de Granada. Una más. Cerca de 400 personas observaban, con rabia, desesperación e impotencia, ... cómo Vueling suspendía, después de varias horas anunciando retraso tras retraso, que no despegaría ninguno de los aviones de la tarde con destino a Barcelona. Sí, no despegaría porque tampoco aterrizaría ninguno procedente de Barcelona –el mismo 'pájaro' va y viene–. Cuatro vuelos en total, dos de ida y dos de vuelta. Cuatro vuelos que se sumaban de esta forma a los cuarenta y ocho que hasta ese momento la compañía llevaba cancelados en lo que va de año en el conjunto de las líneas que operan con Granada, incluida la que conecta la ciudad de la Sagrada Familia con la ciudad de la Alhambra, los dos monumentos más visitados de la piel de toro.
El desaguisado fue mayúsculo. Amigas que habían invertido 3.000 euros en sus vacaciones y que, en función de las alternativas que les proponían –reubicarlas a partir del lunes o hacer el viaje en autocar–, llegaban tarde a todo y perdían reservas hechas hace meses.Pasajeros que tenían que estar en Barcelona sí o sí porque trabajaban al día siguiente. Un desbarajuste. Un desbarajuste mayúsculo.
Vueling alegó genéricamente en Granada 'motivos operacionales', pero en Barcelona sí que aportó algún dato más, según los testimonios de viajeros consultados por este periódico: cansancio de la tripulación. En efecto, el propio Vueling confirmó ayer que éste puede ser uno de los 'motivos operacionales', pero no aseguró que ésta fuera la razón en ese momento. La pregunta es ¿por qué Vueling no tiró entonces de los siete aviones y las treinta tripulaciones que tiene en 'stand by' en su base de Barcelona para evitar el caos? «No tenemos esa información ni podremos conseguirla», aseveran desde el servicio de prensa de Vueling, quien agrega que «aproximadamente sólo el dos por ciento de los 2.600 vuelos» que ha habido este año se han quedado en tierra, un porcentaje de incidencias que «entre junio y agosto se ha incrementado un poco». Una coyuntura propiciada, a juicio de Vueling, por las inclemencias meteorológicas (tormentas) y por huelgas de controladores en Francia, ya que buena parte de sus rutas –Vueling tiene su sede operativa en Barcelona– pasan por el espacio aéreo de Marsella y, por ende, son guiadas por puestos de control franceses.
Estas mismas fuentes aportan otro razonamiento de carácter más estructural. El panorama de la aviación comercial hoy día no tiene nada que ver con el que había hace cinco, diez o treinta años atrás. «Sin embargo cada vez hay más aerolíneas y más gente que quiere disfrutar de sus vacaciones, lo que genera episodios de sobresaturación con las mismas infraestructuras que teníamos años atrás», comentan desde Vueling.
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Una explicación en línea con las reivindicaciones de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) que en un comunicado, el mismo que Vueling manda a instituciones como el Patronato de Turismo de Granada cuando le piden explicaciones por sus fiascos, dice textualmente: «Instamos a la Comisión Europea y a los Estados miembros a la adopción de medidas urgentes como modernizar la infraestructura e implementar la investigación sobre la gestión del tráfico aéreo en el contexto del cielo único europeo, algo que las aerolíneas ya están pagando». Y tanto. Plataformas especializadas como Flightright han computado un aumento del 260% en el número de reclamaciones respecto al año pasado formalizadas desde Granada.
Cabreo
El cabreo en Granada con Vueling es considerable.Por parte lógicamente de los afectados –sirva como referencia que en sus aviones caben 220 almas– y también por parte de las administraciones, preocupadas por la insatisfacción de los turistas. El Patronato de Turismo ya ha anunciado que en septiembre solicitará reuniones con los responsables de Vueling para recabar, de primera mano, toda la información respecto a lo que está sucediendo en Granada, el destino español donde más veces repite el viajero por los altos niveles de satisfacción. «Nos preocupa que la experiencia final del visitante, que tanto influye en su valoración global, sea negativa», manifestó este lunes el director del Patronato, Francisco Maldonado. En este punto conviene recordar que, a diferencia de EasyJet, la Diputación no tiene con Vueling ningún acuerdo o convenio de promoción.
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El presidente de la Federación de Hostelería y Turismo de Granada, Trinitario Betoret, lamenta la mala imagen «no por el aeropuerto, sino por Vueling». «Esto se traslada al estado de ánimo y se nota en las recepciones de los hoteles y restaurantes», señala Betoret. En principio la patronal turística no ha previsto adoptar ninguna iniciativa de 'motu proprio', pero sí planteará la necesidad de elevar una queja formal a Vueling a través de la Mesa del Aeropuerto. «Nuestra intención es que la próxima reunión de este foro, después del verano, se realice en el propio aeródromo de Chauchina por la llegada de su nuevo director y por toda la problemática que está habiendo con Vueling», indica Betoret.
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