Patrimonio de Granada

La Virgen del Rosario regresa al Camarín al retrasarse 6 meses el final de las obras

¿Qué ha pasado? Según la Archicofradía, «no se ha realizado la reparación del pavimento (histórico) contemplada en el proyecto (promovido por la Congregación de Santo Domingo), y tampoco se ha obtenido una respuesta seria, clara y considerada por parte de la arquitecta Elisa Valero, lo cual nos causa impotencia y tristeza». Por todo ello, agregan, han tomado la decisión de recuperar la actividad en el Camarín.

Elisa Valero entiende el disgusto de la Archicofradía. «Lamento mucho el retraso, contrario a mi voluntad», afirma. Y explica que Cultura reclamó un informe sobre la restauración del enlosado original con motivos cúbicos, fabricado en 1750 con mármoles de Macael, Sierra Nevada y Lanjarón. El pavimento está combado y cuarteado por el hundimiento del Antecamarín de la Inmaculada sobre el forjado de unas habitaciones con traviesas de madera del edificio de la Congregación de Santo Domingo, justo debajo. Ambas construcciones están dispuestas en engalaberno. Es decir, unas encajadas en otras.

Según Valero, en ese documento demandado por Cultura, encargado a una empresa especializada, se decía que no era producente arrancar las losetas y se recomendaba una rehabilitación in situ. Ese proyecto es el que, en teoría, está alargando los plazos.

La Archicofradía, sin embargo, no comparte este argumento. Y para ello aporta una resolución de la Comisión de Patrimonio. Subrayan que este ente solo pide «la elaboración de un estudio previo por un restaurador titulado en que aseguren los métodos de extracción, conservación y recolocación de las piezas». Nada más. No se detalla ningún requerimiento adicional.

Y recuerdan que en el año 2010 se acometió una operación similar en la Sala Capitular del Camarín, donde hay el mismo suelo. En aquel momento sí se permitió que se sustituyeran las baldosas en peor estado por otras nuevas lo más similares posibles. «Se pusieron más de veinte», asegura el hermano mayor de la Archicofradía del Rosario, Ramón Marín.

El máximo responsable de la Archicofradía comenta que en diciembre hubo una reunión con Valero en el Camarín en la que esta les anticipó que los trabajos estarían finalizados en un par de semanas y en ese momento Valero les advirtió de la conveniencia de retirar los enseres para que no se vieran afectados por el polvo.

Entonces se procedió al refuerzo de la estructura, pero no se hizo nada en el Antecamarín de la Inmaculada, según Marín, hasta que los restauradores se personaron a mediados de marzo para examinar cómo había que proceder. «Y hasta la fecha, nada de nada, pese a nuestra insistencia con Valero», lamentan.

El secretario de la Archicofradía, José Antonio Palma, asegura que en estos seis meses se han dejado de recaudar unos 12.000 euros, «una cantidad importante con la que sufragamos el mantenimiento del Camarín». «No hemos podido admitir visitas de grupos, de asociaciones, de particulares...», apunta. «Nosotros no somos como una cofradía de Semana Santa, donde se paga una cuota, sino que nos sufragamos a base de donativos», dice Palma.

Así que, ante esta situación, la Archicofradía ha resuelto acotar la zona afectada y «retomar la normalidad en el recinto». «Como hermano mayor –confiesa Ramón Marín– no puedo permitir que alguien pueda tropezar y lastimarse, por lo que hemos acordonado este espacio».

La Archicofradía ha reubicado en su sitio todo lo que se habían llevado por la afectación por las obras. «Por motivos de seguridad ante la intervención que iba a realizarse –dice la Archicofradía–, se tuvieron que trasladar y embalar más de un centenar de elementos, entre cuadros, cornucopias, galerías, cortinajes, expositores, bancos, relicarios, jarras, vitrinas, imágenes, etc». «Igualmente –agregan– se protegieron los accesos a las estancias adyacentes y se empaquetaron los bienes muebles que, por su tamaño, no podían transportarse a otras ubicaciones en la iglesia de Santo Domingo y el Camarín».

La actuación sí ha finalizado en los habitáculos de la Congregación de Santo Domingo que se hallan debajo del Antecamarín.La sostenibilidad ya está garantizada, lo que ha frenado el proceso de deterioro del Antecamarín de la Inmaculada –el techo estaba sujeto con unos puntales–. Las vigas primigenias se han respetado y se han implementado otras medidas de sujeción. También está pendiente la sustitución del relleno sobre el que se aposentan las losetas por otro material más ligero y que ejerza menos presión.