La Virgen de las Angustias ya está en el crucero de la Basílica. M. D. Martñinez

La Virgen de las Angustias se encuentra ya en el crucero de la Basílica para su salida procesional

Ayer noche el Cuerpo de Camareras de la Hermandad Patronal vistió a la Patrona con su indumentaria de gala

María Dolores Martínez

Sábado, 27 de septiembre 2025, 10:26

La Santísima Virgen de las Angustias se encuentra ya en el crucero de la Basílica a la espera de su salida procesional de este domingo. ... Ayer noche el Cuerpo de Camareras de la Hermandad patronal procedió al cambio de la indumentaria que ha vestido para los cultos de septiembre por la de gala para esta gran cita. Como es tradición, la Virgen luce el manto del pueblo de 1899, bordado por las monjas dominicas. A juego, el jugón (chaquetilla) y la basquetilla (falda), al estilo de las damas de la Corte del siglo XVI.

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Sobre su pecho, el pecherín de 1992 con joyas de Cartier, la cruz pectoral que le regaló el arzobispo de Granada, José María Gil Tamayo, y las insignias del Ayuntamiento de Granada y de la Diputación. Por vez primera, la Virgen lleva rostrillo y puñetas a juego, realizados en encaje de punto de aguja del siglo XIX. Por lo que respecta al verdugo que enmarca su rostro, procede del siglo XVII y está realizado con plisado de tenacilla. Sobre su cabeza, la espectacular Corona de la Coronación de 1913, realizada por el joyero italiano Marabini y costeada por suscripción popular.

En el regazo de la Virgen, donde reposa el Cristo yacente, destaca el antipendio de 1889 de la Marquesa de Casablanca y los dos cojines de estreno. Están realizados sobre un damasco de seda granate de mitad del siglo XIX. La cenefa que los rodea es una reproducción de la que luce el manto de Isabel II de 1855 y el de la Hermandad de principios del XX. Sobre la media luna, el bastón de 1953 que le impuso el alcalde de Granada, Manuel Sola. Está realizado en marfil con empuñadura de oro y diamantes y fue un regalo de todo el pueblo de Granada, gracias a una suscripción popular.

También destaca dentro de todo el conjunto el sudario que prende de la cruz de plata, cuyo origen se remonta a la mitad del siglo XVIII. Para su restauración se ha trabajado en un dupión de seda en color blanco roto con un precioso dibujo dieciochesco y bordados de mucha calidad de 1750.

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