La violencia de género se rejuvenece
La evolución de las conductas machistas en parejas adolescentes preocupa a los expertos; pueden ser el germen de futuros asesinatos. Hace falta una catarsis social
YENALIA HUERTAS
Granada
Domingo, 19 de agosto 2018, 02:51
Pilar. Josefa. Mar. Leyre. Son las víctimas mortales que se ha cobrado en Granada este año la maldita violencia machista. Sus asesinos eran sus parejas, ... maridos o novios. Les arrebataron el pulso, la vida, el futuro... a martillazos, disparos o navajazos. Dos de ellas tenían sólo 21 años. ¿Está 'rejuveneciendo' la violencia de género? ¿Hay un aumento de conductas y agresiones machistas entre los jóvenes? La respuesta es sí. Al menos así se desprende de los datos de la última memoria del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, Ceuta y Melilla (TSJA), que en su último balance anual -el de 2017- dedicó por primera vez un apartado específico a 'Menores y violencia de género y doméstica'. En este capítulo, el Alto Tribunal revelaba que el 13% de los asuntos que tuvieron entrada en los juzgados de Menores andaluces el año pasado correspondían a violencia de género y doméstica. De violencia de género -la doméstica se enmarca en el ámbito familiar y no en la pareja- hubo exactamente en toda Andalucía 764 casos protagonizados por menores de 18 años, frente a los 666 registrados en 2016. El incremento de chavales juzgados por maltratar, amenazar, vejar, insultar o pegar a sus novias fue del 26%, ya que hubo 63 menores -53 de ellos de 16 y 17 años- sentados en el banquillo frente a los 50 de 2016.
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Pero es que si se analizan los datos de los últimos seis años de los casos que han aterrizado en las mesas de los jueces y fiscales de Menores, se aprecia que «han crecido considerablemente». Por eso, para el TSJA no hay que bajar la guardia «ante la persistencia y aumento de actitudes de este tipo de violencia en nuestros jóvenes, cuando, por el contrario, se trata de que ejemplifiquen desde edades tempranas los valores de igualdad, respeto y libertad».
Las estadísticas del Gobierno -las últimas son de junio- arrojan igualmente cifras que inquietan: 423 chicas de 14 a 17 años figuran entre las víctimas andaluzas registradas el Sistema de Seguimiento Integral en los casos de Violencia de Género (Sistema VioGén), con el que se pretende tejer una red «que permita el seguimiento y protección de forma rápida, integral y efectiva de las mujeres maltratadas, y de sus hijos e hijas, en cualquier parte del territorio nacional». De esas 423, 36 son de Granada, si bien 14 de los casos de la provincia están inactivos y no precisan temporalmente atención policial, lo que no significa que no se vuelvan a activar. En la franja de edad de 18 a 30 años, aparecen contabilizadas en seguimiento 20.476 víctimas en Andalucía, 2.026 de ellas en esta provincia. Del total provincial, sólo 373 casos permanecían activos antes del verano (158 con un riesgo no apreciado, 131 con riesgo bajo, 83 con riesgo medio y 1 con riesgo alto).
¿Por qué sigue habiendo crímenes machistas? Los expertos coinciden: «el machismo mata». ¿Y qué está fallando? Miguel Lorente, que es profesor de la Universidad de Granada, médico forense y fue delegado del Gobierno para la Violencia de Género siendo presidente Rodríguez Zapatero, cree que más que de fallo habría que hablar de insuficiencia. «Estamos poniendo mucho énfasis en trabajar y actuar sobre la violencia de género, pero no tanto sobre la causa de esa violencia de género, que es el machismo, y ese machismo es cultura», subraya. «Yo creo -añade- que la insuficiencia, o el fallo, si queremos tratar de destacar lo que no hacemos bien, está en no actuar de una manera mucho más directa e inmediata sobre la prevención».
El entorno de Leyre
En este punto, el experto recuerda haber leído que en el caso de Leyre, la chica asesinada en Dúrcal esta semana, había personas de su entorno que sabían que discutían y tenían problemas. Y eso, como confirma por su experiencia forense, es algo habitual. «¿Cómo podemos vivir en una sociedad que hace que la familia, que las personas cercanas entiendan que maltratar a la madre, a la hija o a la hermana es algo propio de la relación de pareja?», se pregunta.
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Lorente corrobora que lo que se observa «es más violencia, no con resultado de muerte, en edades más jóvenes», y tras evocar el cambio social que están liderando las mujeres a favor de la igualdad -basta pensar en el último 8M- deja claro que es imprescindible que ese cambio social se perciba también como necesario en los hombres. «Si no evitamos esa evolución de la violencia en personas jóvenes, terminarán también aumentando los homicidios», advierte.
Ley Integral
Desde que hace 14 años entrara en vigor la Ley Orgánica 1/2004, conocida como 'Ley Integral', que articula medidas tanto civiles como penales para proteger a las mujeres, ha habido otros cambios legislativos tanto a nivel autonómico como estatal para seguir avanzando en un camino en que por desgracia no se han frenado los crímenes. En Granada, desde 2003, se han registrado 32. Que la víctima tenga conocimiento de esos cambios legales, de todas las medidas impulsadas para ayudarla, de todos los recursos que existen a su alcance es crucial, como recuerda Juana Gil, catedrática de Filosofía del Derecho en la UGR, vocal del Observatorio Andaluz contra la Violencia de Género y experta en igualdad.
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A Gil no le cabe la menor duda de que las conductas machistas están afectando de forma preocupante a la juventud. «Ahora ya no te agreden solamente con una bofetada, sino que la manera de hacerte daño es a través las redes sociales», ensalza la experta, que considera que «el patriarcado se ha reinventado y, claro, llega a los adolescentes con una especial fuerza». En este contexto, aclara que como en el proceso de socialización no ha habido cambios, sino solo una apariencia formal de igualdad, «hay un repunte importante de violencia de género en adolescentes con especiales características que hay que estudiar y analizar». Para Gil, las campañas preventivas son fundamentales, y «ahí -destaca- nuestra reforma de la Ley de Igualdad andaluza hace referencia a la necesidad de trabajar la prevención y especialmente a campañas dirigidas a los padres y madres para que detecten también procesos de violencia». Miguel Lorente coincide con ella en que no sólo hay que prevenir desde el ámbito de la educación, sino también en la sanidad. Porque los estudios demuestran que las mujeres que sufren violencia de género acuden un 20% más al médico que las que no la sufren; la violencia genera problemas de salud. Detectar esa violencia incipiente es básico para que no vaya a más, «y ahí podemos -resalta Lorente- ser eficaces en la prevención de casos graves».
Aunque el mensaje se repita una y otra vez, no hay que dejar de lanzarlo: hay que denunciar. Sin denuncia el maltrato vive en clandestinidad y se aprovecha de la invisibilidad que el silencio le procura. ¿Y cómo ha de interpretarse un descenso de las denuncias? En Granada, en el primer trimestre de este año se han registrado 170 denuncias menos que el mismo periodo del año pasado. En opinión de la coordinadora provincial del Instituto Andaluz de la Mujer (IAM), Ana Belén Palomares, el descenso se ha de interpretar «como algo negativo», pues la denuncia marca «la ruptura» con la situación de violencia y «es fundamental a la hora de la protección de las mujeres». Otro aspecto esencial a su juicio es que «todos y todas las agentes que intervienen en los procesos de violencia estén formados y cualificados».
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Cambio
Para Palomares, el principal obstáculo para erradicar esta lacra «es la cultura que descansa sobre los cimientos del machismo». Por eso coincide con el resto en que hay que cambiar de un modelo social patriarcal a un modelo social feminista. Confirma asimismo que «es una realidad» el aumento de la violencia machista en la juventud. «Cada vez -afirma- conocemos más casos en parejas jóvenes, en las relaciones de noviazgo».
Desde el mundo judicial aseguran que «no hay un patrón» y que, aunque en las cifras se aprecie ese repunte entre la juventud, el maltrato no tiene edad. Las fuentes atribuyen el aumento de menores enjuiciados a que se denuncia más y creen que actualmente hay medios suficientes para actuar contra el que insulta o pega. «Eso se ataja aquí rápido cuando se denuncia. Hay medios más que suficientes. Funcionan a nivel jurídico, social, institucional... y funcionan correctamente, pero eso no quita que un día salga el homicida y mate». En los últimos crímenes registrados en Granada, de hecho, no hubo señales de aviso. «La gente se cree que es una progresión: primero controlo, después insulto, después amenazo, después pego y después mato, pero no es así», indican. Sí hay un componente que se repite en casi todos casos: los celos. El teléfono contra el maltrato es el 016.
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