Toda una vida en Gor y un sueño cumplido en el Vaticano
Los vecinos regalan un viaje a Roma a Tomás, un empleado municipal que ha trabajado durante más de 40 años al servicio del pueblo
Tomás se emociona cuando cuenta cómo ha sido su jubilación después de trabajar durante 40 años en el Ayuntamiento de Gor. «Ni en mis mejores ... sueños podía imaginar lo que sucedió», dice.
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El pasado 30 de abril, terminó su jornada laboral hacia las 15.00 horas, como cada día. Pero esta fue la última jornada laboral de toda su vida. Se dirigió a un bar del pueblo, donde había quedado con algunos compañeros del Ayuntamiento para tomar unas cervezas y despedirse. Pero una vez allí, se llevó una gran sorpresa. No solo estaban los miembros del Ayuntamiento de Gor, también su mujer, sus hijos y hermanos.
Veinte personas que quisieron participar en la calurosa despedida de Tomás y que él no olvidará nunca. Pero la sorpresa no acabó ahí. Tras recibir una placa en recuerdo a su trayectoria, los presentes le entregaron un sobre: dos billetes de avión para él y su mujer Lourdes con destino a Roma. «Pasamos de no haber salido nunca de España a visitar esta ciudad», señala el hombre. Allí pudieron exprimir al máximo su devoción y fe cristiana. Visitaron el Vaticano, la Basílica de San Pedro e incluso estuvieron en la primera salida del Papa León XIII. «Ver cómo saludaba desde el papamóvil ha sido un sueño hecho realidad que nunca creíamos poder vivir», declara.
Aportación vecinal
Ahora, unos días después enseña con orgullo cada una de las fotografías que tiene junto a Lourdes en la capital italiana. Recuerda el viaje y la experiencia, y cuenta las «mil calamidades» que pasaron en el aeropuerto hasta llegar a su avión. Lo hace con una sonrisa, cierto nerviosismo y un agradecimiento infinito. Sostiene en sus manos un libro en el que muchos habitantes del pueblo le han escrito una dedicatoria y lo guarda con cariño mientras lee sus mensajes. «La relación con todo el pueblo ha sido siempre muy cercana», asegura.
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Tomás no solo fue fontanero y electricista en Gor, también se encargó de otras muchas labores de mantenimiento en el pueblo.
Sus paisanos reconocen la entrega, la dedicación y el buen trato que siempre han recibido por su parte. «La gente nos preguntaba interesada para participar en regalo de despedida cuando venía a firmar el libro de dedicatorias», relata el alcalde de Gor, Ambrosio Molina. Así fue como consiguieron recaudar el dinero para el viaje de Tomás, que ahora comienza una nueva vida sin dejar atrás su pueblo.
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