Desde el pasado 17 de julio, el pequeño Alien, 'Ali' como le dicen, de 8 años, disfruta de su estancia en Granada. Alfredo Aguilar

Un verano desde el Sáhara a Peligros

Una familia granadina que acoge a un niño saharaui relata las peripecias de su estancia. «Es muy bonito ver el proceso de adaptación»

Patricia Vaca Moreno

Viernes, 11 de agosto 2023, 23:48

José Fernando Cenit y Leticia Fernández, vecinos del municipio de Peligros, tenían la ilusión desde hace tiempo de poder acoger a un niño saharaui en ... casa. Desde el pasado 17 de julio, el pequeño Alien, 'Ali' como le dicen, de 8 años, disfruta de su estancia en Granada gracias al programa Vacaciones en Paz, de la Asociación Granadina de Amistad con el Pueblo Saharaui.

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«Conocimos el programa de casualidad, por medio de una compañera mía que había acogido a un niño», manifiesta José Fernando, quien expresa que es la primera vez que participan en un programa de este tipo. Por su parte, Leticia confiesa que «desde pequeña siempre le llamó la atención este tipo de proyectos», aunque sus padres nunca se decidieron a dar el paso.

José Fernando y Leticia, ambos maestros de profesión, son padres de tres hijos de 13, 10 y 6 años. «La gente que solemos participar en este tipo de programas somos familias con dos o tres hijos», recalca Leticia, quien señala que hay que buscar alternativas para que las familias se animen a participar en el proceso. «Antes venían 3.000 niños a Andalucía, ahora vienen 600», concluye.

El programa Vacaciones en Paz tiene como objetivo mejorar la asistencia médica de los niños y alejarse de las temperaturas extremas durante los meses de julio y agosto de su lugar de residencia. La edad de los niños va de los 8 hasta los 12 años, con la finalidad de que el niño que venga a España con 8 años pueda repetir de la estancia cada verano hasta los 12 con la misma familia.

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Para poder participar en el programa las familias tienen que ser miembros de la asociación. En el caso de los Cenit Fernández, se unieron en septiembre del pasado año y comunicaron su intención durante los meses de primavera. Posteriormente, los interesados son entrevistados por un trabajador social, que es la persona encargada de dar el visto bueno a los aspirantes.

Uno más de la familia

«Hasta que el menor no llega a casa no tenemos datos sobre él ni él sobre nosotros», sostiene José Fernando, quien expone que solo pudieron expresar que preferían que fuese un niño por deseo de su hijo Pablo, ya que es el único chico de los tres hermanos. Una vez llegan a Granada, los menores reciben asistencia médica general, y posteriormente, cada una de las familias tienen que llevarlo al pediatría y al dentista.

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El día a día de 'Ali' es similar al de sus hermanos de acogida. Durante las dos semanas en las que el menor lleva instalado en Peligros, este ha disfrutado de diversas actividades, ha conocido a todos los amigos e incluso ha realizado un viaje con la familia. «Lo bueno es que nosotros tenemos vacaciones y podemos hacer muchas cosas con ellos», recalca el matrimonio.

Alfred Aguilar

La familia de adopción señala que el primer día de llegada fue duro. «Echaba de menos a los padres y por la tarde quiso volver a llamarlos», recalca Leticia. Sin embargo, desde la asociación recomiendan que la comunicación con los familiares se realice solo una vez a la semana. «Los padres lo entendieron perfectamente y salió de ellos el establecer el límite de no estar hablando todo el día», menciona la familia.

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José Fernando y Leticia hacen hincapié en que es una experiencia muy recomendable por los objetivos que se establecen desde el programa. «La intención es mejorar la salud de los niños en un sistema amplio», enuncia Leticia, quien detalla que el propósito se centra también en mejorar su alimentación. «Ayer fuimos a comprar al supermercado y escogió fruta, algo muy significativo para un niño de su edad», puntualiza.

Carmen, que es la hija mayor del matrimonio, subraya que la experiencia le está aportando «más empatía a ella y a sus familiares y amigos». «Damos las gracias por todo lo que tenemos aquí. Es muy bonito para nosotros ver todo el proceso de adaptación, lo bien que se lo está pasando y lo agradecido que es».

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Aunque el programa suele tener una duración de dos meses exactos, el menor seguirá disfrutando de su estancia hasta finales de agosto, ya que este año la llegada de los menores se ha producido más tarde de lo habitual.

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