Las ventanas abiertas a la lectura
De forma espontánea, tres ventanas en lugares tan dispares como la calle Molinos del Realejo, el Barranco del Abogado o la Placeta de la Cruz ofrecen libros y revistas de forma gratuita
Javier F. Barrera
Martes, 10 de diciembre 2024, 00:02
Que se sepa, la primera biblioteca-ventana que apareció como por arte de birlibirloque en la ciudad de Granada estaba en el barrio del Realejo. ... Hace unos siete años, lo que ya tiene su mérito, los libros iban y venían de mano en mano gracias a la iniciativa de una vecina greñúa que convirtió su alféizar a pie de calle en una biblioteca pública. Se trata del número 61 de la calle Molinos de Granada, un lugar muy frecuentado, con lo que la biblioteca-ventana tiene un éxito más que razonable y ve el tráfico de libros a diario.
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Se trata de la iniciativa que desarrolló una vecina de ese mismo inmueble hace casi ya cinco años. «Se le ocurrió a mi tía Conchi, confirma el sobrino, que abre la puerta de la vivienda para contestar a nuestras preguntas». «Ella está muy contenta con el resultado, porque después de tanto tiempo la idea ha crecido y muchísima gente, a diario, deja libros y se lleva otros. Y siempre sin ningún problema». Con esta iniciativa, el Realejo tiene ya dos escaparates con libros. Por un lado, esta misma biblioteca-venana y, por otro, el de Tremenda Librería, al otro lado de la calle Molinos, que ha devuelto el trasiego librero a este barrio desde hace dos años.
«Aceptamos donaciones para nuestra iniciativa, o puedes llevarte también el libro que quieras», explica Lola Fandila, del Barranco
Cosas del momento, cuando se realizó este reportaje el alféizar solo mostraba un solitario volumen, pero muy adecuado para estas fechas. Se trata de 'Día de Reyes Magos', firmado por de Emilio Pascual (Autor), Javier Serrano (Ilustrador). Es una obra que ha logrado varios premios. Entre ellos, el premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil, 2000 y el premio Lazarillo, 1998. Se trata de una edición anotada en la que el protagonista adolescente de esta obra experimenta esa sensación de ruptura y desencuentro que ocasiona todo proceso de conocimiento y maduración. A la vez inicia un difícil aprendizaje de la vida a través de la lectura, o acaso de la lectura a través de la vida. Una vez más, filosofía y literatura se encuentran, esta vez dirigidas por el bastón o batuta de un pedagogo ciego, a quien los dioses no le concedieron el dulce canto como a Demódoco, pero sí la clarividencia de quien no está mediatizado por la engañosa perspectiva de los ojos. Transcurridos veinte años, aquel adolescente, ya adulto, sabe que la escena del gran teatro del mundo se repite, aunque jamás es idéntica, que también él, de alguna manera, habrá de ser estatua, ciego o payaso lloroso. Como se ve, altura literaria esperando en una ventana del Realejo. No puede la imagen ser más bonita.
El libro, seguro, pronto desaparecerá. «Nos llevamos las buenas novelas que encontramos al colegio Hurtado y las leemos. Luego las devolvemos a su sitio para que otros más puedan disfrutarlos», explica la filosofía del BookCrossing un chaval del centro.
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BookCrossing o BC (pronunciado becé) es la práctica de dejar libros en lugares públicos para que los recojan otros lectores, que después harán lo mismo. La idea es liberar libros en la jungla de asfalto para que sean encontrados por otras personas.
Y tres ventanas de Granada acogen esta iniciativa. Además de la biblioteca-ventana del Realejo, hay otra en la Placeta de la Cruz y una recién abierta en el Barranco del Abogado. Lola Fandila, presidenta de la asociación vecinal, invita a participar en esta nueva acción cultural.
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