Más de veinte pueblos con plantillas insuficientes tienen acuerdos para pedir policías locales 'prestados'

Todo aquel ayuntamiento que requiera estos servicios debe comunicarlo a la Delegación de Gobernación de la Junta de Andalucía, que da el visto bueno. Ellos tienen el registro de todos los convenios vigentes. IDEAL solicitó tener acceso a él, pero fue denegado. Por ello, ha contactado directamente con los consistorios para comprobar quiénes prestan agentes, por qué lo hacen y cuáles son los resultados. En muchos de ellos prima la cercanía, es decir, tienen a cuadrarse con localidades cercanas. Ocurre también que algunos de ellos establecen pactos bidireccionales, es decir, se 'intercambian' agentes en función de las necesidades.

Granada capital tiene actualmente un par de convenios para ofrecer ayuda «siempre que el policía no esté trabajando en ese turno y, por supuesto, de manera voluntaria, sin ocasionar un perjuicio para la de Granada». Lo mismo ocurre en La Zubia, que facilita agentes a Cájar para «eventos extraordinarios» cuando tienen el día libre. Antes tenían convenios con otros pueblos, pero van variando.

Maracena, cuya plantilla asciende a 22 agentes -sumará próximamente otros tres de comisión- es propicia a que les soliciten el acuerdo. Agentes acuden desde hace años a Albolote, Fuente Vaqueros, Vélez de Benaudalla y hasta a un pueblo de Jaén. «Cuando tienen carencias normalmente nos llama el jefe y tenemos una lista de voluntarios para ir», cuenta Manuel Quirosa, responsable del cuerpo. Para los agentes, lógicamente, el dinero extra es un aliciente. El pago de las horas de trabajo lo acuerda cada ayuntamiento.

El pacto que afecta a Alhendín, que cuenta con siete agentes, también es unidireccional; sus agentes se desplazan hasta Chauchina, La Malaha y Huétor Tájar. Acuden de media unas tres veces al mes a cada localidad. «Ocurre siempre y cuando lo pidan y cumplan con su horario en el pueblo, van en sus horas libres. No solo acuden cuando hay eventos especiales, también para cubrir bajas», cuentan desde el consistorio.

En cuanto a los pueblos solicitantes, Albolote tiene actualmente 14 agentes y a la larga pretenden llegar a 20 cuando se cubran las salidas por jubilación. Mientras se hacen efectivas esas plazas, estos convenios sirven «para reforzar la plantilla», tal y como explican fuentes del cuerpo. Reciben apoyo de Pinos Puente, Peligros y Maracena. La frecuencia varía según las circunstancias del pueblo.

Municipios de menor dimensión, como Dílar, se ven especialmente beneficiados. Al contar solo con un policía local, quedarían demasiadas horas sin cubrir cuando se ausenta, así que valoraron estos pactos como una solución. Lo tienen vigente con Peligros. «Todos los meses hacemos un calendario de eventos, se lo pasamos y cuadran la agenda. Se turnan unos cinco agentes para venir y nosotros asumimos el coste; se paga como una hora normal», apostilla José Ramón Jiménez, alcalde. La temporada veraniega, cuando el río Dílar congrega a cientos de visitantes, es una excusa perfecta para solicitar refuerzos. «Estamos muy contentos con el acuerdo, controlan el tráfico y cubren las necesidades que surgen», manifiesta.

En una situación similar se encuentra Chauchina, que solicita refuerzos a Alhendín, Santa Fe, Cájar y Monachil, entre otros. «Tenemos ese acuerdo para emergencias de cualquier tipo, donde nos prestamos apoyo en todo momento. Es muy útil por la falta de efectivos que tenemos los ayuntamientos», apunta Jesús Fernández, alcalde de Chauchina.

Hay municipios que establecen convenios bidireccionales, y se ceden mutuamente efectivos cuando las circunstancias así lo requieren. Es el caso de Santa Fe, que está pendiente de renovar los acuerdos, pero hasta el año pasado intercambiaba con Montefrío y Molvízar. Además, le ceden efectivos a La Malaha, Chauchina y Peligros. «Lo comunicamos a la Delegación de Gobernación y normalmente dan el visto bueno», detalla Juan Morales, jefe del cuerpo. Es una solución, admiten, mientras se saca la oferta de empleo y se incorporan agentes, proceso que puede dilatarse hasta un año y medio. «Funciona muy bien, no se quedan servicios sin cubrir, sobre todo en fiestas, cuando hace falta más gente», aclara.

Huétor Vega está en la misma situación con Cenes de la Vega; tienen establecido un convenio permanente de un año prorrogable. Les resulta «muy útil» en las fiestas patronales y eventos de cierta envergadura, además de para cubrir las vacaciones o bajas de los agentes del otro pueblo. Tanto el alcalde, Mario del Paso, como la concejala de Seguridad Ciudadana, Olga Calvente, están «muy satisfechos» porque permite «optimizar» las plantillas. «También es positivo porque los agentes ven el funcionamiento que se lleva a cabo en otras localidades y puede servir para coger ideas de mejora para implantarlas en este pueblo», cuentan desde el consistorio.

Asimismo, consideran que puede ser un paso previo de cara a la posible creación de un cuerpo de policía metropolitana, que establezca una mejor coordinación y cooperación entre las jefaturas de Policía Local de pueblos próximos. En este sentido, desde el Ayuntamiento de Cenes de la Vega explican que el acuerdo estará presente mientras preparan futuras convocatorias para reforzar su plantilla.

A la hora de analizar la utilidad de esta modalidad con asociaciones de policías locales, estas consideran que se está usando más «como parcheo de la falta de personal». «La herramienta está pensada para en un momento dado suplir la necesidad de incremento de efectivos, pero en la práctica no es así», cuentan. Además, alertan de que si las plantillas no crecen y los convenios se dejan de prestar, se dejan de cubrir los servicios y «afecta a la seguridad».

Estas mismas fuentes consultadas ponen el foco también en el pase a segunda actividad de los policías, que «merma» la capacidad real de las plantillas en la calle. «Muchos municipios de la provincia están con uno o dos agentes, lo cual impide cubrir un servicio tan esencial como la seguridad», advierten.