Empresarios estallan y lían un atasco en la N-340 entre Motril y Torrenueva para exigir la A-7
Armaron un monumental atasco espontáneo al circular con medio centenar de vehículos a diez por hora
M. NAVARRETE
Sábado, 28 de agosto 2010, 06:54
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Ya ni las promesas del presidente de la Junta, José Antonio Griñán, del diputado Manuel Pezzi o del mismísimo ministro de Fomento, José Blanco ... , calman el cabreo que acumulan los ciudadanos de la Costa granadina después de años de agravios con las infraestructuras. Este verano los ánimos están más caldeados que nunca y apenas basta una chispa para que prenda la mecha. Tanto es así, que ayer un grupo de trabajadores y empresarios de los que cada día sufren los atascos en la N-340 y las penurias de no tener autovía decidió tomarse la 'justicia por su mano' y poner en práctica de manera espontánea lo que se lleva años escuchando en la calle y los bares de la Costa pero que jamás se había atrevido a hacer nadie, aquello de «teníamos que salir todos a cortar la travesía de Torrenueva y que llegaran los coches hasta...». Ellos estallaron y lo hicieron de verdad. Alrededor de medio centenar de vehículos, conducidos por empresarios y vecinos de la Costa, se echaron a la N-340 y armaron un monumental pitote al circular a velocidad excesivamente lenta por un carretera que, de por si, necesita poco para convertirse en una ratonera.
La caravana partió a las doce del mediodía de Puntalón, comprobó que las obras del tramo que tiene que sortear la travesía de Torrenueva están paradas -por más que el Gobierno mantenga que no hay problemas- y se echó a la N-340, circulando a diez por hora como protesta. Lo que le faltaba a esta carretera, tradicional punto negro, en un viernes de finales de agosto en hora punta.
Los coches que participaron en la improvisada protesta realizaron el trayecto de ida y vuelta entre Motril y Torrenueva, a velocidad anormalmente reducida e incluso realizando paradas intermitentes desde la rotonda del Kilómetro 1 hasta la localidad torreña, lo que generó una espectacular caravana en estos siete kilómetros.
Multas
El colapso, más raro de lo habitual ya que los coches 'tapón' dejaban un hueco delante, pronto alertó a la Guardia Civil de Tráfico que se concentró en las rotondas de Torrenueva y el Kilómetro 1 para 'pillar' a los infractores. Varios de los vehículos fueron denunciados. «Es que esto no se hace así, ¡por Dios!, ¿cuánta gente más hay?», reñía un agente a uno de los conductores de la protesta, que aguantaba estoicamente la bronca y la multa detenido en la cuneta, a la altura del kilómetro 336. La presencia de los agentes fue dispersando a los conductores y la circulación volvió a la normalidad -que en este caso y a esas horas era poco mejor que el atasco- sobre las una y media de la tarde.
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Gente de Torrenueva
Carpinteros, constructores, conocidos hosteleros, empleados de talleres, gente de la construcción, desempleados, vecinos de Torrenueva o los jefes y los trabajadores de los principales almacenes hortofrutícolas de la Costa eran algunos de los que conducían los coches que crearon el atasco. No llevaban banderas, ni pancartas, conscientes de que hacían una actividad irregular y que se exponían a sonadas multas, pero tampoco se escondieron ya que la mayoría de los trabajadores utilizaron los propios coches de las empresas, de las más señeras de la Costa. Lógicamente, ni la Asociación de Empresarios de la Costa, AECOST, ni la Cámara de Comercio de Motril ni ninguno de los colectivos que impulsaron el 27-J pudieron respaldar oficialmente una protesta ilegal aunque sí se pudo ver a muchos de sus miembros, de forma personal, secundarla. Los participantes contaron a este periódico que el 27-J marcó un punto de inflexión y que todos los días 27 de cada mes se van a celebrar protestas o actos reivindicativos.
Un correo anónimo, alertaba al mediodía de ayer a las redacciones de los medios: «Hoy a las 12, en la N-340, se va a liar». Según contaron algunos de los participantes, se fueron «echando los teléfonos» y 'calentando' unos a otros para animarse a secundar una idea que ya se había expuesto en reuniones de los colectivos empresariales. De hecho, en el seno de las asociaciones hay grupos que consideraban que las manifestaciones, como las del 27-J, dentro de las ciudades sirven para poco y que hay que pasar a la acción con protestas más llamativas para exigir hechos concretos y no palabras.
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La de ayer la sufrieron centenares de vehículos que se quedaron atrapados en la N-340. Los que conocen la Costa de Granada tampoco se extrañaron demasiado porque es habitual atascarse a la altura de Torrenueva. No obstante, la gran caravana de vehículos parada, además en ambos sentidos, sí hizo sospechar de que se trataba de algo extraordinario y los ocupantes de los vehículos se asomaron a las ventanillas para preguntar qué estaba pasando. También se vivieron algunas situaciones peligrosas, ya que unos cuantos conductores perdieron la paciencia y optaron por adelantar por la derecha a los vehículos que se paraban.
«Yo lo hago porque me lo han dicho en la empresa, pero totalmente convencida. Ya está bien, tenemos que hacer algo. Queremos evidenciar que esto es lo normal que tenemos que sufrir nosotros cualquier día del verano», valoraba una joven participante en la protesta al volante del coche de su empresa hortofrutícola.
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