Las últimas horas de los teléfonos rotos
El martes por la tarde Salvador reunió a los órganos del partido en la provincia en un intento de salvaguardarse ante el expediente de expulsión que ya se barruntaba. A los suyos, también les dejó de coger el teléfono
Jueves, 8 de julio 2021, 01:14
José Luis Ábalos llegó el martes por la tarde a Granada y pernoctó en el Parador. Dice su equipo que la visita para inaugurar ayer ... el tramo de carretera en Pinos Puente estaba cerrada desde hacía tiempo y puede que hasta sea cierto. Por la mañana, anunció su presencia en el pleno el vicepresidente segundo del Congreso y 'sanchista' de primera generación, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis. Y por el Ayuntamiento apareció también el alcalde de Sevilla y secretario general nonato del PSOE-A, Juan Espadas. Es evidente que tenían garantizado que Paco Cuenca saldría elegido alcalde y harían de esta reconquista un símbolo de la nueva etapa del socialismo andaluz.
Publicidad
Esta vez, Luis Salvador dijo la verdad y votó lo que había anunciado. Sus argumentos resultaron hasta coherentes. Llegó a la plaza del Carmen acompañado del diputado provincial Francisco Rodríguez Ríos; también exmilitante socialista –fue alcalde de Armilla– y de quien se dice que ha ejercido de puente entre Salvador y el PSOE.
El expedientado coordinador provincial de Ciudadanos –fundador del movimiento naranja y hoy a un tris de la expulsión– asegura que no tiene nada pactado con los socialistas. Que todo ha sido por despecho para responder la afrenta de sus antiguos socios del PP; otrora partido con el que estaba tan mimetizado que hasta se barruntaba su tránsito de cara a las próximas elecciones. Salvador tiene llamadas y mensajes sin responder de la dirección popular en Granada desde el fin de semana. La última conversación de Luis Salvador con el presidente provincial del PP fue en la Ermita de los Tres Juanes. Francisco Rodríguez le vino a advertir que su resistencia podría ser su final político y el todavía alcalde le respondió con la frase que un día, en una sobremesa, le dijo Mario Conde pero cambiando el sujeto: «Perdona, estás hablando con Luis Salvador». Y dio otro de esos giros imposibles que siempre pensamos que es el último.
Salvador cuenta que también le han rondado estos días desde otras instancias del PP. Aunque la realidad es que Génova se ha inhibido y ha respetado la autonomía del partido en la provincia; y que la dirección regional –la única que podía haber reconducido algo– no ha querido enfangarse en un problema que no se creó desde Sevilla. Esta inacción entraña su riesgo, porque el coste electoral por la pérdida del gobierno municipal de Granada lo puede acusar también Juanma Moreno.
Publicidad
Sí atendió el martes Luis Salvador alguna llamada de Vox por cortesía. Hablaron del amago de proponer a Onofre Miralles como posible candidato de consenso a la desesperada para mover el avispero. No hubo más, porque Salvador ya tenía la decisión tomada.
El martes por la tarde, Salvador reunió a los órganos del partido en la provincia ––afines en su inmensa mayoría– en un intento de salvaguardarse ante el expediente de expulsión que ya se barruntaba. A los suyos, también les dejó de coger el teléfono y en las conversaciones previas les vino a decir que no tenían ni idea de las singularidades del Ayuntamiento de Granada.
Publicidad
Y ayer entregó su voto a Paco Cuenca; al que plantó en 2015 cuando el pacto parecía hecho. Después se le vio hablar con Juan Espadas y Gómez de Celis como si se conocieran de antes. De cuando los tres estaban en el PSOE.
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión