La oca suele dejarse ver junto a la entrada del embovedado. PEPE MARÍN

La última oca del Paseo de los Tristes

Los vecinos denuncian que un perro de presa acabó con la camada de patos que se instaló en el Darro. Por otro lado, piden que se desratice el cauce tras detectar mayor presencia de roedores

Javier Morales

Granada

Martes, 12 de mayo 2020, 01:50

La Carrera del Darro se desconfina. Por sus piedras aún no corren los habituales grupos de turistas, pero la estampa matutina de la calle más ... fotografiada de Granada ya se empieza a parecer más a la de un lunes normal de temporada baja. En las primeras semanas del estado de alarma, allí solo se escuchaban el crujir del Darro en su descenso hacia el embovedado y el repique de las campanas. Ahora los autobuses, taxis y motos ya pasan con más frecuencia y empieza a haber pequeños atascos con los peatones. El sonido ambiente es bien distinto, pero sigue sobresaliendo un graznido: el de la última oca del Paseo de los Tristes.

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Muchos granadinos, denuncian los vecinos, han hecho de este, como de otros enclaves del Albaicín, la meta de los paseos vespertinos e incluso un lugar de reunión. Hay quien llega a meterse por el cauce: encontrará ratas y culebras, pero no a la familia de patos ni a una de las dos ocas que hicieron del río 'que da oro' su hogar. Los residentes de la zona fueron testigos de cómo unos perros de presa acabaron con las anátidas y piden en un grupo de Facebook que si alguien logró identificar al dueño dé aviso a la policía.

La pareja de ocas, explica Belén, una vecina cuya terraza tiene vistas al río, llegó allí hace alrededor de un año y medio. Los patos, más pequeños, se acomodaron hace un año en esta época. «Fue magnífico», recuerda la vecina. Dejó de verlos en invierno, pero volvieron a revolotear con la llegada de la primavera. Hace alrededor de una semana, «alguien paseando con el perro entró abajo al río y el perro se ensañó con los patos y con una de las ocas», relata. Ayer en la Carrera del Darro, junto a un local turístico que acaba de echar el cierre, comentaban que los culpables fueron dos perros de presa. Se preguntaban durante cuánto tiempo podrá sobrevivir sola la última oca del Darro. Ahora que los patos se escapan del parque García Lorca para pasear a sus anchas por Arabial, desaparecen los que llegaron de forma natural para establecerse en el río. Un paso atrás en la renaturalización de los cauces por la que apuestan cada vez más ciudades. «Son animales que han venido aquí naturalmente, que se instalen en el río da 'buen rollo'», cuenta Belén.

Ratas, la oca y una culebra en el cauce urbano del Darro. J. E. C. Y PEPE MARÍN

Las aves palmípedas no son los únicos animales que preocupan a los vecinos de esta zona. En el río hay ratas. Es una imagen habitual, explican quienes viven cerca, pero nunca las habían visto con tanta frecuencia como ahora. El presidente de la asociación de vecinos del Albaicín, Antonio Jiménez, habla de «manadas», según lo que le hacen llegar los residentes de la zona más cercana al cauce. Suelen dejarse ver por las 'isletas' de arena que quedan a ambos lados del Darro. Incluso, sospecha, pueden haber sido estas las que han acabado con los otros moradores de este ecosistema, los patos.

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«Ya le hemos dicho al Ayuntamiento que tiene que desratizar el Darro», subraya. Los roedores se dejan ver por las callejuelas de Albaicín y Realejo. Hay quien asocia su presencia con la suciedad de la corriente y las orillas. Como pudo comprobar ayer IDEAL, no es difícil encontrar basura entre los matorrales que estos días bañan de verde la Carrera. Esto no es cosa de los animales, sino de los humanos. Con el inicio de la desescalada y la llegada del buen tiempo son cada vez más los que entran al Darro a la altura del edificio del Rey Chico, lamentan los residentes del barrio, que han remitido una carta a la Subdelegación del Gobierno pidiendo más vigilancia.

Sobre el problema de las ratas, el concejal de Salud del Ayuntamiento de Granada, Carlos Ruiz Cosano, explicó que desde la declaración del estado de alarma el área que dirige «ha intensificado considerablemente las labores de higiene y desratización así como la revisión de cebos, precisamente para evitar la presencia de estos animales en un momento en que, la bajada del tráfico y la menor presencia de personas en las calles ha propiciado la salida de este y otros animales a la vía publica». Invita a dar aviso de cualquier incidencia de esta y otras características al teléfono 010 o a través de la 'app' Granada Mejora, «que en todo momento está actuando a la mayor brevedad posible».

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