«Hemos tenido tres deflagraciones con mucho peligro por el uso del gas para extraer hachís»

«En todos los casos nos hemos encontrado con materiales artesanales y con estructuras muy precarias para efectuar este proceso de BHO, lo cual entraña un riesgo añadido», señala Sergio G., responsable de la unidad de los Tedax de la Guardia Civil de Granada.

Los tres casos de deflagraciones registrados en Dúrcal, Armilla y Atarfe entre 2021 y 2022 dejaron a seis personas ingresadas en la Unidad de Cuidados Intensivos con quemaduras muy graves, generó destrozos en tres viviendas y un riesgo para terceros muy importante. «Hemos tenido tres deflagraciones con mucho peligro por el uso del gas para extraer aceite de hachís. Aunque lo importante es el riesgo que ha existido para terceras personas y para quienes lo manipulaban. En Armilla, la explosión disparó una puerta de madera que si pilla a alguien lo mata; y en Atarfe cayó a la calle una pared entera que tampoco cogió a nadie», advierte este especialista en desactivación de explosivos.

El método del BHO permite extraer aceite de hachís después de usar gas butano puro como disolvente de las hojas de marihuana. Mediante esta práctica se obtiene una resina de origen cannábico altamente concentrada, con valores de tetrahidrocannabinol (componente psicoactivo) cercanos al 90 %, mientras que la marihuana tiene una concentración de entre el 10 y el 15 %. Todo ello supone un enriquecimiento mucho mayor una vez vendida esta droga si se compara con el beneficio de la marihuana. Si el gramo de marihuana se puede adquirir por dos o tres euros, el aceite de cannabis sativa puede hasta triplicar esos beneficios.

La explosión registrada en un piso de la calle Campohermoso de Dúrcal en junio de 2021 acabó con cuatro individuos ingresados en la UCI con quemaduras severas, dos de ellos eran menores de edad. El siniestro se desató mientras los dos adolescentes y los dos jóvenes trataban de extraer aceite de hachís mediante la técnica del BHO. «Cuando se está inyectando gas, éste se mezcla con el aire, y eso es lo que puede provocar una atmósfera explosiva cuando alcanza ciertos parámetros y se le imprime cualquier tipo de energía calorífica que puede ser la apertura de la puerta de un frigorífico o el mero hecho de encender la luz de una habitación», comenta el jefe de los Tedax del instituto armado.

La deflagración en el piso de Armilla en marzo del pasado año dejó a uno de sus ocupantes con quemaduras en el 16% de su cuerpo. La Guardia Civil halló cinco kilos de cogollos de marihuana y más de diez de residuos de cannabis sativa preparados para extraer el citado aceite. Los dos heridos, uno grave y otro leve, fueron investigados por un delito contra la salud pública.

Tercer caso. Los Tedax hallaron el pasado mes de enero en una vivienda de Atarfe, ubicada en la cuarta planta de un edificio, un minilaboratorio con cargadores manuales de gas butano puro, más de cuarenta botellas de estas, y marihuana. En el momento de la explosión estaban manipulando el gas para elaborar aceite procedente de la planta de la marihuana. Uno de los jóvenes, de 19 años, ingresó en la UCI en estado crítico.

«No es una práctica nueva, pero sí novedosa. Nunca habíamos tenido tres deflagraciones por esta causa en tan corto espacio de tiempo. Hay que advertir de que es una técnica muy peligrosa tanto para quien la practica como para terceros que viven en el mismo edificio», concluye el responsable de los Tedax del instituto armado.

La moda del BHO se ha extendido por todo el país. Algunos 'grow shop' venden el kit artesanal para hacerlo en la propia casa, con el riesgo que conlleva.