Los operarios vigilan el estado de la vegetación. IDEAL

Tras las miradas que previenen el fuego en Granada

Protección Civil vigila la zona urbana de la ciudad durante la primera alerta del verano por riesgo de incendio forestal

Leticia M. Cano

Viernes, 8 de agosto 2025, 22:54

Las alarmas por altas temperaturas azotan a la ciudad desde hace días y la alerta por riesgo de incendios forestales no ha tardado en llegar. ... Este año es la primera vez que se activa, lo que supone que los voluntarios de Protección Civil realicen labores de prevención por la zona urbana de la ciudad. Junto a ellos, efectivos del grupo Grafor de los Bomberos de la capital también se encuentran prevenidos con el objetivo de evitar incendios en una época en la que las altas temperaturas causan estragos.

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En el Parque de Bomberos Norte de la ciudad, las patrullas de Protección Civil preparan los materiales que necesitan para su jornada que abarca desde las 16.00 horas hasta las 22.00 horas. Comprueban los aparatos de comunicaciones, materiales de primera intervención, mangueras o mochilas sanitarias. Tras subirse en la patrulla anuncian su comienzo: «GR80 saliendo del Parque Norte».

José Manuel Rubí y Mari Ángeles Martín, voluntarios de Protección Civil, dan comienzo a su extensa jornada. Como cada día que salen a vigilar, deben recorrer las zonas que tienen más riesgo de incendio. El Fargue, Serrallo, Carretera de la Sierra y cementerio, Abadía del Sacromonte, Alhambra o Campus de la Salud. En total, superan las diez zonas por supervisar, lo que supone la vigilancia constante de cada rincón de la ciudad.

Cuando el sol no atiende a sus consecuencias y aprieta sin control, son estos voluntarios los que intentan frenar sus amenazas, pero, no es el único culpable. Barbacoas, cristales, colillas, hierbas secas y poca responsabilidad: los enemigos de la naturaleza granadina. Con prismáticos en mano, José Manuel y Mari Ángeles vigilan desde la zona del Serrallo, el lugar opuesto, es decir, la zona del Llano de la Perdiz y el cementerio, así como las pequeñas cuevas que quedan repartidas en el horizonte. «Hay que tener especial cuidado y atención», señalan mientras evalúan lo que los prismáticos les permite ver con alta resolución.

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En su patrulla llevan varios folletos que reparten entre las personas que se encuentran en zonas de riesgo o viviendas que puedan ser evacuadas. En ellos, explican lo que deben llevar en sus mochilas de emergencias, como documentación importante, agua, comida o medicamentos diarios. Además, indican cómo tienen que salir de sus viviendas y cómo deben prepararla ante el riesgo o abandonarla en caso de emergencia. A su salida deben dejar un trapo blanco, en señal de vivienda evacuada, así como desconectar el gas y la luz o cerrar ventanas y puertas, entre otras recomendaciones.

«A veces la gente no se hace a la idea de que un simple cristal o tarro son los que provocan los incendios», comenta José Manuel mientras conduce. «Muchos incendios son por simples descuidos», añade Mari Ángeles. Ambos se dirigen hacia el Parque de Bomberos Norte donde otros dos voluntarios se unirán a las labores de vigilancia y, además, pondrán en marcha una ambulancia como refuerzo.

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La jornada termina con la desactivación de los servicios de emergencia: Policía Local, Bomberos, 112 y 061. A ello, suman un parte de incidencias en el que añaden la información que han obtenido –como basura localizada o humo– y que, con anterioridad, han hecho llegar al jefe de servicios. Para estos vigilantes, las jornadas sin incidencias se convierten en un alivio que resuena entre los montes de la ciudad.

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