Cuatro billetes con destino Granada

El aeropuerto gestiona, según la información disponible en Internet, seis conexiones semanales con Barcelona: un vuelo de ida y otro de vuelta los viernes, domingos y lunes. La estación de Andaluces mantiene seis trenes diarios que enlazan, ida y vuelta, con Madrid, Sevilla y Almería, este último con transbordo en bus.

Son los últimos hilos, por aire y sobre raíles, que conectan a Granada con el resto de España desde que se decretasen las restricciones por el estado de alarma. Sólo están disponibles para viajes inaplazables de trabajadores de centros sanitarios, fuerzas de seguridad u otros empleados de servicios considerados esenciales, retorno al lugar de residencia habitual (caso de los estudiantes), asistencia a personas vulnerables o por causa de fuerza mayor debidamente justificada.

En el caso del aeródromo de Chauchina, la diferencia entre el 'antes y el durante' es significativa. Y para el después, se abre un interrogante sin respuesta: ¿cómo afectará el previsible descenso del turismo a las conexiones con Granada? La provincia había dejado atrás una crisis en la que pasó del millón y medio de viajeros de 2007 a los 638.289 de 2013. Luego volvió a ganar poco a poco pasajeros y conexiones nacionales e internacionales: Londres, Milán, París, Mánchester, Berlín, Nápoles, Nantes... En 2018 volvió a superar la barrera del millón de viajeros y cerró 2019 con un crecimiento del 11%, según fuentes de Aena.

En este contexto llega la crisis sanitaria. Primero, con el descenso de pasajeros por la recomendación de evitar viajes innecesarios. Y más tarde, el 14 de marzo, con la declaración del estado de alarma y las restricciones al tráfico de ciudadanos, que han propiciado una caída del 90% en las operaciones aeroportuarias en España. Ahora, la cifra de vuelos es muy reducida y con escasa continuidad, debido a los cambios que las aerolíneas hacen en su programación ante la fuerte caída de la demanda, explican desde Aena. El descenso en este y el resto de los aeródromos españoles es tal que Aena decidió el 7 de abril reorganizar la operativa para atender los vuelos 'a demanda': las compañías tienen que avisar con tres horas de antelación de que harán uso de las instalaciones. IDEAL las visitó para elaborar este reportaje una semana antes de que se tomara esta decisión.

Aunque sólo hay vuelos comerciales los viernes, domingos y lunes, el Federico García Lorca sigue disponible incluso en las jornadas sin tráfico aéreo. Cabe recordar que, aunque sólo atiende –según datos de la pasada semana– a seis vuelos comerciales, debe estar operativo para los de carga destinada a abastecer a la población o al sistema sanitario, de emergencia, de la ONT (Organización Nacional de Trasplante) o transporte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Por ahora no se ha recibido ninguna carga de material sanitario por esta vía.

Dan vida al aeropuerto, a simple vista, las figuras que se perciben en la torre de control, los policías nacionales que hacen guardia en la entrada, el personal de limpieza y mantenimiento o el trabajador encargado de la terminal. Por lo demás, el edificio de 8.000 metros cuadrados es un corredor desierto. No hay información en los paneles, no ruedan las cintas de las maletas, se amontonan las mesas y sillas de las cafeterías y las persianas en el acceso a la zona de seguridad y embarque están bajadas.

El personal de oficinas de Aena hace teletrabajo y se ha optimizado el consumo energético del aeropuerto para evitar gastos innecesarios. En el caso del personal necesario para gestionar vuelos y atender a los pasajeros, la presencia en el aeródromo se ha limitado a lo imprescindible. Con respecto al número y perfil de los viajeros, es difícil cuantificarlo. El personal del aeropuerto explica que son «muy pocos» los que suben o bajan de los aviones, la mayoría sanitarios o personal de seguridad.

El dibujo es similar en la estación de Andaluces. Entran tres trenes y salen otros tantos cada día, de los cuáles sólo se puede ocupar una de cada tres plazas, para asegurar la distancia entre pasajeros. Renfe calcula que viajan en estos convoyes sólo cinco de cada cien viajeros que lo hacían habitualmente. Si se tiene en cuenta que elAvant que une Granada y Sevilla tiene 237 plazas, se puede estimar que como tope transportan a alrededor de diez personas.

Este Avant era la última novedad en el mapa ferroviario de Granada. Ofrecía cuatro viajes por sentido. 16.700 viajeros se subieron a él en los primeros quince días de servicio –quedó inaugurado el 16 de febrero–. El enlace con Sevilla se mantiene, pero sólo con un viaje de ida y otro de vuelta cada día. De las tres circulaciones diarias en AVE entre Granada y Madrid se ha preservado también una por cada sentido. Queda suprimido el viaje directo con Barcelona. La web de Renfe también permite adquirir billetes Granada-Almería, viaje por línea convencional con transbordo en autobús en la estación de Huércal-Viator. Esta reducción se hizo en dos fases. El 18 de marzo hubo un primer recorte del 50% de la flota y desde el 29 de marzo el porcentaje bajó al 30%.

También por mar se deja notar el confinamiento de Granada. El tráfico de pasajeros quedó temporalmente suspendido en el Puerto de Motril, que mantiene su actividad para el tránsito de mercancías. Como explica José García Fuentes, se cancelaron los tres barcos que cada día hacían viajes de ida y vuelta a los puertos de Nador o Alhucemas, Tánger y Melilla.

Granel sólido –así se denomina a la carga que se transporta sin empaquetar–, fundamentalmente los abonos para agricultura, que se mantiene como servicio esencial, la pasta de papel para celulosa o el combustible para abastecer a parte de Andalucía Oriental conforman el grueso de la actividad de mercancías. También trabaja el sector pesquero. Con la excepción de estos y del personal de seguridad, el resto de la plantilla de la Autoridad Portuaria hace teletrabajo.