350 tractores colapsan cuatro horas Granada para exhibir la ruina del campo
La alta participación dobló las previsiones pero la irrupción de agricultores críticos con la organización ralentizó la marcha y boicoteó la protesta
Miércoles, 29 de junio 2022, 13:59
Dos años después de la histórica marcha de febrero de 2020, cuando 747 tractores cruzaron la Gran Vía para exigir precios justos para el campo, ... agricultores de toda la provincia volvieron a tomar las calles de la capital granadina con sus vehículos de trabajo para evidenciar que la situación va a peor. La inflación y especialmente los costes disparados del gasóleo y la electricidad, que han triplicado los gastos de las explotaciones agrícolas y ganaderas en la actual campaña, les han sumido en una crisis sin precedentes.
Publicidad
El sector primario granadino, que sostiene el 11% del PIB de la provincia, volvía a lanzar este miércoles 29 de junio un desesperado SOS a las administraciones en forma de protesta en la que participaron 350 tractores y otros cincuenta vehículos, además de unos doscientos agricultores a pie detrás de una pancarta con el lema 'El precio del gasoil, la ruina del campo'.
La marcha, convocada por las cuatro grandes organizaciones agrarias –UPA, ASAJA, COAG y Cooperativas Agroalimentarias– recorrió durante más de cuatro horas las calles de Granada y llegó ocupar una extensión de más de tres kilómetros y medio, colapsando el tráfico durante todo el recorrido, que discurrió desde Joaquina Eguaras y Camino de Ronda.
Noticia Relacionada
Incautan un cañón con bombona de butano en la manifestación
Las caravanas de tractores, perfectamente organizadas en cinco rutas, salieron desde los pueblos más cercanos a las siete de la mañana y entraron a la capital evitando las autovías. La idea es que fuera una marcha simbólica, limitada a 200 tractores registrados e identificados, pero finalmente se sumaron mucho más.
Practicamente se doblaron las previsiones de participación de los organizadores, que sin embargo no pudieron disfrutar de la jornada reivindicativa tranquila que esperaban y vieron su trabajo de planificación boicoteado por agricultores críticos con los sindicatos agrarios.
Publicidad
Este grupo de agricultores independientes, que entienden que los convocantes no defienden los intereses del sector, ocuparon con sus tractores los primeros puestos de la marcha y «reventaron» la protesta con continuos paros que ralentizaron la manifestación.
Desde el primer momento, en la salida de la marcha, el grupo crítico dejó claro que además de protestar por los precios del gasoil y la luz iban a reprobar a las organizaciones convocantes. Lo hicieron a gritos y haciendo sonar las bocinas de los tractores mientras los portavoces hacían declaraciones ante los medios para exigir al Gobierno «medidas reales y efectivas que palíen la abusiva e injustificable subida de los costes de producción».
Publicidad
La caravana salió con una hora de retraso y por culpa de lo continuos parones no lograba avanzar, ante la desesperación de organizadores como el secretario de ASAJA Granada, Manuel del Pino, que pedían insistentemente a la Policía Nacional que obligara a circular a los tractores que se paraban o los sacara del recorrido. Unos cincuenta agentes de la Policía Nacional y 54 de Policía Local –además de la Guardia Civil que escoltó a los tractores desde los pueblos– integraron el dispositivo especial que vigiló la protesta.
El artefacto
No hubo incidencias por fortuna, más allá de una actuación de la Policía Local para requisar, en uno de los tractores, un artefacto que provoca ruidosas detonaciones y que se utiliza en el campo para espantar a los pájaros. Los agentes requisaban el artefacto –que estaba dando petardazos a la altura de Doctor Olóriz– recriminando a su propietario, que llevaba cascos de protección acústica, que no pensara en el peligro que suponía para los demás.
Publicidad
Más allá de la anécdota, la tractorada no interrumpió el metro, ni se generaron altercados como llegaron a temer los organizadores al ver la actitud de los participantes críticos.
Tenían permiso para estar cuatro horas en la calle y realizar un recorrido de 9,5 kilómetros que tenía que finalizar a la una de la tarde en Joaquina Eguaras, en el mismo punto del que partió. Sin embargo, viendo que a esa hora los tractores estaban parados aún en Camino de Ronda, a la altura de Recogidas, sin lograr avanzar, los organizadores optaron por plegar la pancarta de la cabecera y dar por concluida la manifestación sin finalizar el recorrido.
A partir de ahí, la Policía Local disolvía la protesta pero la salida de tantos vehículos agrícolas de la ciudad, a pesar de que no utilizaron la autovía, provocó retenciones que se trasladaron a diversas carreteras y a la circunvalación. «La cabeza de esta marcha no nos representa. No defienden los intereses de los agricultores, están comprados por el Gobierno», acusaba uno de los agricultores críticos que entendía que «había que hacer alguna fuerza y no venir a pasearnos».
Publicidad
El balance, por parte de los organizadores fue positivo, a pesar de todo. El director de Cooperativas Agroalimentarias de Granada, Gustavo Ródenas, destacó la alta participación e incidió en que no se podía perder el foco de lo importante, que es el grito de atención del campo evidenciando su «asfixia» y su clamor por un plan de ayudas.
Sin embargo, Nicolás Chica, secretario de UPA Granada, no podía ocultar su cabreo al finalizar la marcha en Camino de Ronda. «Todo estaba organizado de manera impecable y no somos nosotros los que hemos fallado. Ayer tuvimos la última reunión con las fuerzas de seguridad, advertimos lo que podía pasar y lamentablemente así ha sido. Ha habido cierta ligereza de las fuerzas de seguridad y pasividad en el control», lamentó.
Noticia Patrocinada
«Si no se toman soluciones, estamos perdidos»
«O se reduce el precio del gasoil o dejamos los tractores parados», explica Carlos, uno de los agricultores participantes en la protesta masiva contra los costes del combustible agrícola en Granada. Un total de 350 tractores se manifestaron por la capital para exigir un abaratamiento del precio del gasóleo, entre otras medidas. «No es solamente el importe del combustible, sino el de los fertilizantes, el de los abonos... Si el campo cae, ¿de qué vamos a vivir?».
Carlos se movilizó desde Íllora sin importar las consecuencias. «Día que no trabajamos, día que perdemos. Pero no podemos aguantar más». En la 'tractorada' también participan trabajadores del campo procedentes de Pinos Puente, Moraleda de Zafayona, Ventas de Huelma u otros puntos de la provincia. Javier vino de Padul con los datos bien estudiados. «Hace unos años, el litro de gasoil se situaba en los 38 céntimos. Ahora, es de 1'40 euros y no sabemos hasta dónde puede llegar. La especulación es constante. Una jornada laboral le cuesta a cada tractor más de 180 euros. Esta inflación no nos afecta únicamente a los agricultores, sino a todos los ciudadanos».
Si los productores suben el precio de su cosecha, los consumidores también se toparán con un importe al alza en el supermercado. Se trata de una cadena compuesta por numerosos eslabones. Todos ellos comprometidos tras la subida de los costes de producción. «Si el transportista no distribuye nuestras hortalizas, se pone en huelga o cierra, nosotros no ganamos nada. Con los gastos actuales no salen las cuentas. Trabajar en el campo no es rentable», aclaran Raúl y Daniel, dos trabajadores agrícolas de Castell de Ferro.
«Te planteas si dejarlo y dedicarte a otra cosa. ¿Quién se va a ocupar de la agricultura? Necesitamos una solución o el campo está perdido. ¿Quién va a querer ganar dos duros?», concluye Paco mientras aprieta el claxon.
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión