A terapia con Juande, el robot amigo de los niños de Granada
El Hospital San Rafael de Granada integra esta tecnología interactiva para ayudar a pequeños de 0 a 6 años con dificultades en el desarrollo
Guiomar es un terremoto. A sus cinco años y medio, esta pequeña granadina no puede estarse quieta. Este jueves, un salto tras otro y sus ... gafas torcidas probaban que se lo estaba pasando de miedo. Reía y hacía aspavientos. Su inquietud era evidente. «Hola, Guiomar. Tienes buena cara», se escuchó de repente. Había llegado Juande, un robot interactivo que desde hace dos meses se pasea por el Hospital San Rafael de Granada. Desde que vive con los humanos, está «aprendiendo un montón», pero los más pequeños también siguen sus pasos.
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«Me encantan las cosas que hacéis. ¿Qué tal se te da cocinar? Me gustaría ser un gran chef como tú», le confesó Juande a Guiomar. Entonces, le propuso hacer una tortilla. «Necesitaremos un tenedor, una espátula y para cocinar una sartén. También aceite y huevos. Cascamos y echamos el contenido en un plato hondo. Ahora, batimos», indicaba el robot. Mientras tanto, Guiomar se dejaba llevar por su sabiduría imitando todos sus movimientos, como si realmente estuviera cocinando.
La pequeña batía como si la vida le fuera en ello. A su lado, su hermano Darío hacía lo mismo. Son mellizos, aunque no lo parezca. Ella es más menuda y todo le cuesta más. Su padre, Jesús Carrera, compartía que «sus problemas son de nacimiento» y el robot sirve para que el proceso de aprendizaje «fluya de una manera más positiva». «Juande le ayuda a focalizar la atención y aprovechar mejor el tiempo en terapia. Para ella, es muy importante que los elementos que utilice su terapeuta le generen interés», explicó.
Para Guiomar, tratar con un robot no es extraño. Es más, en casa, juega a bebés robot y papá robot con su hermano y su padre. De ahí que Juande le transmita confianza y le ayude «a mantenerse en la tarea, a concentrarse», apuntó su terapeuta, Jessica Romero. Ella es la responsable de aplicar esta nueva fórmula terapéutica como un «complemento» que permite «trabajar mejor los puntos débiles» que presentan los niños usuarios del Centro de Atención Temprana que esta Orden Hospitalaria gestiona en Granada.
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Terapias lúdicas
Juande nació en 2019 como parte de un proyecto de robótica social en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla. Los centros de San Juan de Dios no dudaron en hacer una prueba con él, pero a los profesionales les preocupaba que los niños no lo aceptasen en terapia porque «la mayoría son muy pequeñitos». En atención temprana, los pacientes tienen entre 0 y 6 años.
Su éxito ha llevado a incorporar este robot interactivo tipo nao, financiado con Fondos Next Generation, en el Hospital San Rafael de Granada. Aquí se hará amigo de los casi 800 niños y niñas que cada año son atendidos por 33 profesionales de diversas especialidades. Pesa quince kilos y ya completa tratamientos con fines lúdicos de los pequeños con dificultades en el desarrollo o posibilidades de tenerlas.
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Esta tecnología mejora el desarrollo motor y cognitivo de los pequeños, también su autonomía y motivación, incluso su adherencia al tratamiento. Aunque, por ahora, el robot no pueda responder, ya se está estudiando la integración del ChatGPT. Pronto, todos los niños podrán conversar con él. Guiomar, desde luego, lo está llevando bien. Cuando Juande habla, presta más atención y se la ve más calmada. Y él ha llegado para quedarse. Es el principio de una bonita amistad.
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