Un mecánico examina el motor de un coche. Fotolia

El caso del taller que reparaba los coches «en mitad de la calle» en una localidad de Granada

El Defensor del Pueblo Andaluz ha sido clave para resolver una situación que obligaba a los vecinos a sortear vehículos «levantados con un gato» cuando paseaban

Carlos Morán

Granada

Jueves, 18 de enero 2024, 00:23

Los vecinos de un municipio de la Vega de Granada ya no tienen que sortear vehículos «levantados con un gato» en medio de una calle ... de la localidad. Tampoco deben andar con mil ojos para no resbalar con las «manchas de aceite» de motor que ensuciaban la vía pública. O concentrase en esquivar las «herramientas» que se usan para arreglar coches... La intercesión del Defensor del Pueblo Andaluz ha sido clave para resolver un problema ciudadano que, como mínimo, podría definirse como chocante: un taller mecánico llevaba a cabo las reparaciones de los automóviles «en mitad de la calle», decía textualmente una queja que llegó a la institución que dirige Jesús Maeztu.

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El Defensor admitió a trámite la reclamación y se puso manos a la obra. En este sentido, solicitó la colaboración del ayuntamiento del municipio. La respuesta del Consistorio fue esperanzadora. «Nos informó de que 'se han realizado varias actuaciones en el lugar del taller por parte de la Policía Local, para que no se produzcan reparaciones fuera del local, en concreto en la calle con los perjuicios que ello puede conllevar a los vecinos, habiendo corregido este hecho'», recuerda el comisionado el contenido de la contestación a su requerimiento que le remitió la autoridad competente.

La cosa pintaba bien. El peculiar asunto parecía estar en vías de solución.

El repliegue

Los afectados confirmaron poco después que, efectivamente, los del taller se habían replegado. «'No hemos vuelto a ver que arreglen vehículos en la calle'», comunicaron los denunciantes a la oficina del Defensor, que ha dado carpetazo al caso. «Entendimos que el problema que motivó la presentación de la queja se había solucionado y procedimos al cierre del expediente».

Era el final de una singular 'ocupación' que había obligado a los vecinos a hacer malabares para pasear. «La calle en la que residimos hay un taller que repara coches en mitad de la calle, dejando manchas de aceite, herramientas, coches mal estacionados o levantados con un gato en mitad de la vía, dificultando así el paso tanto de personas como de vehículos», describieron los autores el paisaje que se encontraban cuando salían a dar una vuelta.

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