Efectivos del Infoca posan junto a uno de los pilotos del helicóptero del Cedefo de Sierra Nevada. Pepe Marín
Plan Infoca

«No somos superhéroes, solo queremos volver a casa sanos y salvos»

Lo más importante siempre es la seguridad de los trabajadores: «El monte puede recuperarse, pero una vida humana no»

Laura Velasco

Granada

Domingo, 23 de junio 2024, 00:01

Trabajar en el Plan Infoca requiere, además de una gran preparación física y formación, de la templanza suficiente para actuar en situaciones límite. Rodeados de ... fuego, bajo temperaturas extremas, cansados y con una presión considerable. La mayoría de veces sienten el apoyo de la ciudadanía, pero hay ocasiones en las que se sienten juzgados. «Hay quienes no entienden que tenemos turnos y debemos cumplir la legislación para proteger a nuestros trabajadores, que tenemos que comer, dormir y descansar. No somos superhéroes, solo queremos volver a casa sanos y salvos», asegura Antonio Sánchez Anguita, director del Plan Infoca de Granada.

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Aunque resulte difícil de creer, a veces se tienen que esconder para comerse el bocadillo con el fin de evitar miradas críticas y comentarios del tipo 'en vez de estar apagando fuego estáis descansando'. Sucedió, por ejemplo, durante el devastador incendio de Los Guájares en 2022, cuando algunos huéspedes de hoteles se sorprendían al encontrarse a efectivos allí para dormir. «La zona está cubierta, pero tenemos turnos de horas que debemos respetar, de lo contrario sería imposible estar concentrados», añade Antonio. Lo más importante siempre es la seguridad de los trabajadores. «El monte puede recuperarse, pero una vida humana no», insiste.

En el Plan Infoca funcionan al revés del mundo. Si la mayoría sueña con verano para disfrutar de las vacaciones, ellos son conscientes de que jamás podrán tenerlas en ese periodo. En este saco entran también los pilotos, contratados a través de una empresa externa, que se turnan para cubrir todo el verano. El helicóptero del Centro de Defensa Forestal (Cedefo) de Sierra Nevada es pilotado por especialistas que trabajan una veintena de días seguidos y descansan unos diez. Van rotando y viven una vida nómada que no siempre es fácil, con la familia a cientos de kilómetros de distancia, pero la vocación compensa el sacrificio. «Volar es lo que nos gusta», aseveran los que se ponen a los mandos de la aeronave.

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