Agentes del Seprona en uno de los registros efectuados en esta larga investigación contra el furtivismo. PEPE MARÍN

Un detenido y 21 investigados en la mayor operación contra la caza furtiva en Andalucía

El Seprona de la Guardia Civil investiga a una empresa fantasma que pudo lucrarse con más de un millón de euros trayendo a cazadores del extranjero y de otras provincias españolas

Miércoles, 18 de diciembre 2019, 01:21

El Juzgado de Instrucción número 1 de Motril mantiene abierta desde hace más de un año una investigación sobre furtivismo en la provincia de Granada, ... en la que hay implicada una presunta empresa fantasma dedicada a la organización de monterías presuntamente ilegales donde participaban cazadores furtivos que buscaban machos cabríos, sobre todo, ya que sus cornamentas se pagan a precio de oro. De momento hay un detenido –que actualmente está en libertad con cargos– y 21 investigados, según ha podido saber este periódico de fuentes consultadas en Motril.

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El Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil en Granada detectó hace algo más de un año la presencia de furtivos que mataban machos cabríos sin precintos, es decir, sin las etiquetas encargadas de acreditar la legalidad de la caza. A partir de ahí comenzaron a investigar y se encontraron con la mayor operación contra el furtivismo desarrollada en Andalucía aún sin concluir.

Lograron detectar una empresa fantasma sin registro mercantil que incluso ofrecía sus servicios por internet. Aunque el 'modus operandi' más habitual era la visita de las ferias de caza nacionales e internacionales, donde captaban a su clientela. Uno de los cazadores 'compró' un safari por distintos cotos andaluces durante cuatro días que le pudo costar más de 30.000 euros. El cliente venía de Estados Unidos. El precio de un día de caza en estas batidas para matar machos cabríos puede sobrepasar los dos mil euros, y en función de los trofeos obtenidos –cornamentas– estas cantidades de dinero pueden subir considerablemente: un trofeo de cabra salvaje puede costar 1.200 euros o un íbice –una cornamenta de gran tamaño– puede subir la factura en 5.950 euros más.

Los clientes venían engañados y creyendo que todo se ajustaba a la legalidad. Para cumplir con esa legalidad, esta empresa estaba obligada a disponer de los correspondientes precintos, uno por pieza cazada. Sin embargo, reutilizaban los precintos o en muchos de los animales matados ni siquiera ponían el correspondiente lazo. Por tanto, carecían de los correspondientes permisos para cazar esos machos cabríos.

Registros

Los agentes del Seprona han efectuado distintos registros donde han encontrado armas, tanto legales como ilegales, cornamentas e incluso dinero, según ha podido saber este periódico de las fuentes consultadas.

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Las primeras estimaciones apuntan a que la supuesta empresa fantasma había podido obtener beneficios superiores al millón de euros. Al parecer se abrirá una pieza separada para investigar el supuesto blanqueo de capitales procedente de este millón de euros.

La caza furtiva mueve en Granada cifras millonarias. Los datos de cazadores furtivos arrestados en Granada casi siempre oscilan en una horquilla de entre 30 y 40 de media por año, según los datos recopilados por IDEAL de distintas fuentes de Interior y asociaciones vinculadas con el sector de la caza. Y todo ello es la punta del iceberg de lo que existe realmente y que mueve importantes cantidades de dinero consideradas como «millonarias» por las fuentes consultadas.

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El artículo 334 del Código Penal dice lo siguiente sobre el furtivismo: «El que cace o pesque especies amenazadas, realice actividades que impidan o dificulten su reproducción o migración, o destruya o altere gravemente su hábitat, contraviniendo las leyes o disposiciones de carácter general protectoras de las especies de fauna silvestre, o comercie o trafique con ellas o con sus restos, será castigado con la pena de prisión de cuatro meses a dos años o multa de ocho a veinticuatro meses y, en cualquier caso, la de inhabilitación especial para profesión u oficio e inhabilitación especial para el ejercicio del derecho de cazar o pescar por tiempo de dos a cuatro años. La pena se impondrá en su mitad superior si se trata de especies o subespecies catalogadas en peligro de extinción».

Las zonas más «calientes» de furtivismo en la provincia se reparten por la zona de Órgiva, Sierra Nevada y las sierra de Tejeda y Almijara.

En la operación innvestigada, los dueños de la empresa fantasma recurrían a distintos cotos repartidos por la provincia de Granada, Málaga y Jaén, principalmente. En el paquete de servicios incluían desde el viaje hasta el hotel pasando por la montería correspondiente.

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La investigación del Seprona sigue adelante.

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