Los socios del acelerador enviarán sus piezas en 2029
España ha iniciado el proceso para construir el edificio, mientras Croacia ya tiene definida su contribución en especie y Japón sopesa si enviar dinero o tecnología
Inés Gallastegui
Granada
Viernes, 11 de julio 2025, 01:08
El camino hacia la construcción del complejo Ifmif Dones se despejó el pasado 12 de junio con la licitación del diseño y construcción del contenedor ... principal del acelerador de partículas y los trece edificios de sistemas auxiliares por 174 millones de euros. El consorcio trabaja con plazos muy ajustados porque, para que la fuente de neutrones comience a funcionar en 2034 y testar materiales de cara a las futuras generadoras de energía de fusión, como está previsto, hace falta que la obra civil termine en 2029.
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Esa es la fecha en la que deben empezar a llegar a la Ciudad Industrial, Tecnológica y Área de Innovación (Citai) de Escúzar las diferentes partes de la gran máquina: varias piezas vendrán de fuera y se montarán aquí, como si el acelerador fuera un gigantesco puzle.
El director del consorcio Ifmif Dones, Ángel Ibarra, explica que el acuerdo internacional para construir una instalación que valide los materiales que se usarán en la futura planta demostradora de energía de fusión DEMO –un equipamiento que está por construir– prevé que las contribuciones de los socios se realicen en especie. «Todos estos proyectos internacionales se hacen así: los países no ponen dinero –o ponen relativamente poco–, pero aportan cosas, componentes que ellos compran o fabrican o gente que ponen para trabajar». El objetivo, agrega, es que el proyecto tenga un impacto en el desarrollo tecnológico e industrial de todos los países contribuyentes.
700 millones de euros
Es el presupuesto estimado de la construcción del acelerador, sin contar su puesta en marcha
Por eso, el proyecto del acelerador se dividió en «paquetes» para después acordar entre los socios quién se encarga de fabricar cada uno de ellos. Ibarra destaca que es lógico que el país anfitrión se responsabilice de la obra civil y de los llamados sistemas de planta: agua, luz, ventilación, servicio contra incendios o gestión de desechos. Y como España será, cuando el acelerador entre en funcionamiento, el país operador de la instalación, se hace cargo también del sistema de control central. «Queremos tener un conocimiento muy detallado de cómo funcionan las cosas», resalta el ingeniero. Además, nuestro país, principal contribuyente de Ifmif Dones (55% del coste de construcción) fabricará también algunos de los sistemas del acelerador (MEBTy HEBT).
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Aportaciones por países
Croacia, el segundo socio contribuyente desde el inicio del proyecto, con un compromiso del 5% del presupuesto, aportará la construcción de unas grandes grúas para el edificio principal y dos sistemas de la parte final del acelerador.
Japón, que formalizó su incorporación el pasado mayo, se ha comprometido a aportar otro 5% del presupuesto, pero aún negocia si lo hará en efectivo o en especie, explica Ibarra. El caso nipón es especial: es el único socio no europeo del proyecto y en su territorio –en Rokkasho– funciona ya un prototipo del acelerador de Escúzar; allí se están formando, de hecho, varios investigadores y técnicos de Ifmif Dones.
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Programa DONES
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Socios contribuyentes España (entre la Junta de Andalucía y el Gobierno central), con un 55% del presupuesto, y Croacia, con un 5%, son socios desde el principio. Japón se sumó en mayo de 2025.
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Países observadores Alemania, Austria, Bélgica, Eslovaquia, Eslovenia, Finlandia, Francia, Hungría, Italia, Letonia, Lituania, República Checa, Rumanía, Ucrania y la UE.
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Próximas incorporaciones Los socios más cercanos a pasar de observadores a contribuyentes son Italia (8%) –que firmó hace un año con España un acuerdo pero no lo ha concretado– y Fusion for Energy (25%),que estudia aportar unos 200 millones de euros, aunque los socios y la Comisión aún no han dado luz verde. Alemania también ha mostrado su interés.
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El resto de contribuciones al proyecto son, de momento, previsiones. Italia suscribió en julio del año pasado un memorándum de entendimiento con España, pero su concreción definitiva se está demorando. La previsión es que se hagan cargo del primer tramo de la máquina (RFQ), donde el haz de deuterones disparados por el inyector pasan del 1% al 7% de la velocidad de la luz.
Por su parte, la agencia de la Unión Europea para la energía de fusión, Fusion for Energy (F4E), podría hacerse cargo de otros dos sistemas clave, el inyector –la cavidad donde se crea el plasma y se impulsan los deuterones– y el SRF Linac –donde las partículas se aceleran hasta el 20% de la velocidad de la luz–. La contribución de Fusion for Energy ya es efectiva a través de la dotación de personal: diez técnicos forman el equipo internacional encargado precisamente de coordinar el diseño de las distintas piezas para su futuro encaje final.
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Casi el 100% del presupuesto
Es posible que, con las contribuciones de la Unión Europea e Italia (25% y 8%, respectivamente) el presupuesto de la construcción quede prácticamente cubierto. ¿Qué pasa si alguno de los demás socios observadores (Alemania, Austria, Bélgica, Eslovaquia, Eslovenia, Finlandia, Francia, Hungría, Letonia, Lituania, República Checa, Rumanía o Ucrania) decide contribuir después? «Hay muchas cosas que hacer», asegura Ángel Ibarra. El equipo tiene una lista de mejoras identificadas que podrían abordarse si el presupuesto lo permitiera. Sin olvidar la posibilidad de construir un segundo acelerador para alcanzar antes resultados de los experimentos. De hecho, el edificio principal se diseñará dejando espacio para esa eventualidad.
Con todo, la principal preocupación del consorcio ahora es que las obras del complejo se hagan en plazo para poder empezar a acoger las diferentes piezas del acelerador a partir de 2029. «No nos hace falta todo a la vez porque la forma de arrancar no es montar todo y enchufarlo: hay que ir montando los sistemas de uno en uno, probar que funcionan y montar el siguiente. Primero el inyector, luego el RFQ, luego el SRF Linac, y así sucesivamente. El camino crítico es la construcción del edificio y los sistemas de planta. Por eso era tan importante el concurso que se ha lanzado ahora», afirma.
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