Un profesor camina por un aula sin alumnos de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Granada. Pepe Marín

La UGR, la única universidad de Andalucía con la docencia presencial suspendida

Jaén y Sevilla mantienen las clases en los centros y en el resto del país, Valencia ya retomó la presencialidad y Cataluña prevé hacerlo el día 2

Viernes, 30 de octubre 2020, 01:46

La Universidad de Granada (UGR) es la única institución universitaria de Andalucía con la docencia presencial suspendida. Desde el día 15 de octubre, las ... clases se desarrollan de forma online. Los estudiantes no pueden ir a las facultades salvo para algunas prácticas, en casos muy puntuales, y para hacer algún examen. De momento, así permanecerán hasta el próximo lunes 9 de noviembre.

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En ninguna otra universidad andaluza se han tomado estas medidas. El pasado miércoles, el presidente de la Junta, Juanma Moreno, anunció el cierre perimetral de Andalucía hasta el 9 de noviembre. Concretó el cierre de las provincias de Granada, Jaén y Sevilla, todas en nivel cuatro de medidas preventivas, el máximo. Todos los parámetros vinculados al coronavirus son muy malos en las tres provincias.

Las universidades de Sevilla y Jaén mantenían, al menos hasta ayer jueves, la docencia presencial (adaptada a este curso con modelos mixtos) con el sistema que iniciaron el curso. No ha habido nuevas medidas restrictivas como sí las ha habido en la Universidad granadina.

La UGR permanece en el foco desde que el día 13 de octubre la Junta anunciara que durante quince días no habría clases presenciales. Al final, en el BOJA se publicó que la suspensión de la presencialidad sería de diez días, técnicamente hasta el pasado sábado día 24, día en el que se prorrogó la medida hasta el día siete de noviembre. De momento.

La rectora de la Universidad granadina, Pilar Aranda, fue muy crítica con las restricciones fijadas el 13 de octubre. Lamentó que cerraran aulas, laboratorios y bibliotecas, mientras que los bares estuvieran abiertos. El día 22 cuando se conoció la prórroga, la UGR envió un comunicado en el que decía que acataba las «medidas excepcionales y temporales impuestas por las autoridades sanitarias autonómicas» y que ponía a disposición todos sus medios para hacer frente a la «grave situación sanitaria».

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Fuera de Andalucía, las clases presenciales se suspendieron en Cataluña (de momento hasta el día 2 de noviembre). Se reunieron la Generalitat y los rectores y tomaron esa medida, según trascendió a los medios de comunicación. Por otro lado, en la Universidad Politécnica de Valencia estuvieron con docencia online también unos quince días a principios de octubre por un brote en un colegio mayor. Las autoridades universitarias decidieron cerrar las clases en el campus, pero el día 19 de octubre los estudiantes volvieron a sus aulas. Han sido algunos de los casos más mediáticos.

Precisamente, ayer jueves fue preguntado en comisión parlamentaria el consejero de Transformación Económica, Industria, Conocimiento y Universidades, Rogelio Velasco, sobre las restricciones en la UGR. Contestó que las medidas fueron adoptadas por la Consejería de Salud, si bien apuntó que en Granada habría que «desesperadamente» reducir la movilidad porque estaba «en mil casos por cada cien mil habitantes».

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Velasco defendió que habló con la rectora Pilar Aranda y le anticipó lo que iba a ocurrir en relación a las medidas de Salud. Insistió en que «no ha habido un cierre» de la Universidad. Lo explicó así tras las intervenciones críticas de los representantes políticos de Adelante Andalucía y PSOE. El consejero apuntó que ha habido distintos brotes relacionados con universitarios y subrayó que las clases se siguen desarrollando online con «éxito».

El consejero recordó que la situación epidemiológica de Granada obligó a la Junta a actuar «con inmediatez» para frenar la cadena de contagios en la población universitaria, según recoge Europa Press. Mantuvo que las aulas de la UGR «son espacios seguros», pero «no obstante y para limitar las interacciones de estudiantes fuera del entorno, Salud ha considerado la necesidad de optar por estas restricciones».

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El rifirrafe fue constante entre los representantes de Adelante Andalucía y PSOE con el consejero y la representante de Ciudadanos. Desde Adelante Andalucía, Carmen Barranco criticó que a la rectora de la UGR no se le comunicasen las medidas y «tuviera que esperar a la publicación del BOJA». El socialista Javier Carnero reclamó a Velasco que «dé alguna explicación coherente de la política universitaria». Calificó las medidas como «torpedo a la imagen de la Universidad de Granada». Y añadió: «No cuestionamos el hecho de que se terminara con las clases presenciales, sino las formas y poner en la diana a la UGR y no a otras cosas que se hacían fuera de la universidad y que han sido las causantes del contagio».

Desde Cs, Concepción González Insúa sostuvo que lo que hizo la Junta fue «anticiparse». Ramón Herrera (PP) apuntó que la Universidad granadina «no ha perdido ni una sola clase este curso» y añadió que la situación sanitaria en Granada «es complicada».

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