Siete de cada diez granadinos se enfrentan a alquileres no asequibles en sus propios barrios

Este es el dibujo de situación que deja el análisis de los datos del nuevo Sistema Estatal de Referencia de Precios de Alquiler de Vivienda, elaborado por el Ministerio de Vivienda y Agenda Urbana, y los datos de renta mediana –es decir, el nivel de ingresos que es más común tener– que ofrece el Instituo Nacional de Estadística a nivel de sección censal, es decir, la división administrativa más pequeña que existe en España y que agrupa a una cantidad máxima de 2.500 ciudadanos.

En resumidas cuentas, siete de cada diez granadinos tendrían serios problemas para vivir en sus propios barrios si se impusieran la regla de no dedicar más del 30% de sus ingresos mensuales a hacer frente al arrendamiento. Es una situación que se da en la actualidad en 126 de las 184 secciones censales que componen la capital granadina, es decir, el 68,5% del total. El porcentaje es similar, incluso un poco superior, si al análisis se le aplican cifras de población. En esta situación estarían hasta 163.145 vecinos de la ciudad, que representen a siete de cada diez del conjunto, según las cifras del padrón más recientes que ofrece el organismo estadístico nacional.

Hay que recordar además que el sistema de referencia de precios del alquiler impulsado por el Ejecutivo se elabora sobre los datos de las parcelas catastrales que se arriendan y las declaraciones de Hacienda correspondientes, y no tanto sobre los precios de mercado en la actualidad, que son por lo general superiores. Un análisis realizado por este periódico a comienzos de este mismo mes de marzo, cuando fue presentada la herramienta gubernamental que podrá servir en el futuro como punto de partida para los intentos de regulación de precios en zonas especialmente tensionadas, señalaba que los precios reales de los alquileres estaban, de media, hasta 20 puntos porcentuales por encima del nuevo sistema de referencia. Si este factor se tuviera en cuenta, el porcentaje de granadinos para los que no sería en absoluto asequible vivir de alquiler con el nivel de renta más habitual escalaría aún más.

El cruce de los datos de coste del alquiler con los de renta mediana en cada sección censal permite señalar aquellas zonas en las que ambos indicadores no casan, lo que por lo general tiende a señalar unos precios inflados por encima de lo que sus propios vecinos pueden pagar.

En este sentido, no sorprende comprobar que el porcentaje de ingresos que hay que dedicar al arrendamiento se queda por debajo del 30% en zonas como la parte más céntrica de la ciudad, donde no solo los salarios son más elevados, sino que también hay otras fuentes de ingresos, como precisamente el alquiler de viviendas, mientras que la cifra se eleva por encima de este indicador en gran parte del Albaicín, por ejemplo, así como en barrios tradicionalmente de raigambre más obrera, como el Zaidín, sectores de la Chana o buena parte de la zona Norte.

Si los datos se agregan por distritos, en todos ellos se supera el 30% de los ingresos que hay que dedicar al alquiler. La zona donde más cerca se queda este indicador es el entorno de la Lancha del Genil y la Carretera de la Sierra, con un porcentaje del 30,7%. Por el lado contrario, el dato más alto lo ofrece el Albaicín, donde es necesario dedicar hasta el 40% de la renta mediana por persona para acceder al arrendamiento.