Carlota, de Moguer (Huelva), construye un muñeco de nieve junto a sus padres. ramón l. pérez

Sierra Nevada abre para unos pocos con intensa vigilancia y negocios casi vacíos

Las restricciones de movilidad dejan en exclusividad la estación para esquiadores de Sevilla y de otros puntos aún sin cerrar

Laura Ubago

Granada

Sábado, 23 de enero 2021, 23:48

Carlota hace un muñeco de nieve y en la plaza de Pradollano no hay ni un solo niño más. Tampoco hay muchos más adultos. Está ... con sus padres que vienen de Moguer (Huelva) y que alucinan con poder contar con la estación prácticamente para ellos. «Es espectacular esquiar así. Es llegar y topar, sin colas», apuntó Ismael, el padre de esta familia.

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Sierra Nevada ayer era Sevilla Nevada porque el grueso de sus visitantes eran de esta provincia y de la capital, que se mantiene abierta después de este cierre perimetral que mantiene encerrados a numerosos municipios andaluces y a todas las capitales menos a la hispalense. «Somos doce, bueno, tres grupos de cuatro y venimos de Sevilla. Es desolador ver Sierra Nevada así pero hace un día fantástico y lo vamos a aprovechar», expresó Sergio junto a sus amigos Manuel, Juan Luis o José Antonio.

Algunos de los sevillanos consultados acuden a la estación una o dos veces al año y eligieron ir ayer por la peculiaridad de poder ser unos de los pocos que tuviesen ese privilegio de esquiar.

En el corazón de la estación, en la plaza, ayer, dos grupos del municipio sevillano de Pilas: por un lado María José y Anabel y por otro la familia y amigos de Pilar, que se hacían una foto sin nadie que les estorbase.

Sierra Nevada era ayer una ciudad desértica en la que los esquiadores no hacían colas. La entrada del telecabina Al-Ándalus era tan fluida que se sacudían la nieve del descenso y volvían a subir. En los bares que estaban abiertos apenas un par de mesas llenas en las terrazas y ningún movimiento en las tiendas.

A la estación de esquí solo podían acceder ayer los visitantes de municipios abiertos y que tuviesen forfait. Nada de trineos ni paseos por el mero gusto de ver la nieve. Hasta Monachil –municipio en el que está la Sierra– ha alcanzado ya la tasa para cerrarse pero eso será esta semana que entra, y ahí se verá si cierran o no estas instalaciones que ayer sobrevivían a cuentagotas.

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Mendigando

Del Puerto de Santa María llegó Alfonso que catalogó de «un gustazo» podes esquiar así. Los que no estaban contentos eran los monitores de esquí, ya que algunas escuelas han tenido que cerrar ya y los que aún trabajan se encuentran «mendigando» alumnos como indicó también un chaval llamado Alfonso que dijo que quieren «tener más curro». El cierre de Granada capital ha dado la puntilla a la estación que sobrevive como puede.

Agentes de la Guardia Civil montaron un control, a la altura de Cenes de la Vega, para vigilar el acceso por carretera y fueron preguntando uno por uno a los conductores cuál era su origen y su destino. También estuvieron trabajando en la propia estación los agentes revisando que los esquiadores no fuesen de municipios con cierre perimetral. Los agentes realizaron la vigilancia junto al perro Júper, encargado de detectar drogas.

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Algunos de los negocios optaron por no levantar y otros aguantarán hasta que Cetursa cierre la estación. «He alquilado tres equipos pero al menos han sido tres», anotó Francisco, propietario de la tienda de material de esquí Oso Blanco.

Antonio, propietario de los restaurantes La Visera sí ha tenido que cerrar porque los sueldos y las facturas le estaban asfixiando. «Este mes ha sido muy bueno pero el miércoles decidimos que no podíamos más. Esperemos que mejore», confió.

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