Seis parques en obras y unos niños que miran desde la valla

Una misma estampa se repite en las instalaciones de la calle Nerea Risquel. Carla está sentada junto a su abuela en el entorno, pero el tobogán y los columpios aparecen también cercados. Esta misma situación se vive en otros cuatro parques más de la localidad. Concretamente, en el pabellón deportivo, en el entorno del colegio, en la calle Nerón y Cantoria.

«Llevamos meses así», aseguran los progenitores. Denuncian que los trabajos comenzaron durante la primera semana de marzo y que, desde entonces, la actividad ha sido irregular y no se ha mantenido de forma constante. «No hay avances desde hace semanas y las labores han sido mínimas algunos días», detallan, al tiempo que se quejan de que las laboras de reparación se han extendido demasiado. Reclaman, además, que la actuación se podría haber hecho de forma escalonada para que no todos los parques estuviesen cerrados a la vez.

Solo uno de ellos, compuesto por un columpio y un tobogán, está disponible en la calle Cerro del Oro. La falta de espacios infantiles para que sus hijos puedan jugar ha hecho que muchos padres se desplacen a algunos barrios de la capital o a pueblos como Ogíjares en busca de unas instalaciones adecuadas. «No podemos estar así más tiempo», resaltan.

La alcaldesa de Cenes de la Vega, Montserrat Muñoz, indica que las obras finalizarán el 19 de junio y que, posteriormente, procederán a la apertura de los espacios para que los pequeños puedan retomar la actividad. «Las obras comenzaron en marzo y se acabarán en el plazo estimado», dice Muñoz. La primer edil afirma que comprende la preocupación y el malestar de los vecinos y explica que parte de las actuaciones -como la ejecución del suelo- está sujeta a las condiciones meteorológicas, motivo por el que han tenido que parar las labores en algunas ocasiones. Han arreglado dos parques de forma integral, tres parcialmente y otros dos están en construcción.

«Hemos ubicado columpios más seguros para el bienestar», detalla la regidora, que asegura que la razón de ejecutar todas las intervenciones a la vez se debe a «motivos económicos». Mientras tanto, los niños de Cenes miran los parques desde el límite que marcan las vallas metálicas.