Salud espera tener revacunados esta semana a los 5.400 mayores que viven en residencias

A las once de la mañana, concretamente, se pusieron las dos inyecciones, una detrás de otra, entre los aplausos del delegado territorial de Salud yFamilias, Indalecio Sánchez-Montesinos, la responsable de las residencias de Granada,Mariola Soto, y parte del equipo directivo del centro de salud de Bola Oro.

Fueron las primeras dosis de las 43.554 que se tienen pensado inocular en Andalucía. De ellas, 5.439 se administrarán en Granada antes de que acabe esta semana. Son al menos los plazos que se ha comprometido a cumplir una Delegación territorial que para lograrlo tirará de los equipos de enfermería de los distintos centros de atención primaria. Profesionales que desde ayer ya están desplazándose a estos puntos con los sueros de Pfizer y Moderna para reforzar la inmunidad de los mayores.

Los estudios señalan que la tercera dosis es necesaria para mantener el grado de protección ante el coronavirus, que este verano ya había vuelto a traspasar los muros de las residencias a causa de la variante Delta, que es mucho más contagiosa que la anterior.

El último balance dado a conocer por la Junta la semana pasada hablaba de un total de 47 mayores contagiados en residencias que se repartían por hasta seis centros. En principio, a ellos no se les administrará la tercera dosis hasta que no hayan superado la infección y el aislamiento. Este es uno de los pocos condicionantes que tiene la nueva campaña. Otra es la de no revacunar a nadie si ha recibido la segunda dosis hace menos de seis meses, algo que es difícil pues este segmento de población terminó de protegerse a finales del mes de enero.

Pero ayer se despejaron también otras dudas, como por ejemplo la de si se iba a vacunar en esta tacada a los trabajadores. Y la respuesta es 'no'. Por el momento a lo único que se permite desde el Ministerio de Sanidad es a reforzar la inmunidad de los más mayores. El resto, como todos, tendrá que esperar. Y eso a pesar de que son precisamente los empleados de estos centros residenciales los principales vectores de contagio en estos momentos. Su mayor contacto con la calle les hace más proclives a llevar el virus a estos lugares, que aún están casi blindados.

Su revacunación podría venir en las próximas semanas. Pero es previsible que lo haga después de la de otros usuarios que por ahora no están incluidos en la última orden. Por ejemplo, los mayores de centros como los que atienden a las personas con discapacidad, drogodependencia o centros de día... etc. Todo está por decidir, pero de seguir el ejemplo de otros países como Israel o Estados Unidos, la tercera dosis llegará a la mayoría de casas españolas.

Por el momento, además de los mayores en residencias, estas inyecciones extra se están administrando desde hace diez días a los transplantados e inmunodeprimidos, un primer grupo que ahora se va a ampliar.

Una vez que se culmine el proceso de revacunación de los usuarios de los centros residenciales de Granada, por parte de la unidad de Residencias y del servicio de Epidemiología del distrito Granada-Metropolitano tienen previsto realizar un estudio de seroprevalencia para conocer cuál es el nivel de inmunidad de los mayores.

Será el segundo análisis de este tipo que se realice en lo que va de campaña de vacunación en la provincia. El primero se llevó a cabo durante el pasado mes de mayo. Se analizó mediante test de seroprevalencia  el grado de protección de 600 usuarios. Los resultados fueron apabullantes, pues el 90% de ellos presentaban niveles de anticuerpos que les permitía salir indemnes ante un posible encuentro con el coronavirus.

La previsión es que a partir del mes que viene se realice la segunda parte del citado estudio. Se podrá ver entonces cuál es el nivel de eficacia real de la tercera dosis. Asimismo, por parte de la Consejería de Salud yFamilias se utilizará las conclusiones de dicho examen para adoptar las medidas a implementar en unas residencias en las que se vive como si las vacunas nunca hubieran llegado. Al menos en lo que respecta al día a día de unos residentes que siguen repartidos en grupos burbuja y bajo la obligación de usar la mascarilla.