Una sacristía repleta de tesoros amenazada por el fuego

En la sacristía se conserva un imponente cáliz de 1568 realizado por Francisco Téllez, una de las figuras esenciales de la orfebrería granadina. Trabajó en la ciudad entre 1531 y 1569 y de su maestría quedan testimonios como la custodia del Corpus Christi que se aloja en la Catedral. También en la sacristía se encuentra un crucificado expirante que se atribuye al círculo de Juan de Mena. Ambas piezas tienen un gran valor patrimonial, tal y como refiere César Girón en su obra 'Iglesias de Granada'.

Por ahora se desconoce el impacto que las llamas o el humo han podido tener en la sacristía y en las obras que se guardan allí.

San Gil y Santa Ana es uno de los templos más antiguos de la capital. Forma parte del grupo de 23 erigidas en la ciudad tras la pragmática de conversión general emitida por el cardenal Pedro González de Mendoza, aunque la edificación no arrancó hasta 1537. Ocupa los terrenos en los que anteriormente se levantó la aljama Almanzora del rey Badis, que fue demolida y de la que solo queda el 'yamür' -el remate del alminar- sobre la cubierta de la capilla mayor.

Con una nave y una capilla mayor, el templo es uno de los mejores ejemplos del estilo mudéjar granadino que permanecen en la capital. En su interior se conserva la dolorosa de Nuestra Señora de la Soledad, de José de Mora, que es titular de la cofradía del Santo Entierro. También al mismo escultor se deben un San Pantaleón que se guarda en una de las capillas y un San Juan que está en la capilla mayor. En la iglesia también destaca la Virgen de la Esperanza, de José Risueño.

A nivel pictórico, como refiere la obra de César Girón, Santa Ana conserva un impresionante conjunto de lienzos compuesto por 'Nacimiento de la Virgen', de Pedro Atanasio Bocanegra; 'Duda de Santo Tomás', de Juan de Bustamante; 'Hijo Pródigo', de Esteban de Rueda, o 'San Miguel', de Francisco Jurado, entre otras obras.

El templo, que está protegido como BIC, es conocido por ser el lugar en el que se casó Mariana de Pineda y donde se conservan los restos de importantes personalidades de Granada, como el catedrático Juan Latino, el escultor José Risueño o el historiador Francisco Bermúdez de Pedraza.