Un técnico de Endesa, en un cuarto de contadores. Pepe Marín

Las denuncias de sabotajes en transformadores eléctricos se disparan con más de mil en un año

La compañía registra más de mil denuncias por manipulación de estas instalaciones, la mayoría en Pinos Puente y la zona norte de la capital

Jueves, 6 de marzo 2025, 00:44

Seis personas de entre 23 y 70 años fueron detenidas en Pinos Puente hace unos días en el marco de la operación 'Umbella'. Estaban acusados ... de 20 de delitos de daños contra los transformadores eléctricos que suministran electricidad en este municipio. Episodios que, en el último año, según datos facilitados a IDEAL por Endesa, se han disparado. Así lo atestiguan los datos facilitados por la distribuidora de electricidad, que ha realizado más de 1.000 denuncias por manipulación de estas instalaciones, casi un 30% más que el ejercicio anterior, y ha tenido que reparar ocho que se habían quemado.

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La práctica totalidad se han producido en la zona Norte de la capital y en la localidad donde se produjeron las detenciones. Los hechos están vinculados al cultivo ilegal de marihuana y el coste para la empresa se calcula en más de un millón de euros.

Los intentos de sabotaje en estos centros de distribución de energía se producen prácticamente a diario, según explican fuentes de Endesa. Es más, en algunas jornadas se hace más de un intento de incursión en estas instalaciones. Tanto es así, que la eléctrica optó por agrupar las denuncias y presentarlas de forma semanal a Policía y Guardia Civil para agilizar la tramitación. En este último año, se han quemado ocho centros de distribución, lo que ha afectado al servicio y han disparado los gastos de la compañía. Hay que tener en cuenta que el dinero que 'pierde' la eléctrica se repercute, además, en las facturas de los consumidores.

Zona Norte y Pinos Puente

En el caso de uno de los transformadores de Pinos Puente, en el de San José, no solo destruyeron por completo el centro de distribución energética, sino que también manipularon y provocaron el incendio de la estructura provisional que la empresa había colocado para dar servicio mientras se reconstruían las instalaciones que habían quedado completamente inservibles. En otra de las zonas del municipio, en Las Flores, un mismo centro de distribución se ha quemado dos veces. Y hay otros cuatro que también califican como «conflictivos».

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En cuanto a la zona Norte, los transformadores manipulados que han requerido reparación son cuatro de los 18 que tiene la compañía en los siete barrios que componen este distrito.

Desde la eléctrica señalan que más allá del coste económico y los perjuicios para los ciudadanos que ven el suministro afectado, hay un riesgo real para los habitantes. Estos transformadores se ubican en zonas muy cercanas a las viviendas y, por tanto, los incendios que se producen podrían provocar daños personales para los que residen en estas zonas.

Los saboteadores, que en muchas ocasiones van acompañados por electricistas con conocimientos técnicos para realizar la operación, manipulan los fusibles para que puedan aguantar temperaturas más elevadas. Algo que repercute directamente en los sistemas de seguridad. Es decir, lo que buscan es que el suministro eléctrico no se corte, para eso manipulan los sistemas y se saltan los límites que se establecen desde la empresa por motivos de seguridad. Los técnicos, al principio, no entendían qué sucedía. Se encontraban con una estación de distribución quemada, sin que sus limitadores hubieran saltado previamente alarmando de una temperatura excesiva por sobrecarga. Tuvieron que investigar hasta que encontraron el origen.

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Detrás de estas manipulaciones, indican fuentes de Endesa, están las plantaciones de marihuana de las zonas afectadas. Las mismas que provocan los cortes de luz por sobrecarga de suministro. Y precisamente, estos sabotajes lo que pretenden es todo lo contrario:evitar, en la medida de lo posible, esos cortes de suministro, pero esto conlleva un importante riesgo. Al final, los centros acaban quemándose porque nada había alertado del peligro. Explican que la reparación de un transformador quemado ronda los 100.000 euros. A eso hay que sumarle que en algunas ocasiones hay que volver a edificar la instalación, como sucedió en Pinos Puente y que también hay que hacer actuaciones en los cableados. Por eso, el cálculo del coste total del arreglo de estos ocho centros quemados y manipulados supera el millón de euros.

Además, el hecho de que los limitadores no salten y los equipos de Endesa intervengan cuando ya se han quemado los fusibles, también provoca un retraso en la vuelta del suministro eléctrico, lo que afecta a todos los vecinos de las zonas afectadas. Si uno de estos fusibles, sin manipular, salta por una sobrecarga, los técnicos tardan un par de horas en poder sustituirlo, el tiempo necesario para que baje la temperatura y vuelva a ser seguro. Sin embargo, si se queman e incluso afecta al cableado de la vía pública, la intervención es más laboriosa y se alarga más en el tiempo.

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Desde la compañía insisten en que cada vez instalan más transformadores y con más potencia en estos barrios. Sin embargo, esto no consigue solucionar el problema. Una plantación de marihuana, precisan, tiene un gasto de suministro eléctrico equivalente a 80 viviendas. Y cuanto más aumentan la potencia, más plantaciones se instalan.

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