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Estado del antiguo club de alterne de Armilla. S. M.

Las ruinas y el vandalismo asaltan el antiguo club Don José

El Ayuntamiento de Armilla pide de nuevo a los propietarios que actúen en el recinto, escenario de incendios y botellones desde que quedó sin uso en 2020

Domingo, 13 de abril 2025

El entorno del antiguo club de alterne Don José de Armilla está cubierto de litronas, ladrillos rotos, cintas de vídeo y cenizas. Un colchón quemado ... está también tirado junto a su entrada. Los restos de cristales y algunos palés cubren todo el acceso. Una cinta acordona los alrededores. Advierte del peligro y de que el paso no está permitido.

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Es el estado en el que se encuentra el edificio situado en el Parque Comercial Albán. Aunque fue adquirido por una fundación benéfica para dedicarlo a la atención de personas sin hogar, el espacio se ha convertido en escenario de concentraciones, botellones, okupaciones o incendios desde que dejó de funcionar en 2020.

Esta situación llevó al Ayuntamiento de Armilla a actuar de emergencia en el inmueble hace solo unas semanas para sellar las puertas y ventanas de la primera planta, aunque las de la segunda siguen sin tapar. La ejecución de las obras fue subsidiaria, por lo que el equipo de gobierno pasará posteriormente la factura a los dueños de la edificación.

Ventanas selladas en el antiguo club. S. M.

Los alrededores aún huelen a material de obra. Los restos de hormigón y algunas herramientas todavía están junto a lo que era la puerta principal del club de alterne. Los ladrillos y el cemento tapan ahora cada una de las huecos por los que había posibilidad de entrar.

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El peligro se observa a simple vista. Las paredes están agrietadas y las cubiertas tienen agujeros por todas partes. La estructura situada en el patio tras el edificio principal está también destrozada. Apenas se distinguen los objetos quemados, componen una extensa montaña de elementos carbonizados.Los trozos de yeso cuelgan del tejado y el hollín cubre las dependencias.

Vandalismo

Las fachadas traseras de los edificios cercanos también han sufrido estos actos vandálicos. Están cubiertas de grafitis, al igual que los muros del club. Son dibujos, nombres de grandes dimensiones, firmas o dedicatorias.

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Una alambrada impide el paso. Tres filas de ladrillos cubren desde el interior la valla, que alcanza el metro y medio de altura. En esta última actuación, el consistorio de Armilla se encargó de cerrar de forma perimetral el terreno para evitar más reuniones clandestinas y vandalismo y de establecer iluminación disuasoria en las zonas de acceso.

Estado del interior del inmueble. S. M.

La decisión se tomó después de que los propietarios no actuasen pese a los reiterados requerimientos del Ayuntamiento para que clausurase los múltiples huecos por los que accedían los intrusos. Ahora, han vuelto a pedir a los dueños que tomen medidas para mantener las instalaciones y evitar así la caída de revestimientos y otros elementos. También han solicitado el cercado del inmueble y la sustitución de las cubiertas de fibrocemento afectadas por el último incendio por el riesgo que suponen.

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En caso de no hacerlo, el consistorio actuará de nuevo ante la preocupación de que suceda un accidente debido al progresivo deterioro del antiguo Don José. Los negocios situados junto al inmueble expresan tranquilidad ante esta actuación y reconocen los problemas y la inseguridad que había en el recinto. Ellos mismos presenciaron el último incendio. «Los clientes se asustaron, creían que el fuego procedía de los negocios que hay en el espacio comercial», señaló a IDEAL uno de los responsables de un negocio de la zona.

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En la última incursión, la Policía Local identificó y denunció a treinta personas en el interior del inmueble

Hace algunas semanas se produjo la enésima incursión. La Policía Local de Armilla denunció a treinta personas que se encontraban en el interior del viejo local de alterne después de ser alertado por los vecinos. Otro incendio hace un año hizo que los bomberos de Granada se enfrentasen a una situación comprometida, en el interior del inmueble había un cargamento de gel hidroalcohólico, un elemento altamente inflamable y cuyo uso estuvo a la orden del día durante la pandemia. En los alrededores, aún hay botes esparcidos que contienen este líquido.

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