Revegetar Granada, clave para sobrevivir a veranos cada vez más largos y calurosos
Expertos en meteorología y medioambiente insisten en que se tomen medidas para paliar los efectos de la exposición prolongada a altas temperaturas
El verano en Granada empieza antes y acaba después que años atrás. En concreto, según los datos analizados por IDEAL y publicados el pasado lunes, ... el estío es mes y medio más largo que hace cincuenta años. Los granadinos se exponen a temperaturas más altas durante más tiempo. Es el nuevo paradigma consecuencia del cambio climático y no parece que vaya a dar marcha atrás. Más bien, todo lo contrario. La cuestión es: ¿está la sociedad preparada para afrontar lo que le espera?
Publicidad
El observador de la Aemet y profesor de meteorología aeronáutica Manolo Morales explica que se refleja no tanto en la intensidad en las horas de calor en cuanto a las máximas, sino en la duración de las mismas y, sobre todo, en las noches, en las mínimas. «Este año ha sido espectacular en ese sentido. En agosto, seguramente pasaremos de la decena de noches tropicales. No bajan de 20 grados. El récord se batió el año pasado con 31 o 32 entre julio y agosto, más de la mitad. Es una barbaridad», señala.
Si no refresca, el mar y la tierra siguen acumulando calor. Las temperaturas suben, las precipitaciones bajan y el agua se evapora con mayor intensidad en ambientes saturados. Esto afecta directamente a nuestra salud más allá de no dormir bien. «Si no descansamos, rendimos menos en el trabajo y podemos tener problemas de seguridad vial. En España, se ha construido muy mal y los aislamientos son un desastre. Lo que no puede ser es que cientos de vecinos de Granada no tengan ni la posibilidad de enchufar un ventilador y conservar comida en la nevera», lamenta.
Para mejorar la calidad de vida en el interior, el Gobierno ofrece subvenciones para ahorro energético que «nunca se aprovechan al 100% a pesar de que en España se ha construido muy mal y los aislamientos son un desastre». En esta línea, Morales recomienda aprovechar las cubiertas de tejados para crear «sistemas pasivos de sombra» con placas solares, huertos urbanos o simplemente un palmo de tierra. «Eso ayuda a bajar la temperatura dentro del edificio». Es una corriente que se está extendiendo en Europa, apostar por soluciones basadas en la naturaleza. Granada podría seguir el ejemplo. Revegetar la ciudad es «clave».
Publicidad
«Hay que quitar el césped artificial, esa mezcla de plásticos solo hace que aumente la temperatura, y crear espacios verdes en cada rincón. Árboles, árboles y más árboles. Son el mejor refugio climático», defiende por su parte el presidente de la Asociación Española de Educación Ambiental y coordinador de la Mesa del Clima de Granada, Federico Velázquez de Castro. Apunta a la regla 3/30/300: un granadino debe ver al menos 3 árboles desde su ventana;un 30% de superficie urbana debe estar ajardinada y se debe tener una zona verde a 300 metros de casa.
¿Toldos? ¿Fuentes?
En Granada, se ha propuesto recientemente colocar toldos en las calles Alhóndiga y Puentezuelas. Para el meteorólogo Manuel Morales es una medida «razonable» que debería extenderse más allá del centro. «También hace falta instalar más puntos de agua, que son muy escasos». Además, sugiere que se penalice a los comercios que funcionen con las puertas «abiertas de par en par» y el aire «a toda potencia».
Publicidad
Además de en la ciudad, las consecuencias de la subida de las temperaturas se dejan ver en el entorno. En Sierra Nevada, plantas que se quedaban a 1.600 metros de altura ahora se ven a 1.800. «Las especies que tradicionalmente han ocupado las cumbres no tienen a dónde huir, están en riesgo». También cultivos como el mango y el maíz, «superdemandantes» de agua. Para mantener el ritmo que se traía hace falta más riego, pero no es posible. Se pierden cosechas. «Así que igual hay que adaptarse y cambiar el tipo de cultivo».
Mientras tanto, las concentraciones de dióxido de carbono en la atmósfera siguen creciendo. «Cuando hay más calor, hay más contaminación. La mortalidad probablemente también ascienda. Las patologías se agravan. La atención primaria debe estar preparada para atender un mayor pico de ingresos», interviene Velázquez de Castro. No es ajeno a la salud mental, insiste, a la soledad no deseada. En este periodo, la gente sale y quien está solo se siente «más desamparado». Qué decir de las personas sin hogar.
Publicidad
En definitiva, frente al cambio climático hay dos grandes estrategias: la mitigación y la adaptación. «Por muy desagradable que sea el calor, ahora mismo no se descontrola el fenómeno. Se pueden buscar soluciones a largo y medio plazo. Hay que intentar minimizar los efectos». Pero ahora, antes de que sea tarde.
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión