El restaurante más relajado de Granada que ofrece «descuentos por simpatía o dar las gracias»

«Nada más entrar al restaurante cambias de situación y entras en un sitio en el que todo transmite tranquilidad. Un lugar en el que disfrutar y relajarse y no en el que entras a comer rápido», explican a IDEAL María Pérez, encargada de sala, y Marcos Otero, jefe de cocina, al ser preguntados por cómo es El Orejas.

En lo relativo a la comida, todo está enfocado a la brasa, el humo y el fuego, hasta el punto de que Marcos reconoce que es «el fundamento de nuestra cocina». El 85% de la carta pasa por su horno Josper y todas las elaboraciones tienen algo en común: «Le ponemos mucho cariño y tiempo. Desde para el pan tostado, hasta para los platos elaborados a fuego lento».

Un cariño que también se refleja a través del trabajo en sala. «Desde que entras te sientes como en casa porque estás en un lugar para disfrutar con tranquilidad», detalla María. Sobre sus especialidades, tanto María como Marcos coinciden en que trabajan algunos de los cortes de carne madurada más selectos, aunque el jefe de cocina se muestra especialmente orgulloso del pescado a la brasa que ofrece, concretamente del atún. «La parpatana de atún es uno de los platos que más sorprende a la gente porque es un corte poco conocido».

Tanto la carne como el atún es de la máxima calidad posible, al igual que el resto de productos con los que trabajan. «Ponemos mucho esmero en conseguir el mejor producto, es uno de nuestros estandartes. Servimos todo con la cabeza muy alta porque sabemos que trabajamos con un producto de muchísima calidad», explican.ç

En los poco más de 8 meses que llevan abiertos han conseguido establecerse como uno de los restaurantes más populares de la ciudad. De hecho, cuentan con una nota de 4,9 sobre 5 en Google, un indicativo inequívoco de que están haciendo las cosas bien. «Al principio muchos pensaban que podíamos ser un restaurante más pero la gente ya se ha dado cuenta de que hacemos un trabajo muy serio y la verdad es que estamos súper contentos».

Como agradecimiento a sus comensales, que son los que terminan de dar sentido a El Orejas, ofrecen unos descuentos muy especiales que, aunque son simbólicos, gustan mucho y hacen que los clientes se vayan todavía más contentos. Descuentos de 20 céntimos por sonreír al personal, por tener paciencia, por dar las gracias o decir por favor, por alegría y por simpatía. «Es algo que a la gente le gusta mucho y que les hace irse todavía con un mejor sabor de boca de El Orejas. Conseguimos que la gente se vaya muy contenta, que es como queremos que se marchen de aquí», finalizan.