Bella Ciao reabre tras el incendio y regalará pizzas para celebrarlo

La obra aún no ha terminado en el conocido local de la calle Músico Vicente Zarzo. «Estamos acabando lo que es la fachada y dos detalles más, que son los controles de los técnicos del gas y todo eso», detalla Messi, quien avanza que en la tarde de este mismo jueves volverán a salir pizzas «para probar los hornos». Como la rotulación la pondrán más adelante, después, los dos amigos descansarán hasta el domingo, cuando reinaugurarán la pizzería, que no el negocio. «Vamos a empezar a hacer pizzas a las 12.00 horas y vamos a regalarlas todo el día, hasta que terminemos las cajas de masa que tenemos aquí», detalla. El trabajo volverá el lunes, que supondrá una vuelta a la normalidad, o a algo parecido. «Lo intentaremos, por lo menos», abunda el mayor de los compañeros.

«No ha habido casi manera de darse cuenta de la reforma del establecimiento, porque, como hemos estado aquí todos los días y lo hemos visto poco a poco, no es como para una persona que lleva mucho tiempo sin venir y ver la pizzería de golpe reformada», expresa Messi. De sol a sol, los dos dueños vieron crecer su nuevo hogar. «Las sensaciones que tenemos es de que hay un local nuevo, que ha salido bonito, que hemos tenido ideas», profundiza, si bien matiza que «la distribución es la misma». Han ganado en torno a un metro y medio de altura al apurar el falso techo, derrumbado con la explosión, han cambiado el color y han repuesto lo dañado, que no todo pudo ser cubierto por el seguro al haber maquinaria de segunda mano de la que no tenían factura. «Ahí es donde hemos tenido algo de pérdida y hemos tenido que echar ahorros. Por lo demás, estamos bastante contentos».

Una imagen bien distinta a la que encontraron en la mañana del 10 de julio. «Cuando la pizzería estaba vacía, aquello era un lienzo en blanco para nosotros», reconoce David Messi, quien, no obstante, subraya que el tamaño del local no permitió profundizar demasiado en la renovación del negocio. «Ha sido, más bien, un cambio de look, porque, por lo demás, sigue siendo la misma pizzería de antes, con maquinaria 'nueva' -incide mucho en este adjetivo-, porque algunas cosas las hemos tenido que comprar nuevas y otras las hemos tenido que adquirir de segunda mano o Wallapop. Algunas, chollos; otras, menos», sintetiza.

-¿En ustedes, en el espíritu que tanto atraía de Bella Ciao, ha cambiado algo?

-Yo creo que no. A la vista, está más moderna, pero, al final, nosotros seguimos siendo los mismos. La pizzería sigue siendo la misma, las pizzas que salen van a seguir siendo las mismas… Espero que no, la verdad. A nosotros nos gustaría mantener el rollito que teníamos antes.

Los 82 días transcurridos desde que un escape de gas y el arranque de una de las neveras del antiguo local se conjugaron para borrar por completo toda la pizzería dieron para vivir mucho. «Ha sido intenso y todo tan deprisa, como una cosa tras otra… Ha habido momentos después de la explosión en los que ha habido mucho cariño, lo que te animaba. También, momentos de bajona, porque había cansancio y había que correr mucho», se abre Messi. Ahora, con la reapertura a la vuelta de la esquina, «está volviendo el ánimo». En ningún momento llegaron a pensar que no podrían abrir, si bien se plantearon solicitar un préstamo. «Al final, no lo hemos tenido que hacer, porque hemos tirado de los ahorros de estos 14 años trabajando», detalla, aunque admite que el ir y venir de peritos despertó «incertidumbre». «Estas cosas asustaban porque no sabes por dónde te pueden llegar los tiros».

El cariño recibido les dio alas para no derrumbarse anímicamente. «Ha sido, sin duda, el arma que hemos utilizado para no venirnos abajo en esos momentos tan duros y llenos de decisiones. Simplemente, saber que el día en que volvamos a abrir vamos a tener esta respuesta de nuestros clientes y nuestros vecinos es un input para despertarte por la mañana, venir y hacer las cosas con ganas, rápido», agradece Messi. Recuerda especialmente la carta que le escribió el hijo de una vecina, mientras recolectaban fondos por medio de un crowdfunding. «Fue el ejemplo definitivo del cariño que nos tienen los vecinos, a pesar del susto, de todo lo que han tenido que pasar ellos también, porque está claro que, cuando están trabajando debajo de tu casa, molesta un poco», subraya. Ahora, están «deseando abrir para intentar volver un poco a la normalidad y ver gente que entra en el local».

Todo está preparado para que el lunes vuelva la actividad normal de la pizzería, si bien los socios buscan repartidores. «Tuvimos que dar de baja a todos los trabajadores y pagar los finiquitos. En eso nos ha ayudado bastante el crowdfunding que hicimos por Facebook», explica Messi, quien también detalla que la pizzería cuenta ahora mismo con los dos socios, otros cuatro empleados que se incorporan el día 4 y un único trabajador para repartir los pedidos. «Antes teníamos cinco, así que nos faltarían, por lo menos, cuatro», señala. Han colgado el anuncio incluso en redes sociales, pues «parece que son un poco difíciles de encontrar».

Este aspecto preocupa por «este 'boom' que ha tenido la reapertura en todos los lados», pues antes del cierre, con cuatro repartidores, se llegaban a alcanzar esperas de hasta hora y media en los fines de semana. «Si esto va a más, no sabemos bien cómo vamos a poder abastecer y dar el mismo servicio a todo el mundo», se plantea David Messi. Sin embargo, los amigos son optimistas: «Para dentro de 10 o 15 días ya sí conseguiremos dar un servicio normal».