Teresa Contreras, en el local donde ha asesorado a su fiel clientela, que cierra sus puertas tras medio siglo. Ramón L. Pérez

La reina de todas las paredes de Granada

Personajes granadinos de barrio ·

En iglesias, conventos, hogares... y hasta en la Alhambra hay materiales suministrados por Teresa Contreras, la empresaria de Plaza Trinidad que ha jugado un papel principal en la decoración de los granadinos

Yenalia Huertas

Granada

Domingo, 14 de febrero 2021, 01:47

Hay una alfombra en la Alhambra que no data de la época de Boabdil el chico, hijo de Muley Hacén y la sultana Aixa. ... Es reciente, de este siglo XXI, y llegó hasta el 'castillo rojo' gracias a Teresa Contreras Barranco, la empresaria que ha regentado cuatro décadas la tienda 'Papeles Pintados La Fábrica' de Plaza Trinidad. Esta comerciante, reina de todas las paredes, abdica ahora: se jubiló el 31 de diciembre.

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Su comercio esconde un almacén en la planta inferior que sorprende al visitante. Hay que bajar unas inquietantes escaleras para acceder al lugar del que han salido los papeles, moquetas y alfombras que hoy decoran cientos y cientos de hogares de Granada, así como conventos, iglesias o casas palaciegas...

Teresa, nacida en Jaén, es una experta en la materia prima de empapelar y, a lo largo de las cuatro décadas que ha llevado el negocio, ha resistido a varias crisis: tanto las económicas como las de las modas decorativas. La del gotelé, como admite, le hizo un especial daño. Pero ella siempre ha sabido salir a flote, introduciendo otros artículos y renovando su oferta para adaptarse a la demanda. El regreso de las paredes lisas hizo le hizo resurgir; su mercancía estrella volvió a llevarse. Hasta papel de Versace, de 100 y pico euros el rollo, ha tenido para sus clientes más exigentes. Casi todas las fábricas con las que ha trabajado son de fuera: italianas, francesas, belgas...

Fundador

En el almacén de Teresa hay mucha tela que cortar y grandes bobinas de hilo. Cuando ella rebobina su historia como comerciante se emociona. Junto a su difunto esposo, Eduardo Domínguez Rodríguez, llegó a tener un pequeño 'imperio' comercial que abarcó gran parte de Andalucía. La de Trinidad, fundada en 1970, es la única tienda que quedaba abierta de las más de 20 que la pareja llegó a tener. «Se montaron 22 tiendas en Jaén, Granada, Córdoba y Málaga...», precisa. «Luego –agrega– se fueron cerrando y nos quedamos con Granada y Almería, y al final ya solo en Granada».

El primer negocio que abrieron fue en la capital nazarí, donde llegó a haber otro en Plaza de Gracia. «La primera tienda fue frente al cine Gran Vía en Almona del boquerón. Esta (la de Trinidad) era la número 4; es que conforme se iban montando se le iba poniendo el número».

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Del local, que ahora bajará la persiana para siempre, unos 60 o 70 metros cuadrados han estado destinados a tienda. El resto, a almacén. «Nos dedicamos al papel pintado desde un principio. Luego ya, con el tiempo, fuimos metiendo todo tipo de mercancías», rememora la comerciante, que asegura que este tipo de decoración mural «ahora está muy en auge», si bien en la actualidad «es mucho más bonita y exclusiva».

«Hoy hay muchos catálogos donde elegir», añade Contreras, a la vez que recuerda que antes la gente empapelaba las casas enteras. Actualmente ha cambiado el concepto: «ahora ya vamos buscando cada uno nuestro estilo».

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Durante la visita de IDEAL, la empresaria demuestra que, aparte de buena en su especialidad, ha debido ser una gran amiga. Varias de sus amistades la han ayudado estos últimos días a retirar los artículos que aún quedan en el establecimiento. Una de ellas es Laura Andreu. «Soy amiga y clienta», sonríe. «Lo último que le he comprado ha sido un tapete de adorno con borlones, para poner encima de una mesa», revela Laura satisfecha.

La informadora y el fotoperiodista de este reportaje irrumpen en el local en plena liquidación, con descuentos de vértigo. Hay un mar de retales que marean la mirada. «Es el remate final», explica con cierta nostalgia Teresa, pues de forma inminente dejará de pisar el escenario de la actividad a la que ha dedicado toda su vida. Cierra su telón empresarial por la edad y por 'las goteras' propias del paso del tiempo que han aparecido en su salud.

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«Me he dedicado a esto siempre, desde los 14 años. Esta profesión me ha gustado mucho, porque la he vivido y disfrutado. Hemos pasado crisis gordas, como la del gotelé, en la que la gente pintaba y no empapelaba, pero hemos aguantado y hemos luchado hasta ahora», expresa con orgullo. El gotelé hizo a Teresa y su marido abrir el abanico de productos: meter frisos, suelos de PVC, tarimas, persianas, estores...

Altar mayor

Los compradores de esta empresaria son dispares. «Le he vendido una alfombra a la Catedral, tengo conventos, colegios, ayuntamientos... de todo un poco», precisa. «A San Jerónimo le he hecho el altar mayor», apunta a continuación, a la vez que garantiza que siempre ha atendido igual «al que está arriba que al que está abajo».

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En cuanto a precios, la tienda de esta jiennense han sido muy competitivos. «He tenido desde lo más económico hasta lo más caro», señala, tras admitir que en su cartera de clientes hay gente y lugares insignes. «He vendido moqueta para la Madraza... ¡Ah! Y una alfombra que vendí para la Alhambra. Era de una fábrica muy clásica, de lana muy bonita. «Está en el museo, en el suelo», detalla. Digno sitio para tan noble artículo, aunque sea para pisarlo. Sus medidas: «dos por tres».

Dora García García del Real es una de sus más fieles allegadas y rebosa aprecio al hablar de Teresa. La conoce de toda la vida y, además de echarle una mano en el negocio, pertenece a su círculo más próximo de amigas. «Es una gran persona, increíble, y trabajadora cien por cien; como persona es extraordinaria y como comerciante, ¿qué le voy a contar?», comenta emocionada. Le entristece que los comercios de toda la vida de Granada vayan desapareciendo.

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La casa de Teresa, que va a cumplir este verano 65 años, está entera decorada de papel pintado, como no podía ser de otra manera. Ahora, Teresa, a ser la regente de esos otros muros: los del descanso que brinda un merecido retiro.

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