Josefa observa el techo de su casa diez días después de las lluvias que provocaron la filtración de agua. Pepe Marín

Regresan a casa los vecinos de Granada reubicados en un hotel tras dañarse sus pisos por las lluvias

La Junta iniciará la reparación de la cubierta afectada «en los próximos días», mientras que los inquilinos temen que las tormentas vuelvan antes de que esté solucionado

Laura Velasco

Granada

Viernes, 8 de noviembre 2024, 00:37

Han pasado diez días desde aquel martes negro en el que la DANA dejó a Valencia enmudecida. En la provincia de Granada, aunque a un ... nivel muy diferente, el agua también cayó con fuerza y generó preocupación entre los conductores que volvían del trabajo aquel día. Afortunadamente, no hubo que lamentar víctimas mortales, pero sí daños materiales. En un nivel de afectación diferente, pero igualmente preocupados, se encuentran las familias de las viviendas públicas de la calle Modesto Cendoya, número 1, 3 y 5, que fueron desalojadas aquel martes por las lluvias y reubicadas en un hotel. El agua se infiltró en las viviendas de la tercera planta, las que se encuentran a mayor altura. La razón: no hay un tejado que aísla y protege desde hace meses, denuncian, cuando unas obras de la Agencia de Vivienda y Rehabilitación de Andalucía (AVRA) quedaron a medias. Regresan a casa diez días después, aunque el problema de base aún no está solucionado.

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Fueron seis familias, según informó la Junta de Andalucía, a las que desalojaron y enviaron a un hotel cercano, donde este miércoles pasaron su última noche. Durante esos días, la Junta les ha pagado la estancia y comidas y, según ha informado, ayer volvieron a sus viviendas las últimas que quedaban alojadas. El resto ha ido regresando de forma gradual.

La Consejería de Fomento indicó que el origen del siniestro son unas obras de rehabilitación energética que se tuvieron que paralizar el pasado verano por parte de AVRA «por mala ejecución» de la empresa, «abandono de la obra y no respetar las medidas de seguridad y salud». El contrato se rescindió y provocó que la ejecución de una cubierta quedara sin terminar.

La Junta sacó la licitación de las obras de urgencia de la cubierta y ya se ha adjudicado a la empresa HF Agroforestal 2023, que previsiblemente iniciará la reparación «en los próximos días». Mientras, se han instalado «cañones de aire caliente para el secado de las viviendas», puntualiza la Consejería.

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«Tememos que vuelva a llover»

«El cañón era así de grande y ha estado puesto ocho horas al día», cuenta Josefa, una de las vecinas perjudicadas, mientras señala con las manos la dimensión de la maquinaria. De una semana a otra ya no quedan charcos en el suelo, pero el techo sigue visiblemente afectado, con la caída del yeso. Los armarios están vacíos, puesto que la ropa estaba tan mojada que ha tenido que sacarla entera para lavarla. La guarda en otro cuarto, metida en bolsas, de las que ha tenido que echar mano cuando ha ido al hotel. Hace días volvió a casa y duerme en el sofá. Espera que el arreglo de la cubierta sea «lo más rápido posible», echa de menos la normalidad. «Lo que tememos es que vuelva a llover, entonces ya me tendré que ir de la casa», lamenta.

Hace diez días decía que, al llover, las escaleras de su bloque eran «las cataratas del Niágara». Efectivamente, una apertura da directamente al ojo patio y por allí se cuelan litros y litros de agua. Ahora, un plástico cubre ese hueco de forma provisional. «Ojalá el viento no lo arranque», señala mientras lo observa.

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En el bloque colindante, charlamos con otro de los vecinos que mostraba su indignación la semana pasada. Lleva unos días durmiendo en casa junto a su hermano, al que le falta un pulmón. La otra noche se estaba «asfixiando» por el efecto de las máquinas y tuvieron que salir de madrugada de la vivienda. «Nos fuimos al portal a que le diera el aire», apostilla. Duerme con el chándal de algodón puesto, capucha incluida. «El piso está helado», agrega.

Otros de los vecinos que han ido volviendo al bloque duermen en casa de familiares o, como en estos casos, en sus domicilios, pero en otras estancias menos afectadas por las filtraciones. Como Josefa, él también reza y pide que, cuando vuelva a llover, el tejado esté ya arreglado.

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