«No hemos recibido ni un euro de ayudas, estamos solos, muertos en vida»
isamar atelier ·
Con un desplome del 85% de las ventas, la dueña de esta tienda de moda de ceremonia asegura que seguir aguantando a pulmón es «un acto de fe»
La imagen de Yolanda Ubago es puro estilo y glamour en consonancia con su negocio, que precisamente vende eso. Y sin embargo, la propietaria de ... Isamar Atelier admite que ya le cuesta maquillar la huella que está dejando en su rostro la presión acumulada durante el último año. La sensación de asfixia llega a ser física. Isamar Atelier, heredera del negocio que abrieron los padres de Yolanda hace cuarenta años, es un comercio especialista en moda nupcial, ceremonia y alta costura. La crisis que ha acabado con los eventos les ha golpeado de lleno con una caída de facturación del 85% y el aplazamiento del 90% de los trajes que tenían comprometidos para 2020. Desde los novios que se han peleado a los que ya no quieren el vestido espectacular porque lo van a celebrar en petit comité... ya les ha pasado de todo. Y todo son pérdidas.
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Abrir cada día las puertas de su negocio de la calle Alhóndiga, que aguanta a pulmón sin ayudas directas, es «un acto de fe». Yolanda tiene a su plantilla de siete trabajadores, entre modistas y dependientes, en ERTE. «Estoy luchando por ellos con uñas y dientes, la responsabilidad moral no me deja dormir. No quiero abandonarlos, llevan muchos años con nosotros y están muy especializados pero va a ser imposible si seguimos acumulando pérdidas», lamenta.
El negocio empieza el mes con menos nueve mil euros, entre los costes fijos como el alquiler o la Seguridad Social de los trabajadores en ERTE, que ha pasado a asumir íntegramente la empresa. Que no entren clientes mina la autoestima profesional de Yolanda, que adora su trabajo. Una y otra vez tiene que reponerse.
«Aquí el gran drama que tenemos que lamentar son los muertos. Pero los gobiernos también deberían preocuparse por los empresarios que estamos muertos en vida. Este país y Granada no se pueden permitir dejar morir así a las empresas. Esta pyme no ha recibido un euro y me da igual los colores políticos, tengo una sensación de orfandad absoluta, ninguna administración nos ayuda, estamos solos», sentencia.
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