«La reapertura será como volver a empezar, habrá muchos cambios en el sector turístico»
Alejandra Martínez prepara con «ilusión» la vuelta al trabajo en el hotel que dirige y celebra el fin del estado de alarma: «En parte no me lo creo»
Alejandra Martínez de la Cruz echa de menos trabajar. Apenas se lo piensa un par de segundos antes de responder a la pregunta, sentada en ... el patio luminoso del que desde 2011 es algo más que 'su hotel': un establecimiento vivo, con 11 trabajadores y tantas historias como inquilinos llegan cada año. Al inicio del primer estado de alarma por la crisis del coronavirus, Alejandra cerró la puerta de madera de Párraga Siete. Abrió durante un mes en septiembre, época de mucho movimiento turístico en la capital –en verano la Costa es un imán para los visitantes– pero la segunda ola se llevó por delante, otra vez, los negocios hoteleros. Ahora afronta con ilusión el fin de una época que ha cambiado las reglas de juego en el tablero de los alojamientos. Por ahora no hay fecha fijada para las primeras reservas –estima que será en junio–, como en muchos otros hoteles de la capital que aún no han dado el paso.
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Antes y después de la entrevista, recalca: «Vamos a enfocar la historia por lo positivo». Lo positivo es que termina el estado de alarma y los hoteles empiezan a barruntar que, si la llegada de vacunas mantiene su ritmo, los turistas empezarán a llegar en junio. Pero la raíz del relato, qué duda cabe, es el varapalo que sufrió el sector en marzo de 2020.
Hoteles y restaurantes, como toda la actividad que fue considerada como no esencial, se vieron obligados a cerrar las puertas durante el confinamiento más estricto. Llegó luego la primera desescalada, paralela a un verano con un nivel considerable –dada la situación– de reservas en el litoral, pero flojo en el interior de la provincia. Y luego la segunda ola, que arrastró con especial fuerza a Granada.
De cero
A diferencia de otros negocios, tuvo la «gran suerte» de no tener que pagar alquiler. Pero 11 personas se quedaron en ERTE. «Yo creo que hay un gran compromiso, de los trabajadores con la empresa y de la empresa con los trabajadores. Había que hacer ERTE, no se podía hacer otra cosa porque no podíamos trabajar, pero tanto los trabajadores como la empresa, dentro de la situación tan difícil, han tenido un gran compromiso». Esto ha afectado «tanto a trabajadores como a empresarios», pero ahora eso queda atrás y toca empezar casi de cero.
En hotelería trabajan con previsiones de reserva a tres y seis meses vista. El turista español, que será mayoritario en las próximas semanas, suele reservar con poca antelación. Ahora el modelo cambiará: el cliente quiere viajar a sitios en los que no haya problemas por rebrotes y se cumplan las medidas de higiene y sanidad, y en el que no pongan dificultades en caso de que le tengan que devolver el dinero. Son solo algunos de los ejemplos del importante cambio que se avecina para las 'reglas' conocidas hasta ahora.
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El alojamiento cuenta con 11 trabajadores, que han estado en ERTE desde que en marzo se declaró el primer estado de alarma
Con estos datos sobre la mesa, y estudios que anticipan un 'boom' turístico para este verano, con España como segundo destino internacional preferente tras Estados Unidos, Párraga Siete ya se prepara «con ilusión» para la reapertura. Como en otros establecimientos, es un proceso complejo, administrativa y funcionalmente. «Pero hay que tener en cuenta que ahora, en verano, funcionará el turismo de Costa. Hay que trabajar en fomentar el turismo de interior», explica Alejandra.
«Hay muchas cosas que van a cambiar. El teletrabajo se queda. El turismo que recibíamos entre semana se va a reducir un montón. Granada funcionaba muy bien a nivel fines de semana y de lunes a jueves, entre semana, venían trabajadores. Ahora se va a evitar más viajar a cualquier sitio, va a haber mucho Google Meet (reuniones por vídeo) y a nivel empresa se reducirán costes comerciales, de trabajadores que viajaban entre semana», relata. También cambiarán las rutinas: quizá en un futuro desaparezcan los buffets y haya que reforzar el servicio de habitaciones. En otro sentido, el modelo cambiará hacia una atención más digital.
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A nivel personal, aún no se cree el final del estado de alarma. «En parte no me lo creo. ¿Esto se acaba de verdad? Ha sido tanto tira y afloja que hasta que no llegue el día 9 (hoy) y me lo digan no me lo voy a creer. Lo recibo con ilusión, ganas de trabajar, de verme con mis compañeros, de que todo vuelva a la normalidad. Con ganas de emprender». Cree que esta reapertura será un «volver a empezar». No es que este tiempo se haya perdido, pero habrá que implantar nuevas normativas, medidas de higiene, desinfección… «El que empiece de cero, sabiendo que las cosas han cambiado, es el que menos dificultad va a tener para asumir la situación».
Las discotecas de Granada tendrán que esperar al menos una semana más
El fin del estado de alarma abre esperanzas para las salas de ocio de la capital aunque saben que aún «queda mucho camino hacia la normalidad»
j. m.
granada. El ocio nocturno de la capital granadina tendrá que esperar una semana más como mínimo para iniciar su desescalada De acuerdo con lo establecido en el BOJA que se publicó en la noche del sábado, las localidades de distritos sanitarios en nivel de alerta 4, el caso del Granada-Metropolitano, no pueden abrir los establecimientos de ocio nocturnoaún. Sí podrán hacerlo en el resto de la provincia, con un nivel de alerta más bajo.
Las discotecas cerraron en agosto –se salvaron los pubs que empezaron a servir comida y pudieron cambiar de licencia– tras una fugaz apertura sin pistas de baile. El fin del toque de queda y el aumento de horarios permitirá que puedan funcionar de nuevo, con muchas restricciones y lejos aún de los viejos horarios, que permitían a las discotecas diferenciarse de los pubs. Por ahora, no todas han empezado a prepararse:están a la espera de que las autoridades perfilen las restricciones.
Los trabajadores que han pasado un año en ERTE desean volver a las barras. Es el caso de Juan Alberto Hernández, responsable de camareros de Aliatar. «Cerramos en marzo y ahora todo el mundo está emocionado con abrir. Pero para una discoteca de invierno, el peor momento es el verano. En cualquier caso, lo bueno es que podemos por fin abrir».
Aún no hay fecha para la vuelta pero el fin del estado de alarma es un bálsamo psicológico. «Este año no me he dedicado a nada. A darle vueltas a la cabeza, a no poder hacer nada porque no nos dejaban trabajar. Sí a hacer deporte, estar con la familia e intentar que psicológicamente no afectara mucho. Llevo trabajando desde los 18 años y nunca había parado más de un mes, por vacaciones. Por otro lado, con lo que cobrábamos, no se podía hacer nada», cuenta por teléfono.
El punto –y final, parece– al estado de alarma es una «excelente noticia». Pero aún queda mucho camino hasta la normalidad plena. «Para Aliatar sería excelente que pudiéramos abrir hasta las cinco o las seis de la mañana. Porque en el mes de julio no entrar en una discoteca a las ocho de la tarde, estás en una piscina o en una terraza».
La reapertura, cuando llegue, será muy distinta. El año pasado, por ejemplo, no se podía utilizar la pista de baile. Es lo mismo que sucederá en las primeras fases de esta segunda desescalada en Andalucía. «Lo importante es que siga la vacunación. Cuando haya un tanto por ciento importante de inmunizados, todo cambiará. En el gremio se habla de que octubre, noviembre y diciembre serán los meses en los que todo empiece a parecerse a lo de antes», resume. Hernández acaba subrayando la dura situación económica que han atravesado algunos de sus compañeros, que además eran autónomos, y no pudieron cobrar el ERTE:«Les dieron una ayuda de miseria como autónomos. No han cobrado ni un duro del ERTE», lamenta.
Tras la salida del estado de alarma, las discotecas empezarán pronto a recuperar la marcha. Lo harán a ritmo suave.
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