Periodistas con hambre
La libreta del director ·
«IDEAL quiere mantenerse como un actor protagonista en los debates de esta tierra; agitador e instigador, guía y pancarta de la sociedad civil»Evitaré la tentación de empezar mi primer artículo como director de IDEAL repasando lo que he sido. Tal vez un reportero impertinente –por encima de ... sus posibilidades– al que aún le resulta extraño que nunca le partieran la cara. La nostalgia nos mantiene vivos, pero es el pretexto de quienes no se atreven a encarar el futuro; esos días venideros con sus noches sin lucidez y sus tardes con reuma que, sin embargo, aún nos tienen reservados algunos titulares a cinco columnas en portada; el único soborno que acepta un periodista de raza.
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Decía el sociólogo alemán Niklas Luhmann que un futuro que hubiera comenzado ya no sería propiamente un futuro. Por eso no recordaré lo que en otro tiempo fui –ni siquiera lo que soy–, porque este director y su gente valen únicamente por lo que serán y seremos. El presente nos lo entregó Eduardo Peralta, con su magisterio generoso y desprendido; el porvenir nos corresponde a nosotros y tendremos que pelearlo.
Dicen los agoreros –que son los mismos que los entendidos presuntuosos– que habitamos en tiempos difíciles. ¿Acaso alguna vez fueron sencillos? Nunca confiaría mi destino a un periodista que haya perdido el hambre.
Un viejo axioma asegura que los reporteros empiezan por querer arreglar el mundo y terminan trabajando por dinero; no mucho, pero dinero al fin y al cabo. Hasta que llegue ese momento, mientras vistamos la cota de malla de las causas perdidas, intentaremos enmendar, –si no el mundo–, al menos, el trocito que nos dejaron a recaudo.
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IDEAL no eludirá su responsabilidad con el futuro de esta tierra. El buen periodismo es más necesario que nunca y tenemos la posibilidad –y el deber– de influir en el guion de los acontecimientos; que suele venir redactado por escribanos interesados.
LO VEROSÍMIL Y LO VERDADERO
En su discurso de ingreso en la Real Academia en junio de 2004, Álvaro Pombo nos explicó la diferencia entre verosimilitud y verdad. Distinguía el escritor, de un lado, la relación estricta entre el entendimiento y la cosa [verdad], frente a la adecuación ligera y flotante [verosimilitud]. Pombo nos enfrentaba al concepto de poder. Quien está fuera persigue una verdad para desalojar al que lo administra. Quien lo ostenta, encubre la realidad para perpetuarse. En definitiva, todo es discurso. Relato, que lo llaman ahora.
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La perversión se produce en los tiempos actuales cuando las dos partes, los que gestionan el poder y los que opositan al mismo, parecen abonadas a la impostura, mientras desprecian la verdad como un elemento auditable y fiscalizado por la opinión pública; en definitiva, por los periodistas. La sociedad actual se mueve en lo flotante y aparta la reflexión porque cansa demasiado. Decía en una de mis intervenciones recientes que anular la capacidad crítica es la forma más rápida y efectiva que tienen de borrarnos como sociedad. En un tiempo, como el que vivimos, en el que las sensaciones están por encima de las evidencias.
De IDEAL te puedes fiar, porque nuestro único compromiso innegociable es con el progreso de nuestro entorno y de sus gentes –dicho así, en plural, reconocido y reconocible–
Pombo diferenciaba la verdad 'científica' y la de la 'ficción', lo que Vargas Llosas llamaba la «verdad de las mentiras». Aquí –en este mejunje de embustes y vanidades– podríamos enmarcar esa construcción de falsa apariencia que es la realidad política. Frente a ella se erige la verdad periodística; la única capaz de contrarrestar la flotante y efervescente verosimilitud que se nos ofrece por tantos canales y que muchos consumen sin saberse víctimas de un pufo o un engaño.
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De IDEAL te puedes fiar, porque nuestro único compromiso innegociable es con el progreso de nuestro entorno y de sus gentes –dicho así, en plural, reconocido y reconocible–.
Este artículo es algo más que un compromiso; porque los compromisos rara vez se cumplen y casi siempre conllevan una contrapartida. Es más bien una declaración de intenciones. IDEAL quiere mantenerse como un actor protagonista en los debates de esta tierra; agitador e instigador, guía y pancarta de la sociedad civil.
Cada mañana, cuando llego a la redacción de IDEAL, la vieja rotativa, como un faro de palabras en prevenga, me susurra con tinta y plomo cuál es el camino. Esta máquina es inamovible; nunca da un paso atrás. Proseguimos un sendero que continúa después de 91 años, que estará jalonado de baches y curvas, pero que desde esta redacción siempre recorreremos de frente. Con optimismo, intentando rebatir el fatalismo al que, a veces, parece condenarse una tierra que se flagela con sus desgracias.
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El futuro tiene muchos nombres, como advirtiera Víctor Hugo. Para los débiles es lo inalcanzable; para los temerosos, lo desconocido; y para los valientes, la oportunidad.
El periodismo es cosa de valientes con hambre.
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