La libreta del director

Óscar (tiende) Puente

La manera más efectiva, sencilla y directa de acabar con la desinformación es leer periódicos. Consumir medios de comunicación identificados, reconocibles y que se expongan. Ese es nuestro compromiso. No estamos aquí para contentar a todo el mundo. Es más: si una información gusta a todos, probablemente, no sea del todo interesante.

Anoto la frase con la que me responde el ministro Puente: «Informar es caro; inventar resulta barato».

Nuestros suscriptores son los que nos dan la influencia.

Pero el compromiso de IDEAL va más allá de la mera información. Lo dejé por escrito en la primera hoja de esta libreta del director: queremos ser un actor relevante del debate público, facilitar el entendimiento y contribuir al desarrollo de esta tierra.

Eso se consiguió con el desayuno del viernes, cuando por primera vez en casi un cuarto de siglo se presentó una propuesta detallada para la integración del ferrocarril en la capital. No puede ser una imposición; solo un punto de partida. Pero un planteamiento sólido y armado sobre el que negociar y mejorar.

Ahora exigiremos –lo hemos hecho siempre desde IDEAL– que se cumplan los compromisos. Como nuestros lectores deben reclamarnos que mantengamos los nuestros.

El lunes hablo con un compinche socialista sobre la convocatoria del congreso extraordinario del PSOE y me barrunta cambios. «Pedro Sánchez es especialista en rescatar a gente del frigorífico». 48 horas después, el presidente confirmaba la designación del 'idóneo' José Luis Escrivá como gobernador del Banco de España. La idoneidad es un concepto subjetivo; depende de para quién y para qué.

Le sustituye como ministro Óscar López, que lleva un tiempo atemperando en Moncloa. Por traerlo al terreno, Óscar López fue el número dos del PSOE al que Luis Salvador envió un burofax en 2013 para comunicarle su baja del partido. Ahora los dos son sanchistas.

Y en las hojas amarillas de mi cuaderno tengo las notas que una fuente bien informada me dio en confesión, que señalan a Óscar –en su día líder del partido en Castilla y León– como uno de los urdidores de la compra de la antigua España Duero por Unicaja. Aquello evitó otra propuesta que apenas si dio tiempo a ponerla sobre la mesa pero que existió: la fusión de BMN –donde estaba CajaGranada– con la entidad malagueña.

Esta no es la crisis de gobierno que prevé Pedro Sánchez, que en un año de legislatura ya ha cambiado más veces de ministros que de presupuestos. La previsible marcha de Teresa Ribera a Europa –puede que no sea la única que coja ese camino– sí provocará ajustes más profundos y también los habrá a nivel interno en el partido. De todas formas, el congreso siempre estuvo contemplado para este otoño; al margen del devenir posterior de la legislatura. Pedro Sánchez busca renovar su liderazgo por aclamación y tener las manos –aún más– libres para introducir relevos en las estructuras regionales y provinciales.

En contra de todo lo especulado, a día de hoy no está en ese mapa Andalucía. «Pedro no ha filtrado nada; todo viene de los 'enemigos' de Juan (Espadas). Ahora mismo la opción es Juan», comenta un cargo socialista de los que tiene información de dentro. La decisión se tomará –como todas las que adopta Sánchez– con datos. Esos informes que le aportan sus asesores donde se miden hasta las sospechas.

Lo que sí sostengo –y no me lo han contado terceras personas– es que Juan Espada está convencido de seguir y tiene sus argumentos.

Otra cosa es Granada, donde sí habrá relevo –aunque por escuchar ya empieza a oírse de todo–. Candidatos autopostulados, propuestos o que se dejan querer hay, al menos, cinco. Sin contar con los 'tres tenores' –apelativo con el que se refieren a tres alcaldes–. La intención de Ferraz es que se llegue a un acuerdo entre todas las partes para evitar unas primarias que podrían fracturar la agrupación. El objetivo es armar un liderazgo que permita al PSOE de Granada recuperar la Diputación y el tercer diputado en el Congreso.

Este encargo –por el último– viene fijado desde Ferraz.

Acudo el martes en el Cuarto Real al inicio del ciclo Poesía en el Jardín. La hierba verde de septiembre tiene ansias de lluvia; se vuelve nostálgica y poética. Este mes siempre me resultó tristón; con sus medias luces, sus colores pardos, su mochilas aún sin peso. La niños que estrenaban mochila y los que repetían la maleta del curso anterior, aún sin ruedas, duras y sobrias como el porvenir. Esa era la verdadera lucha de clases.

350 personas han acudido a un recital de poemas con música. Y a cara descubierta. La vida moderna aún no ha conseguido embrutecernos del todo, con sus soflamas, sus móviles y sus prisas. Me encuentro a Pilar Aranda, que viene de una reunión del grupo de la capitalidad cultural. Pronto habrá novedades.

Manuel Vilas arranca el recital con un poema dedicado a un coche al que se le fue la junta de culata. «Adiós, hermano mío, la grúa fúnebre te conduce / al infierno del desguace. (...) Pareces un rey. / Soy el único que ha venido a tu entierro». «Perdona que te humille haciendo recaer / sobre tu hermosa tapicería, / sobre tus ruedas, manguitos / y válvulas que han gloriosamente ardido, / la miseria de España: / el plan Prever, 400 euros sociales / (¿os molesta que hable de dinero o de tan poco dinero?), / para la clase media, / que ama la limosna».

Los coches de los pobres reciben limosnas. Los lamborghinis pagan impuestos.

Blanca Fernández toca el violín. Nunca he estado tan cerca de un músico que toca el violín. Tampoco me había planteado cómo respira un violinista. Es otra melodía, con sus corcheas y sus silencios. Percibo la inspiración de Blanca, el aire exterior que entra pintado de notas en sus pulmones. Y su espiración.

Cuánto puede cambiar una palabra por una simple 'x'.

De significar la vida a representar la muerte.