Libreta del director

La millonaria fábrica de IA que se fue a Galicia

La Aesia no ha arrancado tres años después en Galicia, pero Santiago de Compostela acaba de conseguir una de las seis nuevas factorías de inteligencia artificial europea, con 82 millones de inversión. Estará especializada en salud. ¿Por qué no aspiró Granada?

Quico Chirino

Granada

Domingo, 19 de octubre 2025, 00:15

La Aesia –nada ni nadie puede llegar muy lejos con un nombre así– fue un engaño por partida doble: a Granada y, por lo visto, ... también a La Coruña. El concurso fue una farsa donde se utilizó a esta provincia para dar apariencia de neutralidad a una decisión política tomada de antemano. Y eso se recoge en la sentencia –aunque fuese desestimatoria del recurso– del Tribunal Supremo de noviembre de 2023. Una ministra me recordó en una ocasión lo críticos que habíamos sido con este asunto. Reprobar por crítico a un periodista es como reprochar a las cebras que tengan rayas. «Y llevábamos razón», le respondí. «No dijeron eso los juzgados», replicó ella pensando que me desplumaba de argumentos. Pero el periodista siempre escribe el último.

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Basta con recordar algún párrafo del Supremo para que no se olvide la afrenta. «Estamos ante un acto discrecional motivado del Consejo de Ministros (…) [busque si acaso discrecional' en la RAE]. Por ello, el hecho de que en el informe de valoración de las candidaturas de la comisión figure un determinado orden con Granada en primer lugar no conlleva efecto alguno para la recomendación de la ciudad de A Coruña. (...) Debemos insistir en que el acuerdo del Consejo de Ministros no debe atender a la candidatura con mayor puntuación». Es decir, los ministros –y en concreto, Nadia Calviño– podían elegir a la ciudad que quisieran aunque no fuese la que tuviese más puntos. Nunca se hicieron públicas las puntuaciones. A esto se llamó concurso.

Pero también engañaron a La Coruña. Porque, a punto de cumplirse tres años, la Aesia tiene un tercio de los trabajadores anunciados, no dispone de sede oficial, porque el edificio que se esgrimió como elemento desequilibrante en el trampantojo de concurso está aún en obras; y –dicen los expertos– el campo de la inteligencia artificial ha avanzado a tal ritmo que esa agencia está ya superada.

Sin embargo, Galicia ha conseguido hace tan solo una semana otro proyecto innovador que la sitúa en el mapa internacional. Una de las seis nuevas fábricas europeas de inteligencia artificial, que contará con una inversión de 82 millones de euros. Solo hay otro centro de supercomputación equiparable en España y se encuentra en Barcelona. La fábrica de IA gallega se llamará '1HealthAI' y estará ubicada en Santiago de Compostela. Una factoría centrada en el ámbito de la salud. La candidatura la presentaron en junio la Xunta y el CSIC, con el apoyo del Gobierno.

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Cuando se leen estas noticias es inevitable plantearse por qué Granada, con la potencia de su Universidad en este campo y con un parque tecnológico centrado –al menos, nominalmente– en la salud, no aspira a estos retos millonarios. Me dicen que habría sido una posibilidad real para disputar un proyecto que tenía 41 millones de fondos europeos y 24 de ayudas estatales.

No es la queja la peor de las frustraciones, sino la falta de ambición.

CANAPÉS EN EL PALACIO REAL

Acudo el 12 de octubre a la recepción en el Palacio Real. Como algunos han declinado la invitación, supongo que habrán tirado de figurantes. Es lo que mejor se me da. Aparentar que hago cosas sin hacer realmente nada. El Palacio Real está muy bien, pero hay pocos cuartos de baño. Me vigilan en la puerta del aseo; quizás porque tengo cara de tieso plebeyo, dispuesto a robar las pastillas de jabón y los 'amenities'. No es el día.

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Los reyes nos saludan en cinco segundos. Compruebo en las fotos que ni siquiera puedo mantenerme recto por tan corto espacio de tiempo. Por eso parezco a simple vista más bajo que Felipe VI.

El acto mantiene la solemnidad y la educación de otra época. Aunque todas las épocas tendrían que aspirar a ser solemnes y educadas. Creo que he repetido cuatro veces el mismo canapé. Pero aún no he descifrado de qué se trata. Mi paladar es de pueblo. No hay 'chistorras'.

Se habla en los corrillos de la espantada del presidente Pedro Sánchez y sus ministros, que huyen de los careos off the record de los periodistas. Normal, los corrillos ya no son off the record. Todo se sabe y lo que no, se cuenta. Saludo al rector de la Universidad de Granada, Pedro Mercado; al teniente general del Madoc, José Manuel de la Esperanza; al JEME 'granadino' Amador Enseñat; al teniente de hermano mayor de la Real Maestranza de Caballería de Granada, Gonzalo Martínez-Carrasco; a la senadora Eva Martín; o a la fiscal Superior, Ana Tárrago; que está muy encima –con discreción– de las denuncias presentadas por los cribados de cáncer de mamá. Uno va al Palacio Real para saludar a los que conoce de Granada.

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Cuando consigo acceder a la sala importante –sobre todo porque es la única en la que aún sirven comida– ya se ha producido la huida de los políticos. Repito canapé por quinta vez. Descifro que en la base lleva kiwi. ¿A esto llamarán manjar de reyes?

Pero hay que destacar dos presencias en momentos difíciles. El ministro Óscar Puente se mantiene como 'portavoz' del Gobierno y no esquiva las conversaciones. Me dice que pronto vendrá a Granada a visitar la variante de Loja y anticipa anuncios importantes. Siempre hablamos de la alcaldesa Marifrán Carazo y puede ser de las pocas 'rivales' a las que no ataque. Elogia su disponibilidad para llegar a acuerdos y anticipa que habrá obras de la integración pronto.

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Allí sigue –prácticamente hasta el final– el presidente andaluz, Juanma Moreno. No oculta que pasa un momento difícil. No es signo de debilidad; más bien, la ratificación cuando habíamos perdido la esperanza de que los políticos son humanos. Ya solo queda la duda de los periodistas. Quizás en ese momento ya tenía decidido que Antonio Sanz asumiera la Consejería de Sanidad para lo que resta de legislatura. Era la mejor opción de todas las posibles. Y las imposibles –además de no poder ser–, no son necesariamente una buena opción.

Menciona Juanma Moreno en los corrillos una encuesta flash y el riesgo para el PP de perder la mayoría absoluta por el auge de Vox; mientras el PSOE mantiene un nivel elevado –dice– de rechazo. Hay que recordar que en la campaña de 2022 también había encuestas que le otorgaban casi veinte diputados a Vox. La mayoría absoluta fue algo sobrevenido para el PP en las últimas horas; aunque se haya percibido como algo asentado.

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Vox marcará la campaña. Pero, a diferencia de lo que sucede en el mapa nacional, en Andalucía, el PP de Juanma Moreno sí tiene definida la relación con los de Santiago Abascal; mientras, Feijóo parece que se mueva a golpe de improvisación y encuesta. Saltando unas veces sobre las brasas de debates como el de la inmigración; en otras ocasiones, metiéndose en el charco del aborto.

«SALEN 'COLOCAOS'»

Manuel Mingorance me invita el jueves a celebrar los 25 años de Proyecto Hombre en la Abadía del Sacromonte. Manuel es médico y sacerdote –o a la inversa–, y aunque con un sombrero Stetson bien podría tener un papel secundario en una película del Oeste, no es un 'perdonavidas', más bien, las salva. Un buen samaritano que se acerca al que está tirado en la cuneta; aunque la comunidad terapéutica de Huétor Santillán no aparezca en la parábola de Lucas 10:25-37.

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El obispo de Guadix y presidente del patronato, Francisco Jesús Orozco, se refiere a Proyecto Hombre como una labor de «caridad humana y dignidad». Y anoto su frase en la libreta: «Nadie tiene que presentar ningún carnet para ser parte de esta familia». Manuel Mingorance describe que los usuarios llegan casi desahuciados y salen rehabilitados y, algunos, hasta 'colocaos'. Con trabajo.

Felicidades.

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