Granada contra su reloj

Granada aspira a la misma efeméride. A veces, más que salir el primero conviene hacerlo en el momento oportuno. Aunque también hay ocasiones en las que ambas cosas vienen a ser lo mismo.

Es comprensible que exista la sensación de años perdidos desde que, en el verano de 2015, el entonces concejal de Cultura, Juan García Montero, lanzara la propuesta. En diciembre de aquel año, las instituciones granadinas firmaron el pacto de la candidatura. De aquella foto, solo uno de los protagonistas sigue hoy en el mismo puesto. Y había diez.

No es el tiempo el que pasa sin dejar rastro, sino las promesas.

La candidatura granadina se está moviendo, de momento, de forma reservada. Pero se mueve. No es fácil definir el proyecto, porque no consiste en hacer un acopio de todos los méritos y referentes culturales que atesora la ciudad; más bien se trata de todo lo contrario: justificar qué avance provocará la capitalidad cultural, qué huella dejará, por ejemplo, en los barrios.

Septiembre se presenta como un mes clave para muchas cosas en Granada. Hay dos proyectos capaces de elevar la autoestima si la ciudad y sus vecinos se mimetizan con ellos: la lucha por la capitalidad cultural y la celebración de los Goya. Y ambos tienen que discurrir en paralelo tras el verano.

Hay trabajo avanzado, un calendario de actividades esbozado, y tras las vacaciones comenzarán a llegar las adhesiones en cascada. El Gobierno no lanzará la convocatoria hasta el último trimestre del año y, a partir de entonces, habrá diez meses para armar el dossier.

La capital está tejiendo una red de equipamientos culturales que pronto será palpable –y usable–. Me constan al menos cinco enclaves históricos de relevancia con proyectos emblemáticos –en algunos casos millonarios– en ciernes o incluso en marcha. Casa Ágreda entre ellos. Y en otros despachos se negocia una operación de gran envergadura que tendría un enorme impacto en la vida cultural de la ciudad. No es sencilla.

Anoto en la libreta una frase que he escuchado a la alcaldesa, Marifrán Carazo: «Granada inspira». Incluso, se le podría dar la vuelta y completarla con juego de palabras y tendría mucho contenido: «Granada inspira. Inspira Granada».

Desde IDEAL hemos aportado el #GranadaPuede. Se trata de crear un estado de ánimo, una corriente informativa que traslade que, en esta ciudad, están sucediendo cosas. La inversión privada empieza a llegar. El Ayuntamiento tiene atados o pendientes de firma en cuestión de meses más de diez millones de euros en convenios. Algunos de ellos, con compañías del Ibex.

LA VISITA DE ÓSCAR PUENTE

En septiembre de 2018 –todavía no se había inaugurado el AVE de Granada– entrevisté al entonces ministro José Luis Ábalos en la sala VIP del aeropuerto de Granada. Antes de Delcy tuvo otros encuentros comprometidos en un aeródromo.

Le comenté que era el séptimo titular de Fomento que pasaba por las obras del AVE y, sin dejarme formular la pregunta, reaccionó: «O la obra dura mucho o los ministros duran muy poco». A él lo sustituyó Pedro Sánchez en julio de 2021. Y a su sucesora, Raquel Sánchez, la relevó en noviembre de 2023 por Óscar Puente. Tenía razón Ábalos. Doblemente.

El 5 de agosto de 2004 –se van a cumplir dos décadas– se abrió simbólicamente el primer tramo adaptado para alta velocidad entre Loja y Tocón, el que costeó la Junta de Manuel Chaves en un pulso con el Gobierno de Aznar.

Esta semana, el Consejo de Ministros ha aprobado el concurso de otro tramo de la variante de Loja, la que hubo que cambiar tantas veces para esquivar una bolsa de agua y que provocó –por su ausencia– que el tren pase por el primitivo túnel de San Francisco y sea más lento de lo previsto originalmente.

La mitad de la variante estará en marcha este mismo año. Fomento encarrila así uno de los compromisos pendientes con esta provincia. Óscar Puente quiere llegar a Granada con el trabajo avanzado. Será en la primera semana de septiembre. El día 6.