«Hay una estrategia de demolición contra Juan Espadas sin alternativa»

Manolo, todoterreno de la política, que alcanzó la notoriedad cuando lo nombraron consejero de Educación y empezaron a meterse con él, preside el partido en Andalucía y es una de las voces influyentes en los procesos internos. Hablamos del futuro del PSOE andaluz y se posiciona en esta charla. Hasta ese momento solo había bebido una cerveza sin alcohol tostada. La mía era de las normales.

«La frustración que tengo es que alguna gente pide que se vaya Juan Espadas pero no es capaz de poner una alternativa ni decir qué harían distinto. ¿Hay que impedir la financiación singular de Cataluña o la amnistía y hacer de contrafuerte de Pedro Sánchez? Muy bien. Pero no hagas las genuflexiones a Pedro Sánchez y le pidas después a Juan que se enfrente. Nos encontramos ante una estrategia de demolición contra Juan Espadas sin alternativa; quieren que la ponga Pedro Sánchez. ¡40.000 militantes en el PSOE andaluz y usted no tiene un candidato! ¿Solo saca de vez en cuando a Luis Ángel Hierro desde el Aljarafe sevillano? Profesionales de las primarias están bien, pero hay que buscar una alternativa».

Recuerda que Espadas solo lleva tres años al frente del partido y que, a los ocho meses de llegar, se enfrentó a unas elecciones frente a un rival, Juanma Moreno, que –admite– supo adaptarse a las circunstancias para alcanzar una mayoría absoluta hasta hace poco impensable para los populares. «Todos sabemos que la causa está en el 2 de diciembre del 2018, cuando Susana pierde el gobierno de la Junta. Moreno Bonilla, que había perdido las elecciones anteriores, que repetía por segunda vez como candidato y era poco conocido y cuestionado en su propia organización, consigue ese día 26 diputados menos que el partido socialista, que tuvo 33, pero logró conformar una mayoría de gobierno. Y esa mayoría le da el boato del presidente e inicia un proceso exitoso para hacerse andalucista, casi socialdemócrata, moderado, y no toca ninguna pieza porque sabe que está sobre la base de Juan Marín, de Ciudadanos, y de Vox. Eso lo consolida y hace que, en un solo año, Moreno Bonilla crezca un 20% de grado de conocimiento. Es decir, un líder que repetía por segunda vez de candidato, con unos resultados malos, peores que los del partido socialista, llega a la presidencia del gobierno y se consolida. ¿Por qué? 36 años de partido socialista. Un cierto hartazgo del socialismo. Una líder enfrentada a muerte con su líder nacional, Pedro Sánchez, lo cual desestabiliza a la organización y hace que se parta por la mitad entre los sanchistas y los susanistas. Juan Espadas no tiene tiempo suficiente de conformar un nuevo mensaje que nos permita ir a las elecciones con solidez. Y perdemos. El tema es que perdemos estruendosamente. Es verdad que perdemos solo tres diputados, de los 33 que tenía Susana pasamos a 30, pero Moreno Bonilla da un salto muy fuerte porque se come los 21 diputados que tenía Ciudadanos».

Manuel Pezzi respalda como única opción a Juan Espadas. «Estoy convencido de que Pedro Sánchez y la ejecutiva federal lo saben y no van a hacer ninguna actuación que permita la sustitución de Juan Espadas. Porque sería suicida. El gran beneficiado sería Moreno Bonilla. Si cambiamos a Juan, adelanta elecciones en Andalucía frente a un candidato desconocido, sin rodaje en esta tierra».

Le pregunto entonces por Juanfran Serrano, el diputado jienense, mano derecha –si es que en el PSOE se puede usar esta metáfora– de Santos Cerdán, al que acompaña en los encuentros con Puigdemont. «A quien se quieren cargar en Andalucía todo el sector de Susana y los guerristas es a Pedro Sánchez. Lo están incitando a que cometa un error quitando a Juan Espadas y poniendo a un candidato propio para que el desastre en Andalucía sea achacable a él. Andalucía tiene casi nueve millones de habitantes. Cuando dicen que en tres meses alguien se puede conocer Andalucía me río; soy geógrafo, me conozco muy bien el territorio. Pedro Sánchez está esperando que empiece el proceso de primarias y cuando Juan Espadas se presente el proceso se habrá terminado».

Me sorprende que todavía el partido se estructure en términos de guerristas. No tanto en susanistas. Y le pregunto si se están produciendo movimientos en estos sectores: «Tengo constancia fotográfica de reuniones de guerristas tradicionales con ex altos cargos nombrados por Susana. Fijan el objetivo: derribar a Juanma Moreno. Y cuando la comida se hace más larga dicen: para cargarnos a Pedro Sánchez. El objetivo de Felipe, Alfonso, Pepote y Susana es cargarse a Pedro Sánchez. Y en el camino se quieren cargar a Juan Espadas porque les viene bien. Sabiendo que le perjudicaría al PSOE de Andalucía».

El de Manuel Pezzi es el primer posicionamiento orgánico de relevancia y sin ambigüedades a favor de la continuidad de Juan Espadas.

¿HAY ALGUIEN AHÍ?

En el cóctel de los premios Galatino hablamos del problema de conexiones que lastra a esta provincia, de los trenes y del avión perdido a París. Una semana más tarde –y van tres–, ninguna reacción pública efectiva más allá de los aspavientos iniciales. Solo el PSOE llevó el viernes al pleno una moción para reclamar a la Junta un plan de inversión de cuatro millones de euros para activar 13 rutas.

Esto incordia que se diga; para eso estamos. Si algo distingue a los periodistas es que somos pesados y cansinos. Mucho más importante que llegar el primero es marcharse el último.

A los empresarios –que tanto han enarbolado la bandera y las fotos de las reclamaciones– se les reclama que presionen a las administraciones para que fuercen un posicionamiento formal –¿la convocatoria de la Mesa del Aeropuerto?–. A los dirigentes, que restituyan la afrenta a esta tierra. El presidente de Diputación lo tiene en sus manos: que los pliegos del concurso de 800.000 euros para la promoción de vuelos penalice a las compañías que no hayan mantenido un compromiso estable con el aeropuerto. O, al contrario, que prime a las aerolíneas que, todavía, operan sin una contraprestación económica.

En otro corrillo hablamos del cuarto tren a Madrid y de las cinco frecuencias anunciadas 'in illo tempore', que es el espacio en el que habita Granada. E insisto en la necesidad de reclamar un enlace directo, sin la doble parada de Antequera o Córdoba. La única manera factible de devolver el trayecto a las tres horas. Lo inexplicable es que las administraciones, los empresarios y los agentes sociales de la provincia no reivindiquen esto al unísono oficialmente. Mi interlocutor –que no es cualquiera– también se extraña de esta apatía y desgana. Sabe que en Madrid no cederán hasta que no detecten un problema en la opinión pública granadina. ¿A qué esperamos?

SACAR EL ACEITE DE LA 'BOTELLA DE LEJÍA'

Quedo con Eduardo Valverde en la cooperativa Conde de Benalúa. Recuerdo las almazaras de mi infancia; con los monos de los trabajadores tiznados de la tinta negra de las aceitunas. Las almazaras se parecen a las rotativas; aceite y letras. Las instalaciones están escrupulosamente limpias e informatizadas. Pero por las tardes todavía llegan los tractores de los agricultores y, cuando pesan la cosecha, se toman el carajillo en la barra del bar; que es el restaurante Ama, donde Dani Peinado –chef de la selección española de fútbol– transforma el AOVE en alta cocina. Esa mezcla entre la innovación y la tradición mantiene vivos los pueblos.

Me recuerda Eduardo cuando los italianos intentaban desmerecer el aceite picual de los Montes porque resultaba fuerte. Entonces decidieron convertirlo en un valor de la marca y así nació Amarga y Pica. «Tenemos que luchar por sacar el aceite de la 'botella de lejía' y meterlo en el frigorífico», anoto la frase de Eduardo.

En la mesa, donde almorzamos y catamos aceite como si se tratara de vino, hay una piedra tallada que emula un resto romano. Se trata de una lámpara de aceite, con dos orificios para enrollar la mecha y prender el líquido de combustión. De ahí, me dice, viene lo de aceite 'lampante', porque se usaba para las lámparas.

Los que no saben de aceite, de tradición ni de palabras lo llaman aceite de parafina. No es lo mismo.