Elecciones con piel de serpiente
El verano no relaja la bronca política, preludio un nuevo curso en el que habrá, al menos, una cita con las urnas. La opción de un anticipo electoral en otoño fue algo más que una especulación
En el verano de 2008, los vecinos de los Pisillos de Motril fotografiaron una culebra enseñoreándose por el tejado. Le apodaron 'la Señora', pero no ... por la elegancia con la que serpenteaba por las tejas, sino por las dimensiones impactantes que le presumían. A simple vista, una 'señora' culebra de dos metros y medio de largo y diez centímetros de grosor. Hay cosas que asustan más desde lejos, aunque mejor no tenerlas cerca.
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Aquel fue un mes de titulares, manifestaciones, motines vecinales y disputas políticas entre el Ayuntamiento costero –gobernado por el PP– y la Junta de Andalucía –todavía en manos del PSOE y propietaria de aquellas viviendas sociales–. Los bomberos dispusieron una autoescala –a la que subió Fina con algo de canguelo– y ofrecieron un conejo como ágape a 'la Señora' por si caía en la trampa. Ni por esas. Igual hay culebras veganas.
Dulce fue la vecina que lideró las reivindicaciones hasta conseguir con su empuje que desmontaran el tejado de los Pisillos, bajo el que –aseguraba– había un nido de culebras. La polémica acabó cuando apareció una bicha muerta de metro y medio y dos centímetros de grosor, similar a la divisada sobre el tejado –algo más discreta, eso sí–.
Todas las culebras se parecen un poco.
Aquello fue, en sentido literal, una serpiente de verano. Esas noticias, en apariencia algo inverosímiles y de escasa trascendencia, que copan la actualidad cuando decae el pulso informativo. El término lo acuñaron alemanes y franceses hace más de un siglo. En Granada, se habría calificado directamente de folletá.
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Los veranos ya no tienen serpientes informativas porque los protagonizan las mismas lenguas de víbora que culebrean el resto del año.
LA FOTO DE LA ORLA
Empezó el mes de julio con la revisión de los títulos académicos de los políticos. Hay quien mete en el currículum el pasaporte de la ruta Quetzal y el concurso de relatos de Coca-Cola. No tengo ninguna de las dos cosas. Si acaso, podría aportar como formación reglada los cursillos prematrimoniales. Una polémica demasiado absurda: que discutan tanto por la posesión de diplomas universitarios cuando la mayoría de ellos no han ejercido –ni pretenden hacerlo– la profesión por la que acudieron a la facultad.
Después de muchos años he comprendido que, en realidad, son más fiables los políticos 'profesionales'. Conservo como documento incunable la fotografía de la orla de un histórico dirigente granadino que no llegó a completar sus estudios. Pero eso queda muy bien en alguna pared. Aunque hay edades de las que es mejor no conservar fotografías. Cómo pudimos salir a la calle de esa guisa.
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UNA POLÉMICA QUE QUEMA
De momento, Granada se ha salvado de los incendios de nueva generación –y los pirómanos de siempre– que tienen en vilo a media España. Queda el susto de hace una semana en la Fuente de la Bicha, acrecentado al no poder actuar de inicio los medios aéreos por la hora en que se saltó la alerta. En Andalucía, ha funcionado el Infoca.
Los dirigentes públicos deberían tener algo de pudor antes de librar una disputa pública a cuenta del fuego con las llamas aún vivas. Nadie puede estar satisfecho con las tareas de prevención. Si el verano hubiese pasado sin sobresaltos –sin olas de calor, negligencias ni pirómanos–, ¿acaso se habrían sometido a revisión los planes de todas las comunidades? Y el dinero invertido habría sido el mismo; también las asignaturas pendientes.
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Quienes tienen que desarrollar los reglamentos estatales para actuar ante estas situaciones tampoco lo han hecho. Al ciudadano que tiene una lengua de fuego a las puertas de su casa le importa bien poco de quién sea la competencia o dónde estén los medios. Lo que quiere es que se actúe.
Es demasiado ordinario que busquen votos en las cenizas.
DONDE DIJE PLENO...
Hemos asistido a un cruce de ocurrencias y críticas incoherentes; posiciones políticas que no se sostienen cuando se colocan en contexto, una detrás de otra. La Diputación Permanente del Parlamento andaluz ha rechazado la petición del PSOE para celebrar un pleno extraordinario donde debatir sobre los incendios forestales en Andalucía –todos abordados satisfactoriamente– y el incidente en la Mezquita. El PP-A se opuso –y tiene su lógica– porque no es el momento de abordar estos asuntos mientras la temporada de riesgo aún sigue viva.
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Pero sucede que en Madrid ha ocurrido esta semana al revés. Ha sido el PP (nacional) quien ha pedido la comparecencia de hasta ocho ministros, entre otros asuntos, por la crisis de los incendios forestales. Y allí los socialistas lo han rechazado.
POLÍTICOS DE IDEAS FIRMES Y CLARAS
Son las cámaras parlamentarias el lugar para debatir –en el momento oportuno– sobre estos asuntos. Y no las redes sociales; donde se han intercambiado estas semanas chistes de mal gusto. Supongo que a los miles de vecinos desalojados, a los que han perdido sus casas, no les provoca una sonrisa los mandobles que se cruzan los políticos. Aquellos que, estando de vacaciones, recriminaban al contrario que estuviera de vacaciones.
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Ya que están tan activos, podríamos abrir el Congreso en lugar de mantenerlo inhábil en el mes de agosto.
Habrá que recordar en octubre en qué queda tanto pacto de Estado y tantos planes sobrevenidos para evitar que el próximo verano las llamas no vuelvan a recordarnos, otra vez, que somos vulnerables. Y que quienes nos administran pierden demasiado tiempo en polémicas que solo les incumben a ellos.
ELECCIONES A LA VUELTA
Todo lo vivido este verano solo se entiende en clave electoral. Entramos en un curso político de citas con las urnas. ¿Cuántas? Al menos, las elecciones andaluzas. El presidente Juanma Moreno tuvo una intervención hace una semana en la feria de Almería con varios apuntes para analizar; porque hay políticos que no dejan a la improvisación ni la barba descuidada de las vacaciones.
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Apeló a una «mayoría social». En la pasada campaña, la de 2022, Moreno usó el circunloquio de mayoría suficiente para evitar hablar de 'absoluta'. En su intervención en Almería apeló a una forma de hacer política sin insultos ni excesos; un aviso –está en condiciones de hacerlo– también para los suyos, porque hay mucho 'pirómano' verbal. Y fijó la cita electoral en junio –cuando toca–; salvo que Pedro Sánchez se anticipe.
Este mensaje –intuyo– lo desarrollará en los próximos meses. Porque cuando se aprueben los presupuestos andaluces para 2026 –y el PP no depende de nadie para hacerlo– la legislatura estará técnicamente agotada.
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Hablo con alguien del PSOE sobre las cábalas electorales. «Tiene que ocurrir una catástrofe para que Pedro Sánchez adelante». Me apunta la fecha de septiembre de 2027, tras las municipales –esto no gusta a algún barón socialista–. «Suponiendo que no salte ningún nuevo escándalo», me vuelve a insistir.
La prerrogativa de disolver las Cortes es del presidente; pero está en manos de los jueces.
LA FÓRMULA DE CALVO SOTELO
Cuando el PP deslizaba la cábala de elecciones generales en otoño no andaba desencaminado. De hecho, la opción –al menos– se llegó a estudiar. Pero al PSOE no le dan los números en ningún sondeo interno para arriesgar mientras puede resistir.
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Solo hay un precedente en el que se disolvieron las Cortes en agosto; lo hizo Calvo Sotelo el 28 de ese mes en 1982 y llevó a la victoria de Felipe González en octubre. Se especuló con replicar la fórmula.
El PSOE intentará recuperar la iniciativa política en septiembre; confiado en un otoño judicial adverso para el PP. En las conversaciones de barra, algunos socialistas hacen este vaticinio, pero no precisan por qué. También habrá despliegue de ministros por Andalucía. Y, mientras tanto, María Jesús Montero compaginará su cometido como vicepresidenta con una candidatura desde la distancia. Pregunto a alguien que está en la estrategia y sostengo que tampoco podrá aguantar mucho más allá de febrero. Y entonces me recuerda un detalle que se había olvidado: Salvador Illa dimitió como ministro el 26 de enero de 2021 y los comicios catalanes fueron el 14 de febrero.
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