La libreta del director

La conexión granadina de Renfe

Con la incorporación reciente de Christian Muñoz, ya son tres los paisanos en la cúpula de la compañía. Habrá que empezar a utilizarlo

Quico Chirino

Granada

Domingo, 6 de octubre 2024, 00:05

El martes estuve en Madrid. Cualquiera dice que tiene una reunión en Madrid y ya suena importante. Salvo que vivas en Madrid; entonces no es ... más que el trabajo diario. Atraviesas con el coche Despeñaperros y celebras que te llame ese tipo tan pesado al que nunca coges el teléfono para contarle que vas camino de la capital; como si todas las cosas importantes solo pudieran resolverse en Madrid; donde habitualmente se complican.

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Tenemos cita en Renfe, que está en un edificio señorial cerca de Atocha –cuando tienes más años de la cuenta te vuelves señorial–, con un ascensor de esos que piensas que en cualquier momento va a aparecer Álex de la Iglesia para rodar una película. Estos ascensores solo existen en Madrid.

Allí en Renfe hay un lobby granadino no suficientemente aprovechado. Sergio Bueno, director general adjunto a Presidencia; en la práctica, el número dos. Con Sergio he compartido últimamente los coloquios políticos más serenos y sensatos; quién iba a decir hace unos años –a mí y a Sergio– que escribiría esto. Christian Muñoz, recientemente incorporado como director de un cargo de esos de nombres largos y que, entre otras cosas, tendrá la encomienda de poner orden en las cercanías de Renfe. Y María del Mar Román, a quien conocí en el Parlamento de Andalucía y que después pasó por numerosos cargos, con idas y venidas para buscarse la vida, de lo público a lo privado. Fue una de las primeras impulsoras de una agenda cultural única para Granada; una asignatura aún pendiente.

Me acompañan –o más bien soy yo el que se ha sumado de improviso a la furgoneta– el presidente de los hosteleros, Gregorio García, y su inseparable Antonio García –que aunque parezcan dos, en realidad, son solo uno, como Ortega y Gasset–. El gerente de la Cámara, Joaquín Rubio, y el director del Palacio de Congresos, Paco Barranco. Y llevamos por objetivo reclamar más trenes y mejorar el servicio. Lo he escrito en alguna ocasión: es el momento de la sociedad civil.

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Antonio García, Joaquín Rubio, Gregorio García, Sergio Bueno, Paco Barranco y Quico Chirino. Ideal

La sorpresa es que nadie había llegado hasta este despacho. No existen convenios de colaboración con Granada como tienen otras ciudades de España para que los viajes en tren sean más competitivos. Esa misma mañana del martes se quedaron varios acuerdos apalabrados muy interesantes. Y un foro de debate sobre las conexiones de esta ciudad; que ahora parecen enmendarse con nuevos vuelos.

Hablamos de la nueva frecuencia con Madrid con el tren que venga desde Almería y de la necesidad de reivindicar un enlace directo que nos sitúe otra vez en las tres horas y pocos minutos. Esa petición deberían hacerla ya formalmente políticos e instituciones, porque se decidirá en cuestión de meses; en cuanto acaben las obras del corredor sur.

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Y, claro, como el encuentro salió bien, luego hubo que celebrarlo. Y se hablaron otras cosas que quedan en el off the record. Que, como es sabido, es todo aquello que no se puede contar. Todavía.

HE INVENTADO UNAS ALAS

El jueves por la tarde acudo a los Premios Turismo de Granada, que se celebran –propuesta original– en una sala del aeropuerto. Uno de los premiados, el histórico Juan Luis Álvarez, recuerda que fue en una mesa del restaurante Sevilla donde se empezó a pergeñar el aeródromo de Chauchina. Después, el diputado Antonio Díaz, alias 'el Mancebo' –prometí que no lo escribiría–, ofrece un ágape 'Sabor Granada'. Málaga puede tener un vuelo a Nueva York, pero aquí se bebe cerveza con jamón de Trevélez en mitad de una carretera; mientras vemos cómo Lola Índigo –a falta de vuelo con Madrid a estas horas– se sube a un chárter tras recoger el galardón porque tiene que dar un concierto esa misma noche. Quién pueda, que lo empate.

Anoto la frase con la que el presentador despide la gala. Un verso de Lorca del 'Poema del Cante Jondo': «He inventado unas alas para volar, y vuelo». No continúa que, en la siguiente escena, al gitano le propinan veinticuatro bofetadas y su madre, a la noche, lo coloca en «papel de plata».

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El presidente de Diputación habla del inminente viaje a China para postularse al vuelo directo que tendrá Andalucía. ¿Posibilidades de conseguirlo? Pongamos que ninguna. Pero, a veces, hay que reclamar cosas aunque sea para que te deban la siguiente. Incluso, tendría que haber más pronunciamientos –no políticos–. El de los hosteleros llegará en horas.

Quién metió en la terna a Granada fue el consejero de Turismo, Arturo Bernal. Cuando la decisión de que esa conexión fuese a Málaga estaba tomada por anticipado. Pero quizás venía bien usar a Granada para disimular los recelos de Sevilla. El alcalde hispalense, José Luis Sanz, abrió la disputa con una argumento que se le puede volver en contra: «Sevilla recibe anualmente unos 36.000 turistas procedentes de China, mientras que Málaga, poco menos de 8.000 visitantes. Tanto las autoridades chinas como la Junta saben cuál es la prioridad de ese turismo chino que visita Andalucía», se refirió el regidor al turismo patrimonial por encima del sol y la playa como referencia para los viajeros chinos. Si fuese solo una cuestión de cifras, Granada puede presentar sus credenciales. Total, solo son fuegos de artificios.

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No hay una estadística oficial –accesible– de viajeros provenientes de China; tan solo, del mercado asiático en general. Lo más parecido, una aproximación del INE a través de los movimientos por geolocalización de los móviles. Los datos que se aportan están sacados de registros parciales de organismos e instituciones. Puestos a tirar de órdago, pongamos que solo la Alhambra supera todos esos números, con 43.000 visitas de viajeros chinos al año. Y a ver quién los ha contado uno a uno para probar lo contrario.

Otra cosa es que, realmente, el turismo que interese a Granada sea el chino. ¿Por qué no el coreano?Incluso, si la capital necesita más turistas. Si con Pekín es mejor trenzar alianzas tecnológicas.

Hay que medir la efusividad de la expedición y la reunión con Air China. No conseguir el vuelo no debe conducir a la frustración. Se trata de situar a Granada en los debates de futuro.

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Sin llevarse veinticuatro bofetadas.

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