Pueblos de Granada ofrecen casa gratis a nómadas digitales para luchar contra su despoblación

Precisamente para luchar contra el abandono de los pequeños municipios, la web de turismo sostenible www.fluyes.es ha puesto en marcha en Granada 'Zonas Fluyes', un proyecto piloto que pretende contribuir a frenar la despoblación de áreas rurales de la provincia y mostrar las virtudes y posibilidades de vivir en pueblos del interior. ¿Cómo? Ofreciendo alojamiento gratuito a nómadas digitales. Así es, casa gratis. Durante siete días y seis noches, para ser exactos.

Desde este portal de ecoturismo invitan a todas aquellas personas que por las características de sus puestos puedan teletrabajar a disfrutar de «una semana creativa» de forma gratuita en seis pequeños pueblos de Granada, todos ellos de entre 300 y 1.500 habitantes, no más. Pinos Genil, Quéntar, Cogollos Vega, Beas de Granada, Víznar y Monachil son los afortunados. El proyecto piloto ya ha arrancado y se va a desarrollar durante cuatro semanas en estos municipios -con intervalos de descanso y el 6 de marzo como fecha de finalización-, pero la idea de su directora, Eva Espinosa, es ir ampliando los destinos.

«Empezamos el pasado viernes 20 de enero en Pinos Genil y Quéntar y, por ahora, 'Zonas Fluyes' está teniendo muy buena acogida. Contamos con ayuda de la Junta de Andalucía para la campaña de marketing y los ayuntamientos se están mostrando muy interesados y nos facilitan el tema del alojamiento. La hostelería local también está muy a favor de que el proyecto siga adelante», explicó ayer a este periódico. Orgullosa de semejante éxito, Espinosa admitió tener la esperanza de poder expandir la iniciativa a otras zonas de la provincia que también están en riesgo de despoblación, como la Alpujarra.

En realidad, la idea de esta campaña llevaba ya dos años en el horno. La plataforma de actividades en la naturaleza estaba en pleno funcionamiento mucho antes de este proyecto. «Pedimos ayuda al grupo de desarrollo rural de la zona para hacer el 'market place' y preparamos el diseño y la programación, pero queríamos añadir un contenido interesante que no fuera el de cualquier portal de ecoturismo», subrayó Espinosa, que ya había trabajado en una iniciativa similar anteriormente, en Tarifa, montando un ecohostel para nómadas digitales.

El trabajo en remoto lleva mucho tiempo siendo una alternativa real en otros países, pero en España se ha popularizado a raíz de la pandemia por coronavirus. «Muchos vecinos decían que los pueblos se estaban despoblando, que la gente se iba porque no tenían alicientes… Nosotros queremos que valoren su pueblo, sobre todo los jóvenes, y no se vayan, y que la gente de fuera pueda venir a conocerlos e incluso a vivir aquí si el teletrabajo es posible», apuntó.

Como el objetivo principal es promover el turismo sostenible y poner en valor los beneficios de la vida rural, quienes deseen participar en este programa tendrán que estar totalmente comprometidos con la causa. Además de teletrabajar desde estos pequeños pueblos de Granada durante una semana, colaborarán con asociaciones y otras iniciativas locales para impulsar el desarrollo rural y socioeconómico del lugar. También visitarán enclaves de interés turístico y natural y disfrutarán de degustaciones gastronómicas, sumergiéndose por completo en «la vida de pueblo».

Para participar, los nómadas digitales tendrán que cumplir los siguientes requisitos: poder trabajar en remoto -evidentemente-; tener entre 25 y 55 años, y manejar las redes sociales y contar su experiencia a través de pequeños vídeos que compartirán en sus perfiles. Y sí, la convocatoria está abierta tanto a españoles como a extranjeros, aunque «hablar español es imprescindible porque el proyecto se desarrolla en municipios muy pequeños en los que la gente no controla inglés u otros idiomas», recordó su directora.

Esta primera semana los protagonistas son teletrabajadores en solitario, como Elkin Betancourt, docente en la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá, en Colombia. Lleva cuatro años viviendo en Granada capital, pero cuando conoció la oferta a través de Facebook no dudó en apuntarse. «Teletrabajo, así que solo necesitaba un espacio y conexión a internet. Empezamos en Quéntar y ahora mismo estoy en Pinos Genil. Está siendo una aventura», admitió el colombiano, que entre rutas de senderismo, sensibilización en el trato con animales y actividades gastronómicas no puede estar más contento.

«Si no tuviera compromisos con la universidad, me plantearía muy en serio la posibilidad de arrendar aquí. La tranquilidad, la cercanía a Granada, la gente… Esto es conocimiento, historia, sensibilidad, aprendizaje… Es conocer más Andalucía, más Granada y sus tradiciones, su cultura -aseguró-. Está siendo una experiencia excelente».