El acusado, durante la primera sesión del juicio, que comenzó este lunes. Y. H.

Los psiquiatras que tratan en Sevilla al autor del crimen de Juncaril insisten en que es esquizofrénico

Frente a la opinión de estos tres peritos, una piscóloga, un médico y el psiquiatra de la cárcel de Albolote afirman que no apreciaron «ningún síntoma de psicosis» en el acusado

Yenalia Huertas

Granada

Miércoles, 21 de septiembre 2022

Tres psiquiatras del Centro Psiquiátrico Penitenciario de Sevilla donde se halla ingresado Juan Francisco T. M., el autor del brutal crimen de una trabajadora de ... la empresa de su padre en el polígono de Juncaril el 5 de febrero del año pasado, han ratificado este miércoles sus informes y su diagnóstico. Los tres, que han declarado por videoconferencia, están convencidos de que el procesado padece la «esquizofrenia paranoide» por la que está siendo tratado, así como que el día de su horrible acción pudo sufrir «un brote psicótico».

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Los tres expertos, que han intervenido como peritos, han sido sometidos a un intenso interrogatorio por parte de la fiscal que interviene en el juicio, Nuria Lázaro, y los dos abogados de las acusaciones particulares que ejercen los padres de la víctima y su hermano, Rafael López Guarnido y Francisco García Ballesteros, respectivamente.

Las tres acusaciones han formulado numerosas preguntas a los médicos encaminadas a desmontar la tesis de que el procesado es un enfermo mental y tratar de probar una eventual simulación de la enfermedad por la que, en un principio, la fiscal que formuló acusación (distinta a la actual) pidió su libre absolución y su ingreso en un centro penitenciario psiquiático durante un máximo de 22 años y medio.

Planificación

Muchos de los interrogantes han tenido que ver con la capacidad de planificación del crimen por parte de Juan Francisco, ya que, como ha recordado la fiscal, acudió a las oficinas a matar a Ana Elena G. G., de 29 años, sabiendo que la encontraría sola. Una vez allí, se ensañó con ella rociándole al final de la violenta agresión un extintor para un supuesto borrado de huellas y se llevó su móvil, a juicio de la fiscal para que no pudiera pedir auxilio, además de hacerse con las llaves de las oficinas, cuya persiana echó antes de irse.

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Aparte, como ha recordado la fiscal, en su huida, Juan Francisco tiró el arma homicida, un cuchillo de cocina de 15 centímetros que ha sido exhibido al jurado popular que decidirá sobre su culpabilidad. Lo arrojó a una piscina que hay próxima a la empresa y cuando llegó a su casa se cambió la parte de arriba de la ropa antes de revolverse contra los seis agentes de la Guardia Civil que fueron a detenerlo.

Antes de estos tres psiquiatras de Sevilla, ha intervenido otra del mismo equipo que se encargó de la valoración inicial del acusado y ha manifestado que si se le mantuvo el Protocolo de Prevención de Suicidios fue «porque venía de otro centro» con él activado y se suele mantener en internos recién llegados que no conocen y que han cometido hechos graves. Y es que antes de su paso por las cárceles de Sevilla, pasó diez días en el Centro Penitenciario de Albolote.

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Esta primera especialista que lo vio en el centro sevillano el 15 de marzo del año pasado ha indicado que el procesado carecía de diagnóstico pisquiátrico anterior y que observó que estaba «muy hermético», pues respondía con «contestaciones cortas», y no apreció «ninguna alteración del pensamiento ni del estado de ánimo».

Fue al día siguiente cuando lo comenzaron a tratar y a prescribirle medicación antipsicótica (primero oral y luego inyectada) los otros psiquiatras, tras someterlo a una «minuciosa» una entrevista programada «para peritación», según ha recalcado el perito que ha actuado de portavoz.

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Delirio

Este ha subrayado que en la exploración psicopatológica observaron que el reo tenía «un delirio de perjucio», que creía que Ana Elena le «puteaba» junto a su padre. Los síntomas le habían comenzado en octubre de 2019 y, tras escucharle, »lo tuvimos claro«, ha subrayado. En este punto ha aclarado que existen muchos tipos de pacientes con esquizofrenia paranoide y que »en algunos casos implica un deterioro cognitivo y en otros no«, así como que la desorganización »no es un síntoma necesario para el diagnóstico de esquizofrenia«.

La fiscal le ha preguntado concretamente cómo se explica que el acusado no haya tenido ninguna alteración del comportamiento el tiempo que lleva ingresado, ni ansiedad, si sufrió unas alucinaciones tan graves el día de autos y estuvo sin tratar más de un mes. También cómo tras tres días de tratamiento ya se mostraba arrepentido y después de tres dosis ya sentía que era de nuevo él.

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El portavoz de los peritos ha aclarado que el arrepentimiento «es algo moral» y no incompatible con la esquizofrenia, y que los pacientes primarios, que se tratan por primera vez, suelen responder muy bien a la medicación.

Simulación

Los psiquiatras de Sevilla han ratificado que el paciente les refirió que escuchaba «voces», «pseudoalucinaciones auditivas» y presentaba «un discurso digregado», un indicador clínico de la patología diagnosticada. «No es imposible pero sí extraordinariamente difícil la simulación en un cuadro como el del acusado», ha considerado el experto.

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Cabe recordar que el acusado afirmó en su declaración que mató a Ana Elena porque vio «el demonio en ella». Junto a ello dijo que veía pirámides, que se creía Horus y que tenía poderes. Después, nunca ha vuelto a sufrir un nuevo episodio psicótico.

Otros peritos que han intervenido en la sesión han sido el psiquiatra de la cárcel de Albolote, así como un médico y una psicóloga del centro penitenciario, que han aseverado que no apreciaron «ningún síntoma de psicosis» en el autor del crimen.

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«En ningún momento me impresionó como enfermo mental», ha manifestado el médico, para admitir que solo le escuchó un par de frases raras (que tenía un hijo con Britney Spears y que había visto la pirámide de Horus), por lo que pensó «que o estaba preparando su defensa o era un poco corto de entendederas».

No obstante, este facultativo lo derivó al psiquiatra del penal, que ha indicado por su parte que no apreció ningún trastorno en él ni le puso medicación alguna «porque estaba normal». A la psicóloga, según ha detallado esta, el reo, con unn grado en Económicas, le llegó a expresar que «se sentía ninguneado» en la empresa de su padre.

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La forense se desdice

Quien sí apreció síntomas de psicosis fue la forense de guardia que exploró al reo al día siguiente de los hechos, aunque, al conocer en la sesión de este miércoles que Juan Francisco había dado negativo en el test de drogas al que se le sometió tras su detención, no ha ratificado su informe en la conclusión de que había sufrido un brote psicótico por consumo de tóxicos. Se sometió a dicha prueba a Juan Francisco porque este había detallado que años atrás había consumido éxtasis y cocaína, así como que ese mes de febrero había vuelto a tomar 'coca'.

También han declarado en la tercera sesión las forenses que practicaron la autopsia a la malograda joven, que han confirmado que sufrió una muerte extremadamente violenta y que una de las puñaladas que recibió en el abdomen fue mortal de necesidad.

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Fuentes del caso revelaron que durante la segunda sesión, la de este martes, se pordujeron momentos de tensión en Plaza Nueva al ser increpado el padre del acusado tras testificar. Incluso hubo que pedir un refuerzo policial.

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