Un proyecto científico busca combatir la despoblación con la bieconomía forestal

La intención es impulsar la industria de la madera para la construcción baja en carbono. Eso lo hará el equipo del catedrático Antolino Gallego, que dirige la Unidad de Investigación de la Madera Técnica de Andalucía (UIMA) de la Universidad granadina. Y, el grupo de José María Martín Civantos, coordinador del Laboratorio de Arqueología Biocultural de la institución universitaria granadina, recuperarán acequias de careo y diseñarán rutas culturales a través de senderos por los canales de las vegas de Guadix, Baza y Huéscar, con un alto valor ambiental, paisajístico y patrimonial (entre otras cuestiones).

El proyecto Revierte, con un presupuesto total de 1,7 millones de euros, tiene de plazo hasta finales de 2025 para su ejecución en cerca de 5.000 hectáreas de terrenos forestales, agrícolas y ganaderos. Terrenos que se extienden en los municipios de Baza, Benalúa, Castilléjar, Castril, Cortes de Baza, Guadix, Huéneja, Huéscar, Jérez del Marquesado, Orce, Puebla de Don Fadrique y Valle del Zalabí. El objetivo es que la bioeconomía forestal se convierta en el revulsivo de una transformación ambiental, social y económica de estas comarcas.

Liderado por la institución universitaria, cuenta con el respaldo de la Fundación Biodiversidad. Ayer celebraron la jornada 'Personas, bosques, agua y madera. Una alianza indisoluble para el reto demográfico del noreste de Granada', en la que diversos especialistas abordaron, a través de ponencias y debates, cuáles son los retos. Fue en la Escuela de Edificación de la Universidad.

Analizaron cuestiones relacionadas con el uso sostenible y tradicional del agua para el desarrollo rural; el aprovechamiento del monte como motor económico para frenar la despoblación en las comarcas del noreste de la provincia; y la creación de una industria local de productos innovadores de madera de kilómetro cero de los pinares y choperas locales para la construcción sostenible en Andalucía. La actividad continúa hoy con una acción de campo en torno a la selvicultura y el uso de las acequias tradicionales en el Marquesado del Zenete.

El investigador Juan Picos de la Universidad de Vigo fue uno de los que explicó cómo puede intervenir este sector en el campo. En Galicia la industria de la madera tiene un importante peso en la economía. Detalló algunos casos de cómo esta actividad está permitiendo fijar población en los pueblos. Advirtió, no obstante, que por sí sola la gestión forestal no va a acabar con la despoblación, pero sí es un mimbre imprescindible para luchar contra ella.

El objetivo en Granada es que los recursos naturales enormes que hay en esos pueblos y que están abandonados (pinares) o se usan para productos de poco valor (choperas) se empleen para producir productos de madera para la construcción.

Antolino Gallego explicó los retos de todo tipo que se plantea Revierte. Destacó algunos desafíos ambientales, como la gestión adecuada del agua, la protección de la biodiversidad y la prevención de los grandes incendios forestales mediante prácticas selvícolas; sociales, entre ellos «prevenir el abandono de los pueblos involucrando a sus habitantes, sobre todo los jóvenes», y fomentar el asociacionismo y la participación; patrimoniales, a través de la conservación de los parques naturales del entorno (Sierra Nevada, la Sagra, Castril y Baza) y del Geoparque; y económicos, mediante el impulso de una industria local de elementos de madera para la construcción.